El escape del "Zuckerberg ruso", señal de la creciente censura del Kremlin
MOSCÚ.- El fundador de la red social líder de Rusia -un joven prodigio al que suele describirse como el "Mark Zuckerberg ruso"- dejó su puesto como CEO y abandonó el país, frente a los recurrentes avances de empresarios amigos del presidente Vladimir Putin para adquirir la compañía.
La salida en cámara lenta de Pavel Durov de la red conocida como VKontakte ("En Contacto") es la señal más reciente de que los medios independientes rusos se ven cada vez más amenazados.
Aunque tardó meses en concretarse, la pérdida del liderazgo de VKontakte (VK) por parte de Durov implica que en Rusia el espacio de la libre expresión en la Web podría achicarse aún más. Esta semana ya circularon bromas entre los usuarios de VK, que propusieron rebautizar "En Contacto" con el nombre de "En Censura".
Las presiones del Kremlin sobre VK llegaron acompañadas de una aplicación a rajatabla de la ley rusa contra el extremismo, por la cual a partir de marzo fueron censuradas varias importantes páginas web opositoras y proucranianas.
El martes pasado, el Parlamento ruso aprobó una ley que obliga a las redes sociales a tener sus servidores en Rusia y a guardar toda la información de sus usuarios durante por lo menos seis meses. Esa misma norma, que entrará en vigor en agosto si es promulgada por Putin, les confiere a los blogueros el mismo estatus legal y las mismas responsabilidades que a los medios de comunicación, lo que los vuelve más vulnerables a acusaciones de difamación o extremismo.
Desde que comenzaron las protestas en Ucrania, Putin y gran parte de los medios rusos potenciaron su discurso nacionalista, proclamando la necesidad de proteger a Rusia de sus enemigos, tanto foráneos como domésticos.
VK, que parece mayormente una versión antigua de Facebook, tiene cerca de 60 millones de usuarios diarios, sobre todo de países de la ex Unión Soviética, y aventaja ampliamente a Facebook en toda la región. La red social rusa desempeñó un rol clave en la convocatoria a las protestas callejeras de fines de 2011, tras las manipuladas elecciones parlamentarias, y fue también importante para movilizar a las masas del movimiento de protesta de Kiev que terminó con el derrocamiento del presidente ucraniano prorruso, Viktor Yanukovich, en febrero.
"Es una tendencia que empezó con las protestas de diciembre de 2011, cuando las autoridades empezaron a temerles a las masas, en especial a las masas online", dijo Anton Nossik, un emprendedor líder de Internet en Rusia. "La presión de la censura contra los sitios web del país está aumentando, debido a que los legisladores ven en Internet un enemigo", añadió.
Durov, de 29 años, cultivó una reputación de rebelde dispuesto a enfrentar la presión del Kremlin: se negó a cerrar los grupos de VK vinculados con el movimiento de oposición ruso o a entregar información personal sobre sus líderes.
Desde su apertura en 2006, VK abonó la misma reputación temeraria de su fundador. La red social se consolidó como un elemento de primera necesidad para los rusos, al publicar gratuitamente miles de videos y canciones pirateadas.
No pasó mucho tiempo hasta que VK empezó a concitar la atención de los empresarios, así como la del gobierno. En 2010, uno de los principales inversores, allegado a Durov, vendió su participación en la empresa a Mail.ru Group, un holding del hombre más rico de Rusia y amigote de Putin, Alisher Usmanov.
Esa jugada fue seguida por la venta masiva de sus acciones de los antiguos aliados de Durov, en abril de 2013, a la empresa UCP, propiedad -al parecer- de Igor Sechin, jefe del gigante petrolero ruso Rosneft y miembro del círculo íntimo de Putin. La venta dejó a Durov, que se enteró del acuerdo después de que se firmara, como único accionista resistente del directorio de la compañía. Pese a ello, conservó su puesto de CEO, pero su gestión se vio cada vez más trabada por los nuevos accionistas.
Ese mismo mes, se abrió una investigación sobre Durov para determinar su supuesta participación en el atropello con fuga de un oficial de policía en San Petersburgo. En junio pasado, la causa fue cerrada discretamente, pero el mensaje estaba claro. En enero, vendió su 12% de la compañía a otro empresario, también vinculado a Usmanov.
El martes, Durov dijo que lo habían despedido de la empresa y que se había enterado por los medios. Y le confió a la revista de tecnología Techcrunch que ya había abandonado Rusia, sin planes de regresar en un futuro próximo.
Liberan a un periodista de EE.UU.
El periodista norteamericano Simon Ostrovski, retenido por los milicianos prorrusos que controlan la ciudad ucraniana de Slaviansk, fue liberado ayer, según confirmó la cadena de televisión VICE News para la que trabaja Ostrovski.
Varios periodistas desplazados a la ciudad tomada por los rebeldes prorrusos informaron también de la liberación de Ostrovski a través de Twitter. El periodista norteamericano relató a algunos de sus colegas que los hombres que lo tomaron como rehén lo golpearon, le ataron las manos y le vendaron los ojos.
Traducción de Jaime Arrambide
Laura Mills
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