El efecto Greta Thunberg: cómo inspiró a pequeñas activistas en todo el mundo
Un antiguo proverbio chino que dice que el leve aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami del otro lado del mundo podría ser la frase perfecta para describir la historia de Greta Thunberg. El viernes 20 de agosto de 2018, una niña de 15 años y trenzas largas faltó a clases y se paró por primera vez frente al parlamento sueco con un cartel que decía "huelga escolar por el clima". Volvió el viernes siguiente, luego el otro y después el otro. Nadie hubiese pensado en ese entonces que ese diminuto acto de manifestación generaría un año después una revolución climática en todo el mundo.
Ese tenue llamado de atención desencadenó una serie de eventos sorprendentes, que no solo cambiaron la vida de Greta Thunberg para siempre, sino de miles de niñas y niños en todo el mundo.
Thunberg, con ahora 16 años, logró lo que pocos en tan solo un año: se reunió con líderes mundiales para hablar sobre el clima, difundió su mensaje en los medios de comunicación de todos los rincones del planeta, inspiró la creación de una cumbre de la ONU sobre el clima exclusiva para jóvenes que se celebrará este sábado en Nueva York, recibió el máximo premio de derechos humanos de Amnistía Internacional, e incluso fue considerada como candidata para el Premio Nobel de la Paz. Pero tal vez, su mayor logro fue la creación del movimiento "Viernes para el Futuro", que tiene miles de jóvenes adeptos en una larga lista de países.
La huelga escolar de la activista sueca despertó inesperadas voces que imploran a los gobiernos de sus países por medidas urgentes para preservar el medio ambiente.
Leah, la "Greta" ugandesa
Cuando la ugandesa Leah Namugerwa cumplió 15 años, el mes pasado, en lugar de una fiesta de cumpleaños quiso plantar 200 árboles, en un intento de llamar la atención sobre los daños medioambientales en su país.
Namugerwa, quien se salta algunas clases para llevar a cabo protestas y pronunciar discursos en capitales de la región en defensa de las acciones para salvar el planeta, pertenece a la generación de jóvenes inspirados por la activista medioambiental sueca Greta Thunberg.
"Si los adultos no están dispuestos a asumir el liderazgo, yo y otros niños como yo los guiaremos. ¿Por qué me voy a quedar mirando mientras se producen injusticias medioambientales delante de mis ojos?", dijo Namugerwa la semana pasada en Kigali, capital de Ruanda, haciendo que la audiencia se pusiera de pie para ovacionarla por su discurso sobre la emergencia climática.
On the 15th of March @Fridays4FutureU hosted the 1st global #ClimateStrike in Uganda, on the 24th of May we hosted the 2nd & on the 20th of September (Friday) we're hosting the 3rd. Join #FridaysForFuture movement to participate in a strike near you @GretaThunberg@Fridays4futurepic.twitter.com/bJXkq7tjqU&— Leah Namugerwa (@NamugerwaLeah) 18 de septiembre de 2019
De vuelta en Kampala, explicó a la AFP que lo que la inspiró a hacer huelgas escolares cada semana fue el darse cuenta de la "inacción" de su gobierno en materia medioambiental, así como las protestas de Thunberg a las puertas del Parlamento sueco, origen del movimiento mundial de jóvenes a favor del clima.
Namugerwa fue una de los activistas de Viernes por el Futuro galardonados esta semana con la máxima distinción en derechos humanos de Amnistía Internacional.
Con su campaña, presionó al gobierno ugandés para que implemente una prohibición de las bolsas de plástico que invaden el país, y dio la voz de alarma sobre la deforestación masiva y sobre las prolongadas sequías e inundaciones atribuidas al cambio climático.
La primera vez que Namugerwa realizó una protesta reclamando acciones por el clima lo hizo sola, un viernes de febrero, en los alrededores de Kampala.
Ver esta publicación en Instagram#schoolstrike4climate Week 30 #Uganda #FridayForFuture @GretaThunberg https://t.co/SKYKiK9spS
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"Yo sentía que estaba haciendo lo correcto y que iba por el buen camino, pero a la mayoría de la gente, incluidos miembros de mi familia, les parecía algo raro. Mientras sostenía mi pancarta, me miraban sacudiendo la cabeza, mostrando recelo", recuerda.
Ahora, un grupo de adolescentes faltan a la escuela cada semana para unirse a sus huelgas de los viernes. "Algunas personas me critican. Dicen que a esta edad, los viernes debería estar en clase, y no en la calle haciendo huelga. Lo bueno es que mis padres me apoyan y me animan", dice la joven.
Lilly, la "Greta" tailandesa
"Soy una niña en guerra" dice Lilly, de 12 años, quien milita desde los ocho, se ha fijado por objetivo acabar con el plástico en Tailandia, inspirándose en la lucha de la sueca Greta Thunberg.
