El conflicto sirio volvió a extenderse al Líbano con un atentado en la capital
La explosión de un coche bomba en el centro de Beirut mató a Mohammed Chatah, reconocido crítico de Al-Assad y una de las principales figuras de la oposición
BEIRUT.- El Líbano volvió a vivir horas oscuras, víctima de un conflicto ajeno, al estallar a primera hora de ayer un coche bomba que tuvo como blanco a un influyente político y ex ministro contrario al régimen de Damasco. Se trata de uno de los episodios más cruentos de la violencia que divide a partidarios y opositores libaneses del presidente sirio, Bashar al-Assad.
El estallido se dio en el distrito céntrico de Starco, al paso del auto del ex ministro de Finanzas Mohammed Chatah, reconocido crítico del hombre fuerte de Siria. El ataque dejó otros cuatro muertos y 52 heridos, diseminados en un panorama desolador en la calle, sangre en las veredas, coches carbonizados y una decena de edificios con los vidrios de las ventanas rotos. La explosión se oyó en toda la ciudad, mientras la onda expansiva lanzó a los transeúntes al suelo.
Chatah, considerado un político moderado y una de las figuras más destacadas de la coalición 14 de Marzo, en la oposición, se dirigía al momento de la emboscada a una reunión de su partido, liderado por el ex primer ministro Saad Hariri.
"Este atentado es un claro mensaje terrorista contra todos los moderados y personas que aman la libertad", dijo Hariri en un comunicado. El ataque "iba dirigido a hacer maniobrar al Líbano en aguas desconocidas", agregó el ex premier, que, en otro ejemplo de la violencia que domina el país, vive en el exilio desde 2011.
Chatah, casado y padre de dos hijos, estaba considerado el representante de Hariri en el Líbano.
Hariri conoce demasiado bien la violencia política: su padre, el también primer ministro Rafik Hariri, fue asesinado en un atentado en 2005. Había estado diez años al frente del gobierno libanés. Las aguas desconocidas a las que refería era un mayor contagio del conflicto sirio. Desde la muerte de su padre hasta el asesinato de ayer ya suman nueve las personalidades del país críticas con Damasco y su aliado libanés, el movimiento armado de Hezbollah, que son asesinadas.
Inestable por las propias fisuras internas, que lo atraviesan desde la década del 70, la seguridad se deterioró en el Líbano desde el comienzo de la guerra siria, en marzo de 2011. El conflicto se derramó sobre su pequeño vecino con un aumento de los enfrentamientos sectarios, los asesinatos y los secuestros.
En un tuit enviado apenas una hora antes de ser asesinado, Chatah acusó a Hezbollah por su apoyo al régimen sirio. Fue su última declaración. Estaba en consonancia con un mensaje que escribió en su blog el 5 de septiembre pasado: "Una Siria unida y pacífica con Al-Assad ya no es posible (...) Irán y Hezbollah tienen que ser conscientes de esto más que nadie".
Su agrupación 14 de Marzo atribuyó precisamente la emboscada de ayer a esa milicia chiita, que asiste con sus combatientes al bando de Al-Assad en su lucha por afirmarse en el poder contra los rebeldes.
Mensaje
El nuevo derrame de sangre tiene lugar a pocos días del comienzo del juicio contra cinco sospechosos por el asesinato del padre de Hariri, el 16 de enero. Para muchos, se trata de un mensaje mafioso. El juicio será en ausencia, ya que los acusados están prófugos, y Hezbollah se negó a colaborar con el tribunal con el argumento de que el proceso tiene motivaciones políticas.
"El asesino es el mismo (...) Tiene sed de sangre siria y libanesa (...) de Beirut a Trípoli (...) a todo el Líbano, el asesino es el mismo, él y sus aliados libaneses, de Deraa, a Aleppo, a Damasco, a toda Siria", señaló la coalición 14 de Marzo.
Los embajadores de Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, países que apoyan a esa coalición, acudieron al lugar del atentado. Para Angelina Eichforst, representante de la Unión Europea en el Líbano, el asesinato es "un mensaje contra la moderación". Hezbollah, sin embargo, reaccionó calificando el atentado como un "intento repugnante de dañar la estabilidad y la unidad nacional que sólo beneficia a los enemigos del Líbano".
En el vaivén de ataques de partidarios de los dos bandos, la capital libanesa ha sido blanco de varios atentados en los últimos meses, la mayoría contra bastiones de Hezbollah por su explícita participación en ese conflicto, que ya dejó más de 120.000 muertos.
La gente ventilaba ayer su rabia por los repetidos ataques y la violencia vinculada al conflicto sirio. "Todo está relacionado con Siria. No hay futuro, si pudiera irme del país con mi mujer e hijos, lo haría", dijo Ziad, de 37 años. El olor de los explosivos aún impregnaba el aire.
Agencias AFP, EFE, DPA y Reuters
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