El fin de Rajoy: asume Sánchez y se abre una etapa de incertidumbre para España
MADRID.- El líder socialista Pedro Sánchez llegó ayer a la cima del poder como nuevo presidente del gobierno español después de desbancar a Mariano Rajoy con una moción de censura enhebrada por la oposición, y que resultó el epitafio del desgastado gobierno del dirigente conservador. El mandatario asume el difícil reto de presidir el Ejecutivo más débil desde la Transición, obligado a legislar en clara minoría y en un país que entra en una etapa de incertidumbre.
Luego de una semana dominada por la sorpresa en España, Sánchez logró los apoyos parlamentarios necesarios para desplegar su audaz jugada contra Rajoy, suscitada tras la sentencia judicial del mayor escándalo de corrupción de la España moderna, que tuvo en el banquillo a la plana mayor del Partido Popular (PP).
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) llegó a la presidencia del gobierno a pesar de contar con solo 84 de los 350 diputados del Congreso, gracias al apoyo de la izquierda radical de Podemos, los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos, que hicieron la diferencia en la votación que selló el destino de Rajoy.
Sánchez y la variopinta coalición que reunió para su causa sumaron cuatro votos más de los necesarios en el Congreso de los Diputados (180). Se consumaba así la primera moción de censura exitosa de las cuatro iniciativas presentadas desde el regreso de la democracia.
"Soy consciente de la responsabilidad que asumo y del momento político tan complejo que vive nuestro país. Voy a abordar todos los desafíos que tiene nuestro país con humildad, mucha capacidad de trabajo, entrega y, sobre todo, mucha determinación", dijo Sánchez.
Luego de tres derrotas electorales consecutivas -en 2011, 2015 y 2016-, con un PSOE que no levantaba cabeza contra el PP, y que incluso perdía terreno frente a los partidos emergentes a derecha e izquierda, Sánchez entrevió su oportunidad tras la condena judicial, la semana pasada, contra el PP por un gigantesco caso de corrupción.
La indignación de los españoles por el Caso Gürtel, la trama de financiamiento ilegal que puso en la cárcel a una docena de exdirigentes conservadores, le permitió a Sánchez recuperar la ilusión, trazar un plan de batalla y dirigir toda la artillería pesada contra Rajoy.
Conocido por su capacidad de esquivar todas las balas incluso en las situaciones más adversas, Rajoy había sobrevivido a una moción de censura similar, el año pasado. Pero esta vez, acorralado como nunca en sus seis años y medio de presidencia, le faltó margen de maniobra y suficiente respaldo para elaborar un escape que lo salvara de nuevo.
"Ha sido un honor dejar una España mejor de lo que la encontré", fueron las últimas palabras de Rajoy como presidente desde la tribuna del Congreso de los Diputados.
Presiones
Sánchez, de 46 años y licenciado en Economía, reconoció a la prensa que "por supuesto" tendrá dificultades en su acción de gobierno, que con los 84 diputados de su partido será el más minoritario de la España democrática.
También estará bajo presión para convocar a elecciones anticipadas, sobre todo del lado del partido liberal Ciudadanos, que no apoyó la moción de censura y que, según los sondeos su imagen, sigue en ascenso. Sánchez admitió en ese sentido que "es evidente que tenemos que ir a unas elecciones generales", sin mencionar las fechas.
Sánchez, un declarado europeísta, fue saludado por los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, confiados en su voluntad de mantener encarrilado al país bajo las reglas del bloque.
El líder socialista prometió que tendrá "como principal prioridad cumplir con los compromisos europeos", en especial la reducción del déficit, y "ejecutar los presupuestos generales del Estado para 2018", confeccionados por el gobierno conservador saliente de Rajoy.
La decisión de Sánchez de no tocar los presupuestos fue más bien un gesto dirigido a obtener, en la veloz arremetida que elaboró contra Rajoy, el apoyo del Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuya región estaba bien servida de fondos. Sin tiempo para discutir ni regatear, y con la victoria al alcance de la mano, Sánchez dijo a todo que sí y dejó a salvo 540 millones de euros de inversión en infraestructuras en el País Vasco. Pero esa línea puede chocar con la de Podemos, que también le dio sus votos para la ocasión, pero que tendrá sus propias exigencias para mantener su apoyo por el resto de la actual Legislatura, hasta 2020.
Pablo Iglesias, líder de Podemos, no solo tiene una agenda mucho más radical que la de Sánchez. También quiere meter en el gobierno a miembros de su partido, nacido de la denuncia de la política de austeridad de Rajoy por la crisis que asfixiaba a España cuando asumió, en 2011.
En cuanto a la mano que recibió de los independentistas catalanes, Sánchez se comprometió a "tender puentes" con el gobierno regional de Quim Torra. Hace unos días, cuando no precisaba sus votos para descabezar a Rajoy, lo había tachado con desdén de "supremacista".
"Gobernar con un apoyo tan exiguo sin duda generará inestabilidad", señaló el diario El País sobre los complejos malabares y el juego de equilibrismo que le esperan a Sánchez para cumplir con las promesas que soltó a sus socios en su vertiginoso camino a la Moncloa. Incluso el vocero de los nacionalistas vascos en Diputados, Aitor Esteban, dijo que Sánchez tendrá "un gobierno débil y difícil".
El caso Gürtel, el detonante
Es la causa madre que involucra ilícitos del PP
- Asociación ilícita: Durante la década pasada, entre el PP y las empresas de Francisco Correa -sentenciado a 51 años de cárcel el jueves de la semana pasada- se tejió un auténtico y eficaz sistema de corrupción en la contratación pública central, autonómica (regional) y local.
- Recaudador: El extesorero del PP Luis Bárcenas -al que se le descubrieron 48,2 millones de euros en Suiza y condenado a 33 años de cárcel- fue el encargado de administrar ese proceso de coimas, que incluyó sobresueldos a los máximos dirigentes del PP.
- Condena: La semana pasada, la Justicia condenó a 29 de los 37 acusados en la investigación. El PP fue hallado culpable de lucrar en esa trama y condenado a pagar 245.492 euros.
- Inverosímil: En el fallo, el tribunal dejó constancia de que el testimonio de Mariano Rajoy -declaró en julio pasado- no fue lo "suficientemente verosímil" para rebatir las pruebas de la contabilidad opaca del partido. Un elemento que fue destacado por los detractores del jefe de gobierno para iniciar el proceso de la moción de censura que lo expulsó ayer de La Moncloa.
Agencias AFP, DPA, ANSA y Reuters
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