El espionaje privado, en la mira de WikiLeaks

WASHINGTON.- Lo acorralan judicialmente pero no se rinde. El sitio de Internet WikiLeaks volvió a poner en apuros al gobierno norteamericano y al espionaje internacional al difundir ayer miles de documentos sobre una suerte de "servicio secreto paralelo" que se sirve de "soborno, presión psicológica y extorsiones" de todo tipo, incluida la sexual, para obtener información.

Tal es la catalogación que dio el fundador del sitio, Julian Assange, a este nuevo blanco de la filtración de documentos. Se trata de miles de correos electrónicos del instituto privado de análisis de estrategias Stratfor, que trabaja para la Agencia de Inteligencia Militar norteamericana (DIA) y está considerado una especie de servicio secreto en la sombra.

Se habla de entre 5 y 10 millones de correos electrónicos de los cuales, al parecer, cerca de 10.000 se referirían a la Argentina. Varios de ellos aluden al tema Malvinas, con consideraciones sobre la presencia militar británica en el archipiélago.

"Estamos ante las mentiras privadas de los espías privados", dijo Assange, al situar el escándalo de Stratfor en el contexto de lo sucedido "en los últimos diez años, en que la industria de los servicios de espionaje privados prosperó en Estados Unidos y en otros países".

De hecho, no es la primera vez que Stratfor aparece en escena. Meses atrás, una investigación del diario The Washington Post la situó como una costosa contratación del Departamento de Defensa. "El gobierno norteamericano debería tener más control sobre lo que hace la gente que contrata", dijo Assange en Londres, donde presentó en conferencia de prensa la nueva filtración.

Se refería así al hecho de que, de acuerdo con una primera lectura de los documentos, para conseguir información, Stratfor se valió de prácticas irregulares, entre ellas, soborno, extorsión y presiones psicológicas.

"Se ve cómo Stratfor hacía operaciones de lavado de dinero", dijo además Assange, que se asoció con varios diarios en todo el mundo para difundir la información. Stratfor es contratista de grandes proveedoras norteamericanas en materia militar, entre ellas los fabricantes de armamento Dow Chemical y Lockheed Martin. También lo es de la Agencia de Inteligencia Militar.

Controlar a las fuentes

En uno de los correos electrónicos del director de Stratfor a su equipo puede leerse: "Si hay una fuente de la que sospechas que puede ser valiosa, tienes que controlarla. Control significa control financiero, sexual o psicológico, hasta el punto de que revele sus fuentes".

Acusado él mismo de abuso sexual, Assange hizo la presentación en Londres, desde donde resiste un pedido de extradición a Suecia por ese expediente en el que, según dijo, no ve otra cosa que una "presión" para intentar acallarlo.

Fueron varias las filtraciones que hizo el sitio. La primera de ellas, sobre las dos guerras que Estados Unidos libra en Irak y en Afganistán, le valieron prisión y hasta pedidos de pena de muerte para el soldado norteamericano que obtuvo los datos. Días atrás, Bradley Manning, sospechoso de ser el "topo" de WikiLeaks, fue formalmente acusado por un tribunal militar de "pactar con el enemigo", antes del juicio en el que puede ser condenado a cadena perpetua.

Luego siguió una filtración de supuestos documentos del Departamento de Estado que tensó la relación de Washington con más de un centenar de países, entre ellos la Argentina. Uno de los documentos entraba en consideraciones sobre la salud psicológica de la presidenta Cristina Kirchner.

Como respuesta, el Departamento de Estado optó por la estrategia de no hacer comentarios sobre los documentos. Lo mismo hizo ayer Stratfor, ante esta nueva oleada en que el sitio incursiona en contrataciones militares e informaciones de estrategia castrense.

Hay documentos de todo tipo. Van desde los que sugieren la participación activa de Washington en el entrenamiento de rebeldes libios hasta investigaciones sobre la salud del presidente venezolano, Hugo Chávez, afectado de cáncer, así como aspectos de la vida de sus posibles sucesores (ver aparte).

Otros hablan de espionaje de índole industrial y ambiental. Tal el caso de supuestas investigaciones de Stratfor sobre los ambientalistas que criticaron a Dow Chemical por las consecuencias de la catástrofe de Bhopal, en la India, o problemas de la compañía Coca Cola.

La contratista censuró las filtraciones. "Estamos ante una infracción de la esfera privada lamentable e ilegal" señaló Stratfor, que denunció el robo de sus correos electrónicos".

Las filtraciones

• Tragedia de Bhopal. Varios mensajes sugieren que la compañía Dow Chemical, vinculada con la catástrofe en la ciudad india de Bhopal en 1984, pagó a Stratfor para espiar a los defensores de las víctimas.

• Coca-Cola. La compañía contrató los servicios de Stratfor para vigilar a activistas de la organización animalista PETA durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver, en 2010.

• Israel vs. Irán. Fuerzas especiales israelíes, en cooperación con milicianos kurdos, habrían destruido instalaciones nucleares iraníes, según analistas de Stratfor.

• Burlas a Aznar. Los analistas de Stratfor se burlaron de José María Aznar y de sus ideas "extremistas", con motivo de una conferencia del ex presidente español en Georgetown.

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