El chavismo ataca el entorno de Machado y profundiza la ola de represión en Venezuela

BOGOTÁ.– La líder opositora, María Corina Machado, lanzó este martes una alerta a la comunidad internacional tras la persecución y las detenciones contra miembros de su equipo electoral. “Hay que detener esta locura, porque eso significa la ‘furia bolivariana’. Nicolás Maduro ordenó la represión desde el Palacio de Miraflores”, subrayó la candidata de la oposición democrática, que se mostró indignada, y muy firme, en su alegato hacia todos los actores internacionales “que hablan de elecciones limpias y libres”.

“No pueden mirar a otro lado, no pueden dejarnos solos”, clamó Machado tras denunciar la detención de dos jefes regionales de su comando de campaña y la persecución contra otros tres, que lograron evitar su captura, pese a que los agentes chavistas esgrimieron armas de fuego. La líder de Vente Venezuela acusó a Maduro de vulnerar de forma expresa los Acuerdos de Barbados, suscritos entre gobierno y oposición, con el auspicio de Estados Unidos.

“¿Cómo se hace una campaña si se llevan a tu gente secuestrada y desaparecida?”, cuestionó María Corina a la comunidad internacional, a la que ya había informado sobre las pintadas que han aparecido en sedes de su partido y de otras viviendas relacionadas con la oposición con amenazas y la leyenda “Furia Bolivariana”.

La FB, como se conoce en las entrañas del chavismo a la Furia Bolivariana, apareció por primera vez hace cuatro años, en aquella ocasión dirigida contra los diputados de la Asamblea Nacional que se oponían al gobierno de Maduro. Viviendas y locales fueron marcados con amenazas e insultos, que recordaban a las realizadas por los nazis contra los judíos antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

En el aniversario de la caída de la penúltima dictadura en Venezuela, Machado y Maduro se desafiaron en la calle. La primera aupada por sus seguidores y el presidente chavista sostenido por la “furia bolivariana”, operación cívico-militar-policial puesta en marcha la semana pasada desde el Palacio de Miraflores para perseguir y amedrentar a quienes se le oponen, que ya se cobró la libertad del maestro Víctor Venegas, jefe sindical de los docentes en Barinas.

“Quiera o no, el pueblo de Venezuela obligará a Maduro a rendirse”, insistió Machado a primera hora en el aniversario de la caída de otro dictador hace 66 años, el militar Marcos Pérez Jiménez, a la vez que presentaba al país su Gran Alianza Nacional (GANA), con la que pretende derrotar al mandamás bolivariano en las elecciones presidenciales de este año. Las encuestas más prestigiosas adelantan que la líder opositora aventaja en al menos 60 puntos al “presidente pueblo”, que ya hace años se quedó sin pueblo.

“Hoy enfrentamos el desafío más grande de la historia de Venezuela. Y los venezolanos estamos listos. Lo que viene es grande, vamos juntos hasta el final”, clamó la candidata, a quien la revolución bolivariana ha inhabilitado para evitar una paliza monumental en las urnas. La nueva ola de represión incluye detenciones, amenazas y la denuncia de falsas conspiraciones contra sindicalistas, dirigentes, periodistas y activistas de derechos humanos.

Pese a las habituales maniobras revolucionarias, desde contraprogramar una marcha con milicianos y trabajadores públicos a perseguir con nuevas detenciones a dirigentes, los opositores arroparon por cientos a Machado, convertida hoy en un fenómeno de masas surgido desde la zonas más deprimidas del interior del país.

Quien no pudo acudir a su cita en la Plaza de Altamira fue Juan Freites, coordinador de Vente Venezuela en el estado Vargas, colindante a Caracas, que fue detenido de forma ilegal y arbitraria por fuerzas gubernamentales. Una cámara de seguridad grabó el momento en que unas personas, vestidas de civil y armadas con pistolas llevaron a cabo lo que parecía el secuestro violento de Freites. Tampoco se sabe nada de Luis Camacaro, coordinador en Yaracuy, uno de los estados llaneros. A Douglas Rodríguez, jefe del comando de Bolívar, en la frontera de Brasil, un nutrido grupo de personas lo arrancó semidesnudo de las garras de los agentes, quienes encañonaron a los ciudadanos.

Desde su púlpito revolucionario, Maduro profundizó en la conspiranoia con la que pretende justificar la última ola de represión. “Si algún día los fascistas me hicieran daño, algún atentado, dejo en manos de ustedes (se refiere al pueblo) hacer lo que tengan que hacer para reponer la justicia y la paz”, se desbordó el “hijo de Chávez”, pese a que la FB ya estaba en marcha desde la semana pasada. Entre el mandatario y su fiscal, Tarek Saab, se han encargado de difundir en los últimos días hasta cinco conspiraciones contra su vida, en las que han incluido a la defensora de derechos humanos, Tamara Suju, y a la periodista Sebastiana Barráez, colaboradora del medio argentino Infobae.

En los mismos entramados, cargados de fantasía, también habrían participado la CIA, la agencia antidrogas DEA, opositores en Miami y en Madrid, además de sindicalistas y maestros. Ya hay 32 detenciones y 17 órdenes de aprehensión emitidas.

“Son tramas surrealistas y delirantes”, sentenció Machado acerca de los supuestos planes conspirativos.

“Perseguir hasta el exilio, encarcelar e incluso dañar físicamente a la base política y logística del liderazgo opositor es una constante del régimen chavista. Sucedió con Capriles, con Guaidó y ahora con Machado. Ciertamente, mientras más se cerró la autocracia, más duro ha sido”, resumió el politólogo Walter Molina Galdi.

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