Todas las estrategias para lograr el esperado “desconfinamiento”
PARÍS.– No es difícil imaginar que la Academia Real de Estocolmo podría otorgar el premio Nobel de Medicina al equipo científico que haya permitido vencer el coronavirus. Pero, ¿cuándo sería eso? ¿En octubre de 2020? ¿O en octubre de 2021? Esa incógnita resume, en realidad, los diferentes escenarios de salida de crisis examinados por los especialistas y esperados con impaciencia por los 3000 millones de seres humanos confinados en el planeta.
"El nivel de incertidumbre seguirá siendo elevado, teniendo en cuenta que los casos aumentan y que ignoramos cuándo terminará esta crisis", responde el equipo científico del FMI, que desde hace más de 30 años calcula el indicador de incertidumbre pandémico (World Pandemic Uncertainty Index) para 143 países.
Al balance humano –más de 100.000 muertos en el mundo esta semana– se agrega la recesión. Resultado de una interrupción voluntaria de la actividad, esta crisis ya es equivalente a los daños causados por el crash financiero de 1929.
En medio de tantas incógnitas, una cosa es segura: el confinamiento funciona, pero no es la panacea. "El confinamiento permitió ralentizar la pandemia. Pero no es la solución", afirma Simon Cauchemez, modelizador del Instituto Pasteur. La estrategia sirvió para que no se produzca un derrumbe de los sistemas sanitarios, "pero la mayoría de los países están muy por debajo del nivel necesario para una inmunización colectiva", agrega.
Como demostraron otras pandemias a lo largo de la historia, sobre todo la de la gripe española de 1918-1919, una inmunización colectiva insuficiente propicia varias olas sucesivas, que hacen estragos en ausencia de toda medida de control. En el caso del Covid-19, el objetivo es alcanzar una inmunización del 60% de la población, evitando al mismo tiempo que las capacidades hospitalarias resulten desbordadas. En consecuencia, la cuestión no es tanto "si" seremos infectados, sino "cuándo". Y si todos podremos ser atendidos en caso de complicación.
Por esa razón, la salida del confinamiento es una operación particularmente compleja. Para tener idea de lo que podría ser ese "día después", las autoridades se apoyan en modelos matemáticos. Alimentados con diferentes informaciones obtenidas durante la pandemia, esos modelos dan una idea del ejercicio de "sintonía fina" que espera a los poderes públicos.
Todos ellos, sin excepción, reposan sobre un dato clave llamado "número de reproducción" –o "R", en el lenguaje científico–, que corresponde al número de personas que cada enfermo contamina en promedio. Mientras "R" sea superior a 1 (un infectado contamina a más de una persona), la curva sigue aumentando. Su curso puede, es verdad, ser retrasado por las medidas de distanciamiento social. Cuando "R" llega a un valor 1, la curva alcanza su pico y se instala en una meseta. Poco a poco, "R" desciende a -1, pero con el riesgo de que vuelva a dispararse cuando se suprimen las medidas restrictivas.
Estrategia del "stop and go"
Numerosos modelos fueron imaginados para controlar la difusión del virus en la población. Una de las más simples consiste en alternar períodos de "distanciamiento social" y de regreso a la vida normal: se trata de la estrategia de "stop and go". El equipo de epidemiología británico de Neil Ferguson sugiere utilizar como indicador el número de admisiones en reanimación: cuando se superan los 100 casos por semana, las medidas de distancia social deben ser reactivadas. Cuando ese número cae por debajo de 50 pueden ser anuladas. Para que ese modelo funcione, los autores estiman que el confinamiento debe aplicarse por lo menos dos tercios del tiempo hasta que esté disponible una vacuna.
El epidemiólogo estadounidense Marc Lipsitch retomó la estrategia del "stop and go" con una dimensión suplementaria de estacionalidad. En su hipótesis, el SARS-CoV-2 –verdadero nombre del Covid-19– sería como la gripe, sensible a las variaciones climáticas. La llegada del verano en Estados Unidos debería facilitar el control de la epidemia, pero expondría al país a un resurgimiento de la pandemia en el otoño boreal. Esa nueva ola sería todavía más peligrosa, pues se agregaría a la gripe, con un impacto aun mayor sobre el sistema sanitario. Como en el escenario británico, serían necesarios varios períodos de confinamiento y libertad –alrededor de siete– antes de llegar a una inmunización colectiva en 2022.
Globe Op-Talks: Marc Lipsitch, What's The Best Case Scenario? Looking forward to this tomorrow https://t.co/CgmiPNJKu8&— Marc Lipsitch (@mlipsitch) April 7, 2020
"Mientras no tengamos una vacuna, la única variable de ajuste seguirá siendo el número de camas de reanimación: mientras más haya, mayores pueden ser los picos, lo que reduce al mismo tiempo la cantidad de olas epidémicas necesarias para alcanzar el nivel de inmunización colectiva", explica Cauchemez.
