El escándalo por abusos de menores golpea al establishment británico
Las revelaciones sobre la supuesta pedofilia de Jimmy Savile, un famoso conductor de TV, ya alcanzan a figuras de la política; ayer renunció el director general de la BBC
LONDRES.- Fue un gran momento televisivo. Ante una audiencia de 1,2 millones de personas, Phillip Schofield, conductor de This Morning , un popular programa de la hora del desayuno en la cadena semiprivada ITV entregó una tarjeta al primer ministro David Cameron con el siguiente desafío: "Me tomó tres minutos de búsqueda en Internet encontrar varios nombres de políticos conservadores a quienes se los está acusando de estar envueltos en la pedofilia . Usted conoce los nombres listados en este papel. ¿Va a hablar con esta gente? ¿Va a ordenar que se los investigue?".
Cameron, quien creía que había sido invitado a charlar sobre el estado de la salud pública, palideció ante la emboscada. Pero no se quedó mudo. Contrariado, respondió con una advertencia: "Existe el riesgo de que si no somos cuidadosos, todo esto se convierta en una suerte de cacería de brujas, especialmente contra las personas homosexuales, y me preocupa el tipo de cosas que usted está haciendo ahora, como esto de salir a recopilar nombres sacados de Internet".
Que este tipo de intercambio hostil y malhumorado haya tenido lugar en un programa de televisión más asociado con la discusión de recetas de cocina y de dietas que con las altas figuras del mundo político da una idea de la proporción descomunal que ha adquirido el " affaire Savile". Un escándalo que cubrió con el manto de la pedofilia a algunas de las figuras e instituciones más queridas y respetadas del establishment británico.
Todo comenzó con el desenmascaramiento de una celebridad ya fallecida. El disc-jockey y conductor de televisión Jimmy Savile murió el año pasado, a los 84 años, como un héroe nacional. Era el hombre que había recaudado millones de libras para obras caritativas y había cumplido con los sueños de infinidad de niños mediante su programa Jim'll Fix It (Jim lo arreglará).
Un año después de su muerte, en octubre de 2011, cuando la BBC preparaba un programa de homenaje, la cadena ITV difundió un documental con los testimonios de diez mujeres que aseguraron haber sido violadas por Savile cuando tenían 14 años.
Peor aún, pronto se supo que esas mujeres habían dado el mismo testimonio a un programa de la BBC que fue suspendido para que no opacara el homenaje previsto.
Pero lo que razonablemente llevó a cuestionar la actitud de quien fuera durante cuatro décadas el principal empleador de Savile, la prestigiosa BBC, dio pronto lugar a un aluvión de alegatos en las redes sociales sobre casos de abuso sexual de menores perpetrados tanto por él como por un gran número de personalidades en posiciones de poder.
La sospecha ha caído ahora sobre la plana mayor del Partido Conservador, especialmente sobre políticos vinculados con la administración de Margaret Thatcher.
Por razones legales, la prensa sólo ha publicado los nombres de aquellos que, como el otrora caballero de Su Majestad, sir Jimmy Savile, han muerto.
Uno de ellos es Peter Morrison, el último secretario privado de Thatcher en Downing Street. Poco después de su muerte, en 1995, a raíz de un ataque cardíaco, se supo que Morrison había sido homosexual.
Esta semana, una de sus colegas, la ex ministra Edwina Currie -la misma que confesó haber sido amante del ex primer ministro John Major- mencionó, durante una entrevista televisiva, haber escuchado rumores según los cuales Morrison había tenido sexo con jóvenes de 16 años cuando la edad de consentimiento era de 21.
"¿Estaba haciendo algo ilegal? Casi seguramente que sí. ¿Sería ilegal hoy? Es difícil decirlo porque la ley ha cambiado y ahora la adultez comienza a los 16", indicó.
El otro nombre revelado es el del ex ministro de Comercio y de Defensa Alan Clark, fallecido en 1999.
De Clark, quien en vida tenía ya la reputación de ser un mujeriego empedernido, se dice que estuvo con dos chicas de 14 años cuando todavía ocupaba una banca en la Cámara de los Comunes. El alegato no es nuevo. Clark lo negó en su momento. Pero lo hizo con la pícara agudeza que convirtió a sus diarios personales, publicados en tres volúmenes, en instantáneos best sellers : "Por supuesto que lo niego. Tengo que negarlo".
Denuncias de índole mucho más seria se han realizado en torno a casos de pedofilia registrados en hogares de menores en el norte de Gales durante las décadas del 70 y 80. El tema ya había motivado una investigación judicial en 1996, pero ésta fue ahora cuestionada por no haber tenido en cuenta cientos de testimonios, incluidos algunos que comprometerían a varias celebridades. Algunos hablan incluso de una "red de pederastas" con eje en Downing Street.
La ministra del Interior, Theresa May, anunció que el nuevo director de la Agencia Nacional contra el Crimen, Keith Bristow, liderará un equipo de investigadores que revisará todos los casos e investigará nuevas denuncias.
Un tribunal dirigido por la magistrada Julia Wendy Macur, en tanto, analizará las investigaciones realizadas en 1996 para identificar errores y sugerir medidas para subsanarlos.
Pero la reacción oficial no ha logrado aún frenar tanto el flujo como el tenor de los trascendidos. Y esto parece estar creando una lista indiscriminada de víctimas. Lord Robert Alistair McAlpine, ex tesorero del Partido Conservador, sería una de ellos.
Según el matutino The Guardian, el ex tesorero conservador fue erróneamente tildado de pederasta en cientos de tuits poco después de que su apellido fuera sugerido en el principal noticiero de la BBC, hace 10 días.
Ayer, sin embargo, la cadena, cada vez más golpeada por la crisis de credibilidad derivada del escándalo, tuvo que pedir disculpas al ex tesorero tras advertir que McAlpine fue confundido con una persona del mismo apellido que trabajó en un hogar de menores en Gales. El pedido de disculpas no fue suficiente para acallar la furia pública, y anoche George Entwistle, director general de la BBC, tuvo que presentar su renuncia.
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