El factor "miedo", la sorpresa en la campaña legislativa
Es la famosa sorpresa de octubre, esa que suele surgir a un mes de las elecciones legislativas de turno y que tiene el potencial de enturbiar el proceso de manera impredecible. Este año, durante una campaña que estaba huérfana de sustancia, fue el ébola el que dio oxígeno al debate entre republicanos y demócratas, y echó nafta al fuego de los ataques entre los candidatos. Sin dudas, el miedo es un gran motivador -ya sea para votar en contra o a favor-. Y los estrategas políticos norteamericanos lo saben.
Con las cifras de aprobación más bajas de su mandato, el presidente Barack Obama suspendió por dos días sus viajes fuera de Washington para recaudar fondos para los candidatos demócratas que se juegan el puesto en las elecciones de medio mandato del próximo 4 de noviembre. El miércoles pasado, Obama se reunió con aquellos miembros de su gabinete que tienen responsabilidad directa en la lucha contra la propagación del virus en África Occidental y su llegada a Estados Unidos.
El presidente se quedó anteayer en la Casa Blanca para supervisar la respuesta de su administración a la crisis del ébola y no voló a Rhode Island ni asistió a un acto electoral en Nueva York. Y ayer mismo nombró a un "zar" para que lidere la respuesta ante el ébola.
El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que la decisión de Obama de suspender por segundo día consecutivo un viaje con fines electorales evidenciaba el "sentido de urgencia" con que el presidente y su administración abordan la crisis.
A su vez, el presidente firmó una orden ejecutiva para permitir la movilización de reservistas de la Guardia Nacional a los países de África Occidental afectados por la epidemia, que ya dejó más de 4500 muertos.
Los republicanos atacan a la administración Obama respecto al ébola en dos frentes: incompetencia y seguridad fronteriza. Por ejemplo, el senador republicano de Kansas Pat Roberts, contendiente en un Estado que puede determinar el control del Senado, dijo esta semana: "Pido al presidente que ejerza liderazgo en este asunto, que tome acciones de emergencia para proteger las vidas de los norteamericanos antes de que una epidemia se instale en casa".
Puede que Roberts haya comenzado a cavar su propia tumba electoral, ya que su contrincante, el independiente Greg Orman -muy bien ubicado en las encuestas- recurrió al archivo de asistencias del Congreso e hizo público que el senador no asistió a una audiencia importante en el Capitolio sobre el tema el mes pasado.
En opinión de Cory Gardner, congresista de Colorado, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) gastó el dinero de forma irresponsable en lugar de utilizarlo para proteger a los ciudadanos. "Programas de masajes, terapias de jacuzzi, jardines urbanos como prioridades del CDC", señaló Gardner, para contrarrestar las críticas hechas por su oponente demócrata de que fueron los múltiples recortes económicos aplicados por los republicanos los que han dejado al gobierno sin recursos para hacer frente al ébola.
"Señoras y señores, tenemos un brote de ébola. Tenemos a individuos sospechosos que cruzan la frontera. Necesitamos sellar esa frontera y blindarla", dijo Thom Tillis, que busca ser senador por Carolina del Norte, en un debate contra la demócrata Kay Hagan. Los sondeos muestran que los norteamericanos prestan atención al debate sobre el ébola. Hagan acusó a Tillis de utilizar "tácticas de miedo" e hizo del ébola también una bandera de campaña.
Dos tercios de los encuestados por The Washington Post/ABC News afirman estar preocupados por una epidemia dentro de las fronteras del país. Ted Cruz, posible candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2016, reclama que la Agencia Federal de Aviación cierre la puerta a todos los vuelos procedentes de África Occidental.
La muerte de un ciudadano liberiano en Dallas (Texas), la semana pasada, y la noticia de dos enfermeras infectadas dispararon los niveles de ansiedad en una ciudad que hace décadas que vive con el sello de la paranoia pegado a su historia. Porque si los niveles de contagio del virus procedente de África son bajos, los de la histeria pública pueden no serlo tanto. Sobre todo después de que se conociera que una de las enfermeras diagnosticada con ébola voló en una línea comercial desde la ciudad de Cleveland (Ohio) a Dallas, cuando ya experimentaba síntomas.
Muchos son los ciudadanos de Estados Unidos que vuelan una vez por semana y no pocos se cuestionan sobre las posibilidades de que hayan respirado el mismo aire que alguien que, quizás, estaba a punto de desarrollar una enfermedad con un alto nivel de mortalidad.
Tanto el responsable del CDC como el director del hospital de Dallas donde trabajan las enfermeras contagiadas se lamentaron anteayer en una comparecencia en el Congreso y pidieron disculpas por haber tomado decisiones equivocadas, como permitir que la trabajadora sanitaria volara en una aerolínea comercial junto a otras 132 personas.
En Dallas -la "zona cero" de la enfermedad, donde ya hubo un muerto por el ébola-, el candidato independiente a la Cámara de Representantes Eric Williams parece dispuesto a unir esfuerzos en la movilización partidista del pánico, al sugerir que se inicie una campaña estatal que se rija por la política de "no abrazos, no apretones de manos".
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