El derrumbe del califato limita el impacto de la propaganda jihadista
WASHINGTON.- Las operaciones de propaganda de Estado Islámico (EI), que llevaron a más de 30.000 combatientes extranjeros a viajar a Siria e Irak, cayeron de manera importante a medida que la presión militar contra la organización fue aumentando.
Investigadores de la Academia Militar de Estados Unidos encontraron que también se ha producido un cambio en las publicaciones en redes sociales, que antes trataban de vender una propuesta de Estado, con funcionarios que desempeñaban tareas, negocios abiertos y ciudadanos satisfechos. EI sostiene que está construyendo un nuevo califato en tierra musulmana, un argumento cada vez más cuestionable. "No es sólo el declive numérico", dijo Daniel Milton, director de investigación del centro para el combate contra el terrorismo de la Academia Militar. "El califato era su gran argumento de venta."
A comienzos de 2014, la propaganda de EI era efectiva. No sólo porque era sofisticada y estaba bien producida, sino también por su mensaje de victoria inevitable, que urgía a los musulmanes de todo el mundo a sumarse a su modelo exitoso de construcción de un Estado. Mientras el grupo se expandía y controlaba ciudades y territorio en Siria e Irak, y después en Libia y otros países, ese mensaje resonó entre jóvenes musulmanes por Medio Oriente y el norte de África, en algunos países europeos y, en menor medida, incluso en Estados Unidos.
Pero a medida que la campaña militar de Estados Unidos y sus aliados debilitó a EI y eliminó a algunos de sus líderes, comenzó a parecer cada vez menos un Estado religioso con futuro y más un ejército terrorista endeble.
En abril, el Pentágono informó que el flujo de combatientes extranjeros había caído de 2000 mensuales a 200. A fines de junio, Brett McGurk, el enviado especial de Obama, dijo que el grupo fue expulsado de casi la mitad del territorio que había ocupado en Irak y que el número de combatientes extranjeros cayó de 33.000 a unos 20.000.
J.M. Berger, coautor del libro EI: el Estado del terror e investigador en el Centro Internacional de Antiterrorismo en La Haya, dijo que otros investigadores fueron testigos de la reducción constante de la producción de propaganda. "Están abandonando la venta utópica de un producto con la que comenzaron. Y eso limita su capacidad de reclutamiento", dijo.
Milton sostuvo que creía que la reducción de la producción de piezas era consecuencia directa de la acción militar de la coalición, que ha eliminado a quienes las hacían y los lugares en los que las hacían. "El equipo de medios de EI también está formado por combatientes", dijo. "Y cuando combaten no pueden enviar sus mensajes." Algunas personas asesinadas en ataques aéreos son reconocidas como "mártires de la comunicación", añadió Milton. Uno de los últimos es Wail al-Fajad, a quien EI llamaba su "ministro de comunicaciones", que fue asesinado por un ataque aéreo de Estados Unidos en septiembre.
Su campaña de medios puede haberse reducido también porque las empresas de redes sociales, sobre todo Twitter, limitaron la capacidad de EI para usar sus plataformas.
Cuando EI avanzó en Irak en 2014 y captó la atención mundial, nadie tenía prevista su capacidad de comunicación. Además de pedir que quienes vivían en países de Occidente atacaran en sus lugares de residencia, como hizo Al-Qaeda en Yemen, los invitó a mudarse al califato.
Las galerías de fotos de EI que aparecían en varias páginas mostraban el comercio en Raqqa, la ciudad que proclamaron su capital, y solían enviar un mensaje de normalidad: fábricas en funcionamiento, góndolas bien surtidas, chicos que nadaban y jugaban. El mensaje era que en el califato encontrarían, más que guerra, un Estado en formación.
Eso comenzó a cambiar en 2014, después de que empezaron los bombardeos en su contra luego de que EI hizo pública una campaña salvaje de decapitaciones de periodistas y cooperantes. Ese mensaje ambivalente, de guerra y paz, continuó.
El pico de la producción audiovisual llegó a mediados de 2015. Desde entonces, a medida que los ataques aéreos contra el grupo aumentaban y la organización perdía terreno en Irak, fue más difícil cumplir su promesa de crear un Estado viable.
El estudio de la Academia Militar encontró problemas incluso en las piezas más grotescas: un declive en las imágenes de ejecuciones de enemigos capturados y un aumento de las ejecuciones de combatientes de EI acusados de espionaje o traición. Los investigadores creen que ese cambio se debe a una mayor preocupación dentro de la organización por los infiltrados y un deseo de impedir más deserciones.
El declive de la propaganda islámica es una buena noticia para los esfuerzos militares de sus oponentes, pero no significa una victoria definitiva. La mayoría de los expertos creen que el riesgo de ataques terroristas en Occidente seguirá aumentando a medida que los combatientes en Siria regresen a casa, un fenómeno que ya se ha visto en Francia y Bélgica.
Milton añade otra cuestión que le preocupa: "¿Qué hacer con todos los niños que han tenido estas experiencias y quienes han estado expuestos a esta visión del mundo? Esto va a ser un problema de largo plazo".
Más ataques contra chiitas en Irak
- Un atacante suicida se detonó ayer en medio de una procesión chiita en Bagdad y causó la muerte de dos personas, informaron las autoridades.
- El ataque ocurrió luego de que fuerzas de seguridad iraquíes advirtieron que estaban en estado de alerta máxima ante una inminente ofensiva para recapturar la segunda ciudad en importancia del país, Mosul, de las manos de la organización terrorista Estado Islámico (EI).
- El ataque en la capital iraquí, ocurrido en el distrito mayoritariamente chiita de Karada, dejó otras cuatro personas heridas, informaron fuentes de seguridad. EI dijo que uno de sus miembros realizó un ataque suicida en una procesión chiita en la zona.
- La procesión era parte de una serie de eventos religiosos en el marco de la Ashura, la conmemoración de la muerte de Hussein, nieto del profeta Mahoma. El ataque ocurre apenas un día después de que 40 personas fueron asesinadas en otro ataque suicida contra un funeral en el barrio chiita de Shaab, en el norte de Bagdad, informó la policía.