El barrio de Homs donde ya no queda refugio seguro
Sitiado por el ejército sirio, Baba Amro esta bajo intenso bombardo
HOMS, Siria.- Ya no hay refugio donde esconderse. Hombres, mujeres y chicos tratan de sobrevivir bajo las bombas en Baba Amro, el barrio más castigado de Homs, 140 kilómetros al norte de Damasco, que se ha convertido en una gigantesca y mortífera cárcel sitiada .
Ya no queda comida ni combustible. Las familias se hacinan en las plantas bajas y en algunos sótanos, en una situación desesperante. Están convencidos de que están abandonados a su suerte, que no hay escapatoria.
"Sólo había tres médicos y uno de ellos está herido. Los otros dos están exhaustos", dice Khaled, un activista opositor de la zona. Las casas se han convertido en improvisados hospitales donde los enfermos y heridos mueren sin ayuda médica, esperando lo peor con cada estruendo e implorando a gritos la ayuda de Alá.
El caos se ha apoderado de las calles de este barrio del sur de la ciudad,
castigado por las tropas de Bashar al-Assad
, que pretenden entrar en la ciudad y terminar cuanto antes con la revuelta.
"Llevamos cuatro días de bombardeos, pero éste fue el peor", dice Khaled. La mayoría de los 28.000 habitantes siguen atrapados en los seis kilómetros cuadrados que abarca Baba Amro, donde no hay refugio posible y donde cae un promedio de 500 morteros por día, con cientos de francotiradores disparando contra todo lo que se mueve.
La cadena de televisión Al-Jazeera muestra las imágenes de tanques en movimiento en algún punto de la ciudad, tomadas por un activista, aunque no precisa el lugar exacto. La toma de este bastión de la resistencia siria se ha convertido en una prioridad para el régimen, que no logra controlar las revueltas que comenzaron hace ya 11 meses en la ciudad de Deraa.
"Si entran en Homs, morirá la revolución", sostiene Khaled. "Esta es una zona que Al-Assad tiene abandonada. No ha invertido en infraestructura; el desempleo en Homs alcanzaba el 37% de la población antes de las revueltas, ahora un 70%; hay mucha corrupción y ya no podemos seguir así", añade.
Estado crítico
La oposición siria denunció ayer el estado crítico de hospitales y la falta de medicamentos. Acusó además al régimen de bombardear centros médicos, hospitales de campaña e instalaciones eléctricas, algo que, según algunas fuentes, provocó la muerte de 18 bebes prematuros. En total, ayer hubo 50 muertos.
Combatientes del Ejército Siria Libre dicen que las fuerzas especiales de Al-Assad fueron desplazadas a los alrededores de la ciudad para hacer el trabajo sucio. "El régimen no confía en sus soldados. Muchos de ellos ya desertaron porque se niegan a matar al pueblo sirio, y otros son incluso de la ciudad o de los alrededores. ¿Cómo van a disparar contra sus propios familiares? Sólo puede contar con ellos en estos momentos y con los shabiha [matones del gobierno]", dice Khaled.
Todos los que participaron en las manifestaciones de estos últimos meses están "fichados" en una lista negra, según los activistas. Muchos pasaron por prisión, de modo que no tienen vuelta atrás: si el régimen consigue aplastar la rebelión, temen ser asesinados o volver a la cárcel.
"Estuve ocho días en la prisión de la policía secreta de la fuerza aérea", dice Abu Amar, otro activista rebelde. Y aclara que allí tienen licencia para torturar hasta la muerte.
"Eramos 300 en una celda de 8 x 4. No nos dieron de comer durante cinco días. Había un retrete en una esquina, pero sin agua. Había incluso chicos de diez años. Me ataron las manos y me taparon los ojos con una venda, me colgaron por los brazos, me tiraron agua y sufrí descargas eléctricas durante diez horas." Lo acusaron de informar para el Mossad, a pesar de ser un antiguo miembro del partido oficialista Baath. Tuvo que pagar 2000 dólares para que lo soltaran.
Desde el comienzo de la revuelta sólo en Baba Amro murieron 274 personas y unas 2000 resultaron heridas, casi todas a causa de los disparos de francotiradores. Otras 1700 personas emprendieron la fuga y hubo 510 casas dañadas debido a los bombardeos, según Khaled.
La ciudad de Homs lleva diez días cercada con más de 40 controles del ejército sirio, que ha intentado entrar en siete ocasiones a Baba Amro.
Hasta ahora no consiguieron doblegar al Jeish Al Hor (Ejército Siria Libre), que defiende a la población con fusiles y lanzacohetes portátiles, que no pueden hacer mucho contra los tanques del régimen o los bombardeos de mortero, que pueden caer en cualquier punto de la ciudad.
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