En junio, esta adolescente de doble nacionalidad estadounidense y tailandesa obtuvo su primera victoria: ayudó a convencer a Central, una gran cadena de tiendas, para que no distribuya bolsas de plástico de un solo uso en sus supermercados.
Tailandia es el sexto país del mundo que más contribuye a la contaminación de los océanos.
Como consecuencia, otros grupos de distribución implantados en Tailandia, entre ellos la cadena japonesa 7-Eleven, omnipresente en el país, se comprometieron en septiembre a no distribuir esas bolsas a partir de enero de 2020.
"Al principio, pensé que era demasiado joven para militar, pero Greta [Thunberg] me dio confianza. Cuando los adultos no hacen nada, los niños tenemos que actuar", dice la pequeña.
12-year-old Ralyn Satidtanasarn (known as Lily), a climate activist in Southeast Asia, convinced a major store in Bangkok to stop giving out plastic bags once a week. Lily is not stopping there and continues to talk to stores[R]. #futureisfemalehttps://t.co/bTugEpZQHapic.twitter.com/EFxXWBfBg9&— TheFemWord (@thefemword) 19 de septiembre de 2019
Ralyn Satidtanasarn, conocida como Lilly, se manifestará mañana en Bangkok para acompañar desde su país la huelga de Nueva York. "Mi lugar está aquí. La lucha debe librarse en el sudeste de Asia", dice.
Varios países de la región –Tailandia, Camboya, Filipinas, Malasia, Indonesia– han rechazado recientemente convertirse en el "basurero" de Occidente, y reenviaron contenedores repletos de plástico para reciclar a sus países de origen. Pero estos países del sureste asiático siguen generando en su propio territorio cantidades astronómicas de plástico.
La muerte reciente de un bebé dugong –una especie de mamífero marino amenazada– que tragó demasiados residuos plásticos conmocionó en las redes sociales.
Las autoridades tailandesas quieren poner fin a la bolsa de un solo uso hacia 2022, según una ambiciosa hoja de ruta elaborada a principios de este año. Pero algunos dudan de su eficacia. "No está previsto ningún mecanismo jurídicamente obligatorio, y sensibilizar al público no será suficiente" advierte Tara Buakamsri, director local de Greenpeace.
En la línea del movimiento iniciado por Greta Thunberg, Lilly organizó una "sentada" ante la sede del gobierno. También pidió una cita con el primer ministro Prayut Chan-O-Cha. Sin éxito.
Muchos creen en la fuerza de convicción de esta joven adolescente. Pero en Tailandia "los grupos de presión son poderosos y eso hace más difícil cualquier cambio" matiza Nattapong Nithiuthai, un militante ecologista. Uno de los mayores obstáculos es el sector petroquímico, muy centrado en el plástico, que representa el 5% del PIB tailandés y genera decenas de miles de empleos.
Alexandria, la "Greta" californiana
"Hay que escuchar a la ciencia y a los hechos porque el cambio climático no es una opinión", dice Alexandria Villaseñor, una de las líderes del movimiento Viernes por el Futuro en Estados Unidos.
Alexandria, de 14 años, protesta desde hace cinco meses cada viernes afuera de la sede de Naciones Unidas en Nueva York para llamar la atención sobre el cambio climático.
El mes pasado, la joven activista también anunció el lanzamiento de su propia organización sin fines de lucro, Earth Uprising, que tiene como objetivo apoyar y acelerar el movimiento climático juvenil.
WEEK 40 of our @UN#ClimateStrike in NYC! We have one week to go until the #GlobalClimateStrike, our absences that day will be excused (thanks @NYCSchools!) and we are so excited. Next Friday #StrikeWithUs, and let's change the world together [R] pic.twitter.com/HJJzIeXFKc&— Alexandria Villaseñor (@AlexandriaV2005) 13 de septiembre de 2019
Villaseñor nació en California pero se mudó a Nueva York en agosto del año pasado. Cuando visitaba a su familia para el Día de Acción de Gracias, estalló el incendio en el pueblo de Paradise. Su ciudad, a pocos kilómetros de distancia, recibió gran parte del humo.
Como la joven tiene asma, su familia la envió de regresa a Nueva York. "Para ese entonces, estaba realmente molesta y había hecho la conexión de que el cambio climático estaba alimentando los incendios forestales de California. Entonces, comencé a prestar atención a grandes eventos como [la conferencia climática de la ONU] COP24. Esperaba con ansias que los líderes mundiales redujeran las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50%, y cuando no se redujeron, cuando no llegaron a un acuerdo, fue cuando vi a Greta Thunberg. Vi su llamado a la acción y vi que debía hacer algo parecido", dice la joven.
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