El dólar en Brasil sigue en alza y alcanzó nuevos máximos históricos por encima de los 6 reales
La moneda norteamericana abrió este viernes con fuerte tendencia alcista en medio de la incertidumbre tras las medidas fiscales anunciadas por el gobierno de Lula da Silva
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BRASILIA. - La cotización del dólar en Brasil continúa en ascenso y marcó este viernes un nuevo máximo histórico al superar los 6,10 reales, impulsado por la incertidumbre en torno al compromiso fiscal del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Hacia las 10, el dólar operaba con un alza del 1,88%, con un valor de 6,1016 reales, pero luego comenzó a bajar ante mensajes de la política sobre el controvertido proyecto de reforma fiscal.
Más tarde, el dólar frenó su suba y comenzó a bajar, hasta 6,015 reales, tras los discursos de los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Rodrigo Pacheco y Arthur Lira, respectivamente, quienes reforzaron la importancia de las medidas de ajuste presentadas el miércoles por el ministro de Economía, Fernando Haddad, aunque señalaron un camino difícil para el proyecto que exime del impuesto a la renta (ganancias) a quienes ganan hasta 5000 reales (unos 840 dólares), la iniciativa que provocó la devaluación.
“El tema de la exención del impuesto a la renta, si bien es un deseo de todos, no está en la agenda por ahora y sólo puede suceder si (y sólo si) tenemos las condiciones fiscales para ello”, dijo Pacheco. Lira agregó que ese proyecto recién será analizado el próximo año y dijo que “la responsabilidad fiscal es innegociable”.
Al mediodía, fue el propio ministro de Economía, Fernando Haddad, quien se mostró más flexible sobre el proyecto. “He hablado mucho con los presidentes de la Cámara [de Diputados], Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco, y hay alineación con el gobierno. Si hubo alguna sorpresa, fue positiva, incluida la corrección de distorsiones en el paquete. Podemos abrir el año legislativo con medidas correctoras. No hay arrogancia por parte del gobierno y nadie intenta vender fantasías”, dijo Haddad en un almuerzo de directores de bancos, promovido por la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), en San Pablo.
El jueves, la moneda norteamericana ya había roto por primera vez en la historia el umbral de los 6 reales. Según el Banco Central de Brasil, el dólar cerró la jornada en 5,99 reales, mientras que este viernes abrió nuevamente con una tendencia alcista, alcanzando 6,0245 reales a las 9.15 antes de seguir subiendo.
Por su parte, el índice bursátil Ibovespa, el principal de Brasil, comenzó la jornada del viernes con una leve caída del 0,22%, situándose en 124.340 puntos.
Según la serie estadística del estatal Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA), desde que el real entró en circulación en 1994, la divisa estadounidense nunca había alcanzado los 6 reales.
La devaluación del real se produjo en consecuencia al anuncio de un paquete de medidas de ajuste fiscal por parte del gobierno de Brasil, que busca contener el gasto público y tranquilizar a los mercados. Sin embargo, fue recibido con escepticismo por analistas financieros, que lo consideran insuficiente para abordar los desequilibrios fiscales.
El paquete de medidas incluye ajustes en los techos salariales y beneficios de empleados públicos, así como en las jubilaciones militares, con el objetivo de generar un ahorro de 70.000 millones de reales (casi 12.000 millones de dólares) hasta 2026. También propone gravar a los sectores de mayores ingresos, incluyendo impuestos sobre grandes patrimonios, herencias y transacciones financieras de alto valor, y contempla una reducción impositiva para ciudadanos de ingresos medios.
Las medidas “consolidan el compromiso del gobierno con la sostenibilidad fiscal del país” para “un Brasil más fuerte, justo y equilibrado en el futuro”, dijo el miércoles en cadena nacional el ministro de Hacienda, Fernando Haddad.
Pero en paralelo a los recortes, Haddad anunció que favorecerá con una reducción impositiva a ciudadanos de ingreso medio -en el llamado impuesto a la renta- como contrapartida para alivianar el impacto social del ajuste, lo cual generó dudas en los inversores.