El chavismo y la oposición sellan un “acuerdo social” y EE.UU. autoriza a Chevron a retomar sus actividades en Venezuela
Es el primer logro en el diálogo que se realiza con la mediación de Noruega; se creará un fondo de unos 3000 millones de dólares para la grave situación que afecta a la población
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BOGOTÁ.– La revolución bolivariana y la oposición democrática firmaron este sábado un acuerdo histórico en el día del fútbol. La fumata blanca en México, luego de 13 meses de constantes tira y afloja, se elevó en tiempo récord: todos querían ver el duelo entre la Argentina y el equipo azteca en el Mundial de Qatar. El acuerdo entre venezolanos abrió el camino para que Washington liberara licencias de producción de Chevron en Venezuela, un objetivo clave de Estados Unidos en la actual coyuntura mundial.
El tema central del Segundo Acuerdo Parcial para la Protección Social del Pueblo Venezolano se conocía en Caracas desde hace días: fondos bloqueados en el exterior por las sanciones, alrededor de 3000 millones de dólares, serán administrados por las agencias de Naciones Unidas para asistir hospitales, escuelas y mejorar distintos servicios públicos, destruidos por la gestión bolivariana.
Con la intervención de la ONU se asegura, en parte, que los fondos no serán esquilmados por el chavismo, tal y como ha ocurrido con 500.000 millones de dólares desde la llegada de Hugo Chávez al poder, según denuncias opositoras.
La licencia número 41 autoriza la venta y exportación del oro negro exclusivamente para Estados Unidos. “La sorpresa para mí es que no permita pagos de regalía e impuestos o dividendos a Petróleos de Venezuela (Pdvsa). No genera demasiados incentivos para Maduro, aunque un beneficio para él es la nueva inversión que genera nuevos barriles y esos barriles la mayoría son de Pdvsa”, precisó Francisco Monaldi, uno de los principales expertos petroleros de Venezuela, cuyas estimaciones son que las empresas mixtas donde participa Chevron producen 50.000 barriles por día, pero que pueden llegar a casi 100.000 en poco tiempo. Para superar los 200.000 sería necesario invertir durante dos años.
A la administración estadounidense se sumaron de inmediato la Unión Europea (UE), Gran Bretaña y Canadá, en declaración conjunta, no solo para saludar el acuerdo, sino también para instar a alcanzar otro pacto para llevar a cabo unas elecciones libres y justas en 2024, “la restauración de las instituciones democráticas y el fin de la crisis humanitaria”. Todos ellos están dispuestos a revisar sus sanciones si se logran avances en la negociación “que alivien sufrimientos al pueblo y lo acerquen a la democracia”.
Una comisión de seguimiento y verificación, integrada por cinco oficialistas y cinco opositores más un observador del gobierno noruego, se encargará de la supervisión de este acuerdo social. Incluso contará con un portal en internet para informar de los avances.
Dinero fresco
“Firmamos un acuerdo histórico. Es una parte de los recursos que nos han robado, pero van a la infraestructura de escuelas, dispuestos para la salud y dotación de vacunas. Todos estos recursos estarán en un fondo”, destacó Jorge Rodríguez, jefe de la delegación chavista y presidente del órgano legislativo revolucionario. Junto a él estaba Nicolás Maduro Guerra, “Nicolasito”, el hijo del presidente.
Y en la delegación estaba su nueva “estrella”: Camilla Fabri, la mujer del magnate colombiano Alex Saab, considerado el testaferro de Maduro y principal operador financiero de la revolución. Fue precisamente su extradición a Estados Unidos desde Cabo Verde lo que provocó hace 13 meses la suspensión de las negociaciones. Convertida ahora por Maduro en defensora de derechos humanos y “delegada plenipotenciaria”, la modelo italiana firmó el acuerdo ante la expectativa de los presentes. En su país de origen es acusada de lavado de dinero.
“El acuerdo busca atender lo urgente: la crisis humanitaria compleja que atravesamos los venezolanos, producto de años de un proyecto político que fracasó”, se congratuló la delegación de la opositora Plataforma Unitaria tras la firma, a sabiendas de que “no resolverá los problemas de fondo”.
Liderados por el exalcalde Gerardo Blyde, los opositores insistieron en que se inició una nueva etapa, “que busca conseguir condiciones políticas que garanticen alternabilidad democrática y el cambio del modelo político que arruinó al país”.
Más allá de los beneficios para un país semiderruido, los acuerdos se suman a la “normalización” del régimen de Maduro y a cierta legitimación internacional alcanzada en los últimos meses, sobre todo una vez conseguida la hegemonía izquierdista en la región como en los tiempos de Chávez. “Un nuevo capítulo para Venezuela”, dijo el presidente en sus redes tras la firma.
Su poderoso aparato de propaganda ya se prepara para exprimir al máximo el relato de que la crisis se originó por culpa de las sanciones internacionales y de esos fondos bloqueados en el exterior.
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