Cuarentena: el desesperado escape de una mujer con su hija de Wuhan
SHANGHAI.- Cuando se enteró de que el gobierno norteamericano había programado un vuelo para evacuar a sus ciudadanos de la ciudad china que es epicentro de la zona de cuarentena más grande de la historia, Priscilla Dickey se desesperó por conseguir un asiento para su hija de 8 años, Hermione.
La pequeña se encontraba con su madre en Wuhan cuando las autoridades bloquearon abruptamente los ingresos y salidas de esa metrópolis de 11 millones de personas. El cierre de la ciudad fue la arriesgada apuesta de China para desacelerar la propagación del nuevo coronavirus y Hermione estaba con fiebre.
El número de casos confirmados y de víctimas fatales del virus se disparó. Priscilla, de 35 años, y el padre de Hermione, James Dickey, que tiene 43 años y vive en una ciudad cercana, no encontraron una clínica equipada para analizar si su hija estaba infectada con coronavirus. James Dickey dice que la tomografía de tórax reveló que Hermione no tenía neumonía. Cuando llegó el fin de semana, la nena ya estaba bien, pero los padres estaban decididos a sacarla de la ciudad.
El sábado, cuando el diario The Wall Street Journal informó que el gobierno norteamericano estaba organizando un vuelo de evacuación para algunos de los 1000 ciudadanos de Estados Unidos que viven en Wuhan y sus alrededores, los Dickey vieron la oportunidad.
Pero conseguir una plaza en ese avión no sería cosa fácil. Para empezar, los Dickey se quedaron pasmados cuando llamaron a la embajada y los atendió un mensaje grabado: "La información de un supuesto vuelo charteado para ciudadanos norteamericanos que saldría mañana no es cierta. La embajada está evaluando diferentes opciones para ayudar a los ciudadanos de Estados Unidos".
De todas formas, la pareja decidió dejar registrados sus datos personales en el Departamento de Estado. Y rindió sus frutos, porque la embajada luego les envió un email informándoles que Hermione y su madre habían sido seleccionadas para abordar el avión. El vuelo estaba inicialmente planeado para el domingo y luego fue reprogramado para el martes a la mañana y después para el martes por la noche.
Priscilla hizo las valijas para su viaje a California y de ahí directo a Ohio, a reunirse con su familia. Sería el primer viaje de su hija Hermione a Estados Unidos desde que tenía 3 años de vida. James Dickey vive en Changsha, a casi 500 kilómetros de Wuhan y el pasaporte de la nena se encontraba en el departamento de su padre, así que Priscilla solo tenía en su poder una fotocopia del pasaporte de su hija.
James y Priscilla fueron reclutados para trabajar como docentes en China poco después de casarse en su estado natal de Tennessee, hace más de una década. Los asignaron a Shiyan, una ciudad de Hubei situada a 500 kilómetros al noroeste de Wuhan, capital provincial. "Al principio no sabía nada de China", dice Dickey, que hasta entonces había trabajado en telemarketing en Memphis.
Cuando Priscilla quedó embarazada de Hermione, la pareja de docentes decidió quedarse en Shiyan. El parto no tuvo inconvenientes, les costó menos de 1000 dólares y además salieron en los diarios locales: al parecer, Hermione era el primer bebé extranjero nacido en esa ciudad de unos tres millones de personas. La pareja luego se mudó a Wuhan, pero en 2017 se separaron. James es maestro en un jardín de infantes chino en Changsa y educa en su casa a Hermione, que cursa primer grado. Priscilla se instaló en el campus de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hubei en Wuhan, donde cursa una diplomatura. Hermione pasa los fines de semana allí con ella.
El 17 de enero fue un día de cumpleaños normal para Hermione, con torta y un pequeño grupo de amigos. Una semana después, Wuhan era una ciudad cerrada y el número de enfermos y de muertos no paraba de crecer.
El vuelo charter de Estados Unidos para evacuar al personal del consulado en Wuhan, a sus familias y a un reducido número de norteamericanos, era la única promesa de salida. Y aunque Priscilla y Hermione había sido elegidas para viajar, llegar hasta el aeropuerto representaba un desafío extra en ese ciudad de calles valladas y sin servicio de transporte.
