El clima de fiesta reinó en toda Cisjordania

RAMALLAH, Cisjordania.- La multitud se deshizo en vítores cuando vio al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, mostrar una copia del documento que le había entregado poco antes al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el que solicitó al Consejo de Seguridad la admisión de Palestina como Estado miembro del organismo internacional.

Como en otras ciudades de Cisjordania, una pantalla gigante en la plaza principal de Ramallah (sede de la ANP) mostraba el discurso en directo. "Abbas, somos tu gente y tú verdaderamente nos haces mantener nuestras frentes en alto -coreaba la gente-. Con nuestras almas, con nuestra sangre, defenderemos Palestina."

Entre la muchedumbre, sólo se veían cientos de banderas y retratos de Abbas. Era el punto final del discurso que había dado el mandatario ante la Asamblea General. Los asistentes celebraron con estruendo cada oración, en particular cuando mencionó que el objetivo de los palestinos era la búsqueda de un Estado con Jerusalén Este como capital y con los territorios completos de Cisjordania y Gaza.

Al concluir el evento, se organizaron columnas de autos con música que recorrieron la ciudad durante horas, como si el ingreso en la ONU en calidad de integrante de pleno derecho fuera un hecho consumado.

Pero no lo es. Un eventual veto de Estados Unidos podría impedirlo, y de cualquier forma no es algo que vaya a resolverse pronto: el asunto demorará en comisiones del Consejo de Seguridad.

Esto no desanimaba a Mariam, una estudiante de medicina de 21 años que había venido de Jerusalén con su madre para participar en lo que considera un momento histórico.

"Abu Mazen [seudónimo de Abbas] dijo todo lo que es importante para nosotros", comentó la joven. "Le hizo saber al mundo que estamos hartos y que no vamos a dejarnos engañar más por Estados Unidos e Israel."

Sobre el tiempo que tardará el Consejo en abordar el tema, recordó que el recién creado Sudán del Sur había sido admitido en tan sólo cuatro días. "¿Por qué tienen que hacernos esperar a nosotros? ¿Es que no importamos?", se preguntó.

Los palestinos también festejaron que Abbas señalara que los asentamientos israelíes en su territorio, cuyo crecimiento se negó a impedir el gobierno de Benjamin Netanyahu, es uno de los mayores problemas.

El júbilo fue, sin embargo, eclipsado por la violencia horas antes del discurso. Cerca de Qusra, en Cisjordania, soldados israelíes mataron a tiros a un palestino durante un enfrentamiento entre los pobladores y colonos israelíes, según testigos y versiones militares.

En Qalandiya, un importante puesto de control israelí entre Cisjordania y Jerusalén, los soldados israelíes dispararon gases lacrimógenos para dispersar grupos de palestinos que arrojaban piedras.

"Y ayer [por anteayer], un colono arrolló a un niño palestino en Hebrón", lamentó Nayef al-Gul, un aprendiz de cirquero de 26 años. "Si conseguimos convertirnos en Estado, será lo mismo: seguirán matándonos y destruyendo nuestras casas."

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