El equipo científico secreto de EE.UU. que reflotó la teoría de la “fuga de laboratorio” como origen del Covid-19
El informe es resultado de nuevos datos y del aporte de un grupo de laboratorios de armas; sospechan que fue un derrame accidental, y no se trató de una creación humana ni un arma biolóica
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WASHINGTON.– La teoría de que la pandemia de Covid-19 fue resultado de un accidente en un laboratorio de China Central fue reflotada en la reciente evaluación de inteligencia de Estados Unidos, tras recibir informes de un equipo científico poco conocido que se ocupa de las investigaciones más secretas y técnicamente complejas en torno de las nuevas amenazas para la seguridad internacional, según revelaron actuales y exfuncionarios del gobierno norteamericano.
Los funcionarios explican que el análisis de los expertos del complejo de laboratorios nacionales de Estados Unidos –incluidos miembros de la mítica División Z– convenció al Departamento de Energía de cambiar su opinión de principios de este año sobre la probable causa del brote de coronavirus de fines de 2019. Aunque al principio estaban indecisos sobre los orígenes del Covid, en la nueva evaluación de inteligencia del gobierno, los funcionarios de Energía concluyen que el evento que desató la peor pandemia en un siglo fue un accidente de laboratorio.
Pero las demás agencias de inteligencia que participaron de esa evaluación clasificada –que se terminó hace un par de semanas y está rodeada de un fuerte hermetismo– se mostraron divididas en cuanto al origen del Covid-19, y la mayoría sigue manteniendo que la explicación más plausible es un “derrame” natural y evolutivo proveniente de los animales.
De hecho, hasta el Departamento de Energía se muestra muy cauto en su análisis, y en la evaluación sus funcionarios dicen tener “poca confianza” en sus propias conclusiones, según funcionarios que preservaron su anonimato para poder comentar sobre un material clasificado.
La opinión generalizada, dicen los funcionarios, sigue siendo que no hay una conclusión definitiva sobre el origen del virus, y esa opinión no ha cambiado desde la publicación del informe anterior del gobierno de Biden, en 2021.
“La conclusión sigue siendo la misma: básicamente, nadie sabe en realidad cómo pasó”, dice uno de los funcionarios.
Análisis en el Congreso
Aún así, la noticia de que el Departamento de Energía había cambiado de opinión reavivó el ya intenso debate en las redes sociales y en Washington, donde los legisladores se preparan para las audiencias parlamentarias donde analizarán las circunstancias detrás del brote.
“Para prevenir la próxima pandemia, necesitamos saber cómo comenzó esta”, dijo el legislador republicano Mike Gallagher, miembro de la Comisión Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes, tras conocer la noticia de la nueva evaluación.
“El gobierno debe moverse con urgencia y utilizar todas las herramientas a su alcance para garantizar que sepamos cómo se originó el Covid-19″, dijo.
Los funcionarios confirmaron que este año se completó una evaluación actualizada de los orígenes del Covid-19 y dijeron que el documento se basa en datos nuevos y en nuevos análisis realizados por expertos de ocho organismos de inteligencia y del Consejo Nacional de Inteligencia.
Pero el funcionario aclaró que las agencias coincidían en que el virus no fue creado por el hombre ni desarrollado como arma biológica.
“Laboratorio no es lo mismo que ‘hecho por el hombre’,” apunta el funcionario. “Aunque se tratara de una fuga de un laboratorio, la opinión sigue siendo que el virus es de origen natural”.
De las nueve entidades de inteligencia involucradas en la evaluación, solo el FBI había concluido previamente, con “moderada confianza”, que el brote de Covid se inició con un accidente de laboratorio.
El Departamento de Energía fue la única agencia que cambió su punto de vista, mientras que la CIA y otra agencia mantuvieron su indecisión, ante la falta de evidencia convincente que permita respaldar una de las hipótesis, señala el funcionario.
Sin embargo, y aunque le tenga “poca confianza” a su análisis, la opinión del Departamento de Energía tiene peso. Para su evaluación, el departamento se basó en la experiencia de un equipo formado en el complejo de laboratorios nacionales de Estados Unidos, que emplea a decenas de miles de científicos de todas las especialidades técnicas, desde física y análisis de datos hasta genómica y biología molecular.
Los laboratorios se crearon como parte del programa de armas nucleares de Estados Unidos y operan básicamente en secreto. El cuadro de expertos técnicos del departamento incluye miembros de la División Z del Departamento de Energía, que desde la década de 1960 ha colaborado en investigaciones secretas de amenazas de armas nucleares, químicas y biológicas por parte de los adversarios de Estados Unidos, incluidos Rusia y China.
Tanto el Departamento de Energía como la oficina del director de Inteligencia Nacional se negaron a comentar sobre la evaluación actualizada. Todavía no queda claro exactamente por qué los funcionarios de Energía llegaron a la conclusión de que la explicación más probable del origen de la pandemia era una fuga de laboratorio.
Ninguna de las teorías principales –un derrame natural de animales a humanos, o una fuga de laboratorio– ha sido corroborada de manera concluyente, en parte debido a la negativa de China a permitir que investigadores independientes accedan a muestras ambientales y otros datos en crudo recogidos en las primeras semanas del brote.
Hipótesis de derrame
Muchos científicos y hasta el momento la mayoría de las agencias de inteligencia norteamericanas creen en la hipótesis del derrame, según la cual el virus saltó de los murciélagos a los humanos, quizás en un mercado chino, y presumiblemente después de haber pasado por una tercera especie huésped. Sin embargo, y a tres años del brote, la búsqueda de ese escurridizo “tercer huésped” no ha arrojado pistas firmes. Los murciélagos que albergan virus estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2 son nativos del sudeste asiático y el sur de China, a unas 1600 kilómetros de Wuhan, donde se reportaron los primeros casos de la enfermedad.
Y tampoco ha surgido evidencia sólida de una fuga de laboratorio. Los partidarios de esta teoría señalan que el brote comenzó en una ciudad que resulta ser el principal centro mundial de investigación sobre coronavirus. Agregan que China ya ha tenido otros accidentes de laboratorio, incluido el incidente de 2004, cuando los empleados del laboratorio se expusieron sin saberlo al virus original del SARS, que posteriormente propagaron fuera del laboratorio, provocando al menos una muerte, según una investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
China ha negado reiteradamente que se haya producido un accidente. Pekín rechazó el lunes la nueva evaluación norteamericana que vincula a los laboratorios chinos con la pandemia, y la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, exigió que Estados Unidos “deje de difamar a China”.
“El rastreo del origen del Covid es un tema científico que no debe politizarse”, dijo Mao Ning.
Por Joby Warrick, Ellen Nakashima y Shane Harris
Traducción de Jaime Arrambide
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