Los científicos reconocen las dificultades de esa estrategia, que supone contar con la capacidad de controlar con precisión la progresión de la epidemia para poder tomar la decisión de confinar en el momento indicado. "Las diferencias regionales y mundiales complican aun más la tarea, con la pandemia en diferentes estadios", precisa Cauchemez.
Los grandes movimientos de población veraniegos también podrían facilitar una reactivación del virus. "Sin contar con los daños que ese método provocaría en la economía, tanto nacional como global, sometida a un funcionamiento en yo-yo", precisa el economista francés Elie Cohen.
Para evitar esa complejidad, otros modelos sugieren una diferenciación basada en la edad. La idea es simple: ya que el coronavirus mata con más facilidad a la gente mayor, conviene protegerlos dejándolos confinados más tiempo y, simultáneamente, autorizar a los más jóvenes a salir.
Esa es la recomendación de la empresa francesa Public Health Expertise, especializada en la modelización de estrategias médicas. "Nos sorprendió constatar que un levantamiento del confinamiento en dos etapas, primero los menores de 65 años y tres meses después los mayores, causa diez veces menos decesos que un levantamiento completo de las restricciones", resume Martin Blachier. Otros especialistas están de acuerdo: "Uno de los efectos positivos de ese método, que consiste en mantener un control estricto para las personas mayores de 50 años, parece esencial para limitar el número total de decesos", precisa Samuel Alizon, investigador del CNRS en Francia.
Basados en el mismo principio –y para evitar una estigmatización de algunos sectores de la población–, otros modelos proponen un levantamiento del confinamiento por región en función del nivel de inmunización alcanzado. Las zonas que fueron más contaminadas podrían ser, en consecuencia, las primeras en salir del aislamiento.
Técnicas de "contact tracing"
Además de las estrategias a nivel de la población, la lucha contra el Covid-19 también se apoya en medidas individuales. Esa técnica, llamada "contact tracing" o "tracking" consiste, una vez identificado un enfermo, en hallar y aislar a las personas que estuvieron en contacto con él. Corea del sur, China y Singapur le atribuyen sus éxitos en el control de la epidemia.
La misma supone recurrir a una vigilancia digital de la población a través de una aplicación en los celulares inteligentes. En Europa y Estados Unidos varios proyectos están en curso. El problema de ese sistema, que sería eficaz únicamente con una fuerte participación de la población, es ¿cómo conciliar los imperativos de salud pública y la protección de la vida privada?
A lot of details TBC.#Google#android#apple#covid19"Earlier today, Apple and Google announced a Bluetooth-based COVID-19 contact tracing platform that could alert people if they’ve been exposed to the novel coronavirus. Conta…https://t.co/JP8GNM21wchttps://t.co/nNoZcFkrnh&— Hoi Tak Leung (@hoitakleung) April 11, 2020
En Francia, el primer ministro, Edouard Philippe, reconoció que esa estrategia "solo sería posible basada en la aceptación voluntaria de los ciudadanos". "Ese tipo de soluciones solo funcionaría teniendo la capacidad de hacer tests de diagnóstico en cantidad suficiente para controlar a todos aquellos que presentan síntomas, aun leves", estima un estudio de la Universidad de Oxford.
Cualquiera sea la técnica utilizada, para saber quién podrá salir y quién no, las autoridades sanitarias necesitarán además realizar una enorme cantidad de "tests serológicos", que permitirán saber quién estuvo en contacto con el virus y cuál es su grado de inmunización. En ese caso, varios países –Alemania, en particular– estudian el principio del "pasaporte inmunitario", que permitiría a esa gente poder circular libremente.
"Es una buena idea, a condición de no testear a la gente poco después de haber sido contaminada. En ese caso, es probable que los anticuerpos no hayan tenido tiempo de desarrollarse en el organismo", afirma el epidemiólogo francés Benjamin Davido.
Pero, ¿cuáles serían las posibilidades de circulación de la gente por el mundo después de meses de confinamiento? Según los especialistas, las cosas no serán nada fáciles desde el punto de vista logístico. Así, el presidente del grupo Aeropuertos de París, Augustin de Romanet, estima que nada será normal antes del mes de septiembre en lo que concierne al tráfico aéreo. "Para que un aeropuerto funcione, es necesario que enfrente haya otro aeropuerto dispuesto a recibir los pasajeros. Con más de 160 países afectados por la pandemia, cada Estado tendrá tendencia a aplicar sus propias reglas para recibir extranjeros. Mi temor es que haya una gran disparidad en esas reglas y que todo vaya muy lentamente", afirma.
Más allá de la logística, el desconfinamiento plantea la necesidad de una reflexión global y una cooperación internacional. Hasta hoy, la evolución de la pandemia demuestra que por todas partes del planeta estallan focos y que muchos países son incapaces de organizar campañas masivas de detección. "En ausencia de vacuna y de tratamiento apropiado es inimaginable un desconfinamiento total y una reactivación ilimitada de la circulación de la gente", señala el doctor Davido. A su juicio, es muy posible que, guiados por el pragmatismo, "la mayoría de los gobiernos del planeta decidan congelar las fronteras por lo menos hasta fin de año".
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