El clérigo que fue la voz de Al-Qaeda en Occidente
SANA.- La densa barba negra revelaba piedad islámica, los anteojos de moda, de armazón metálico, delataban su preferencia por el estilo occidental.
Anwar al-Awlaki, nacido en Estados Unidos, talentoso predicador musulmán y experto operador de Internet, se convirtió en un poderoso instrumento de Al-Qaeda para el reclutamiento en Occidente: su voz angloparlante difundió el credo terrorista a través de un blog, posts en las redes sociales e intercambio de correos electrónicos.
Su atractivo a mitad de camino entre Oriente y Occidente fue considerado un potencial modelo para la próxima generación de líderes de Al-Qaeda. Pero su ascenso a la prominencia también llamó la atención de la CIA, y lo situó en su lista de sujetos con pedido de captura o muerte. Fue el primer norteamericano así rotulado.
Ayer, Al-Awlaki fue encontrado muerto en las montañas de Yemen, en lo que los oficiales locales creen que fue un bombardeo norteamericano. Ellos afirmaron que en los días anteriores al ataque, aviones no tripulados habían sido vistos por esa zona.
Según funcionarios norteamericanos, Al-Awlaki, de 40 años, había pasado con el transcurso del tiempo de ser un influyente vocero de la ideología de la guerra santa de Al-Qaeda contra Estados Unidos a convertirse en una figura operativa, ayudando a reclutar militantes para la filial de la red terrorista en Yemen, considerada la amenaza más directa contra Washington.
Se sospechaba que Al-Awlaki tenía contactos con Umar Faruk Abdulmutallab, un nigeriano acusado del frustrado intento de hacer explotar un avión comercial que se dirigía a Detroit usando explosivos cosidos dentro de sus pantalones, el día de Navidad de 2009. Funcionarios yemeníes creen que Al-Awlaki y otros líderes de Al-Qaeda se encontraron con Abdulmutallab para ayudarlo a planear el frustrado ataque.
También se creía que había tenido algo que ver con el envío de cartas bomba a las sinagogas del área de Chicago, paquetes interceptados en Dubai y Europa en octubre de 2010.
Ese mismo año, con anterioridad, Al-Awlaki instó a los musulmanes norteamericanos a planear ataques dentro de Estados Unidos.
"¿Cómo puede su conciencia dejarlos convivir en paz con una nación responsable de crímenes cometidos contra nuestros hermanos y hermanas?", dijo en uno de sus sermones.
Al-Awlaki, nacido en Estados Unidos de padres yemeníes, intercambió hasta 20 correos electrónicos con el mayor del ejército de Estados Unidos Malik Nadal Hasan, supuesto asesino de 13 personas durante el desenfrenado tiroteo de Fort Hood. Hasan inició los contactos, atraído por los sermones de Al-Awlaki en Internet, y recurrió a él en busca de asistencia religiosa.
Al-Awlaki había dicho que no le indicó a Hasan que llevara a cabo el tiroteo, pero más tarde lo elogió llamándolo "héroe" en su sitio de Internet por haber matado a soldados norteamericanos destinados a Irak o Afganistán para luchar contra musulmanes.
En Nueva York, el paquistaní-norteamericano que se declaró culpable por el intento de hacer estallar un coche bomba en 2010 en Times Square confesó haberse inspirado en Al-Awlaki tras contactarlo por Internet.
Al-Awlaki ha estado en la mira de Estados Unidos desde que su pedido de muerte fue aprobado por el presidente Barack Obama en abril de 2010. Al menos dos veces se produjeron ataques aéreos en lugares donde se sospechaba que se encontraba, pero nunca había sufrido daños. La orden de muerte contra un ciudadano norteamericano despertó críticas en los grupos defensores de las libertades civiles.
Al-Awlaki nació en 1971 en Nuevo México, donde su padre se encontraba estudiando agricultura como becario Fulbright. El padre regresó con su familia a Yemen en 1978 para ocupar el cargo de ministro de Agricultura, y más tarde ejerció como profesor de la Universidad de Saná.
Su hijo volvió a Estados Unidos en 1991 para estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Estatal de Colorado, para seguir luego estudios de educación en la Universidad Estatal de San Diego, y más tarde su tesis doctoral en la Universidad George Washington.
Mientras se encontraba en San Diego, predicó en una mezquita local y en un momento fue arrestado, por un caso de prostitución. En 1999 y 2000 fue investigado por el FBI, aunque no se presentaron cargos penales contra él. Durante esa época conoció a dos de los terroristas del 11 de Septiembre, hecho que motivó otra ronda de interrogatorios del FBI después de que se produjeron los ataques.
Más tarde, Al-Awlaki se convirtió en predicador en el centro islámico Dar Al Hijrah de Falls Church, Virginia, en las afueras de Washington. El imán Johari Abdul-Malik, director de difusión del centro, dijo que Al-Awlaki nunca manifestó signos de radicalismo mientras permaneció allí. "Era encantador. No creo que lo hayamos juzgado mal. Creo que algo le sucedió", dijo.
Después de marcharse de Estados Unidos en 2002, pasó algún tiempo en Londres antes de regresar a Yemen en 2004, con su esposa yemení y sus hijos, que se cree son cinco. En los años siguientes, sus sermones virtuales se centraron cada vez más en la política y en la jihad, instando a la lucha armada contra Estados Unidos.
Las autoridades de Yemen lo arrestaron en 2006 junto con un grupo de cinco yemeníes sospechosos de haber secuestrado a un adolescente musulmán chiita para pedir rescate. Fue liberado sin juicio tras pasar un año en prisión, por intercesión de su tribu. Luego se trasladó al centro del territorio de su tribu, los Awalik, en la provincia oriental de Shabwa, considerada un bastión de Al-Qaeda.
Poco después del ataque de Fort Hood, las autoridades yemeníes intentaron persuadir a Al-Awlaki de que regresara a Saná, donde el gobierno podía mantenerlo vigilado, según palabras del jeque Farid, el más importante jefe Awalik.
El jeque dijo que Al-Awlaki huyó a las montañas, temiendo ser arrestado, y se cree que allí se conectó directamente con militantes de Al-Qaeda.
Traducción de Mirta Rosenberg
Ahmed Al-Haj y Brian Murphy
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