Cuando Priscilla intentó convencer a la policía local de que le diera un salvoconducto para la autopista que conduce al aeropuerto "pensaron que estaba loca", recuerda la mujer. Pero tuvieron suerte otra vez: Jacob Wilson, un norteamericano que había decidido quedarse en la ciudad, se ofreció a llevarlas en su auto al aeropuerto.
Con barbijos protegiéndoles la cara, Priscilla y su hija se subieron a la parte trasera del auto de Wilson, con una videocámara para filmar el trayecto para el programa "Today" de la cadena NBC y arrancaron por las calles y las autopistas desiertas. En las afueras de la ciudad se toparon con un retén de policías y vehículos de tipo militar, pero en otras zonas de la autopista vacía solo había conos anaranjados. "Seguía estresada, pero esperanzada", dice Priscilla. "Era todo rarísimo".
When Priscilla Dickey learned the U.S. government was planning an evacuation flight out of the Chinese city at the center of the largest quarantine zone in history, she was desperate to get a seat for her 8-year-old daughter, Hermione.@jamestareddyhttps://t.co/YRtfmPSUkW&— Jonathan Cheng (@JChengWSJ) January 30, 2020
Hermione tenía anteojos con los colores de la bandera norteamericana, y según pudo verse en las imágenes del programa "Today", al llegar al aeropuerto abrazó a Wilson en señal de agradecimiento. Habían llegado cuatro horas antes de la partida de un avión programado para las 10 de la noche. Los diplomáticos y otros ciudadanos norteamericanos que también abordarían el avión esperaban en el interior de un aeropuerto vacío. Las autoridades chinas no solo los sometieron a los usuales procedimientos de seguridad e inmigración, sino también a un examen médico.
Cerca de la medianoche, cuando se acercaban a la parte del trámite migratorio, madre e hija fueron apartadas de la fila: las autoridades chinas querían ver el pasaporte de Hermione, no una fotocopia. Los diplomáticos de la embajada que abordarían el avión negociaron con las autoridades chinas y explicaron que cuando Wuhan fue puesta en cuarentena, el 23 de enero, el pasaporte de la niña se encontraba en otra provincia, a cientos de kilómetros de distancia.
Los funcionarios de migraciones hicieron consultas telefónicas con Pekín. "Nos indicaron que nos sentáramos a esperar", dice Priscilla. A las 2 de la mañana, los funcionarios de migraciones chinos decidieron que con la fotocopia del pasaporte no alcanzaba. "Cuando los empleados del consulado llegaron con esa cara de médicos que tienen que dar una mala noticia, pensé que todo había terminado", recuerda Priscilla. No permitirían que Hermione abordara el avión. A eso de las 3 de la madrugada, Priscilla llamó a Wilson para ver si podía llevarlas de regreso a la ciudad.
A pesar de su frustración, Priscilla dice comprender los esfuerzos de China para contener la enfermedad y se solidariza con el personal del aeropuerto. Cuando llegaron de vuelta a su casa, el avión ya había partido, o al menos eso imaginó, ya que nunca llegó a verlo. Ahora Priscilla trata de ser fuerte por su hija, que sigue confundida y decepcionada. "No para de repetir lo que me escuchó decir", dice la madre. "No tengo mi pasaporte".
The Wall Street Journal (Traducción de Jaime Arrambide)
Temas
Otras noticias de Covid
Más leídas de El Mundo
Quién es Carlo Acutis. El “influencer de Dios” al que el Vaticano hará santo tras atribuirle el milagro de curar a una joven costarricense
Reabre el 7 de diciembre. Un video muestra cómo quedó el interior de la catedral de Notre Dame tras la restauración
Derrumbe. Es uno de los hombres más ricos del mundo y perdió 12.500 millones de dólares en un día por una trama de sobornos
Adelanto de sus memorias. Angela Merkel reveló el consejo que le dio el papa Francisco para lidiar con Trump