El asesinato de árabes ricos en la disco Reina le daría un golpe de gracia al turismo
Los petrodólares de la elite de la región compensaron el último año el temor de los turistas occidentales
ROMA.- Entre los veinticinco muertos extranjeros en la exclusiva discoteca Reina de Estambul, diez fueron ciudadanos de países árabes pertenecientes a las elites que en 2016, con una lluvia de petrodólares, aliviaron el alicaído turismo en Turquía, castigado por el miedo de los visitantes occidentales al terrorismo.
Sauditas, libaneses, jordanos, tunecinos, marroquíes, iraquíes y kuwaitíes son algunas de las nacionalidades de las víctimas del exclusivo local nocturno sobre el estrecho del Bósforo, llegadas a Estambul para festejar el Año Nuevo.
Son los millonarios de la región que apuntalaron el otrora floreciente turismo turco durante los últimos meses de bajos ingresos.
Según los datos del Ministerio de Turismo de Turquía, hubo un descenso de más de diez millones de visitantes extranjeros al país entre enero y noviembre de 2016, sobre todo los provenientes de países occidentales.
Una hecatombe económica fruto de la fuerte inestabilidad nacional, potenciada por una oleada de atentados con centenares de muertos y un sangriento intento de golpe de Estado contra el presidente Recep Tayyip Erdogan, desbaratado el 15 de julio del año pasado.
El descenso de la cantidad de visitantes se dio sobre todo entre los turistas procedentes de Europa y Estados Unidos.
Hubo casi dos millones de alemanes menos, acompañados de la fuga de ingleses (-32%), estadounidenses (-43%) e italianos (-59%).
Para darle una bocanada de aire a un sector agonizante creció, en cambio, la llegada de árabes ricos, impulsados hacia la nueva "París del Este", en busca de grandes marcas de moda y diversión nocturna sofisticada.
Así, a contracorriente de los países occidentales, en 2016 aumentaron los arribos desde Arabia Saudita, con más de medio millón de visitantes (+18%), Jordania (+25%) e Israel (+32%).
Expertos del sector evalúan que la masacre de la disco Reina, con todo su impacto simbólico, podría representar un golpe de gracia para un sector vital de la economía real de Turquía.
Esto se suma a las pocas esperanzas del retorno de los rusos, que el año pasado desertaron en masa (-77%) de las bondades del turismo turco, a pesar de la reciente reconciliación entre el jefe del Kremlin, Vladimir Putin, y Erdogan.
Tras la superación de la crisis por el avión de Moscú derribado en la frontera siria, y con el renovado eje político estratégico entre Putin y Erdogan, se habían retomado los vuelos chárter hacia las zonas costeras de Turquía.
En el mar de Antalya, en la costa mediterránea del sudoeste del país, uno de los lugares preferidos por los rusos, los paquetes prevén vacaciones en hoteles de lujo con pases a discotecas, que ahora parecen haberse convertido también en sitios de riesgo.
Transporte
Respecto del medio de transporte utilizado por los extranjeros para viajar al país, todos descienden en su afluencia, aunque el avión no es el que más cae, a pesar del atentado en el aeropuerto de Estambul en junio pasado.
Con un descenso de casi el 67%, el tren es el medio de transporte que más han dejado de utilizar los visitantes extranjeros para acceder a Turquía. En el segundo puesto están los transportes marítimos, que caen algo más de 60%, y en tercera posición, el espacio aéreo, que ha perdido más de un 34% de viajeros a Turquía durante el año pasado.
Una cacería en proceso
Desconocido
Hasta ayer, las fuerzas de seguridad turcas sólo habían identificado el rostro del atacante de la disco Reina, pero no su identidad
Procedencia
Podría ser de Xinjiang, noroeste de China, donde reside la comunidad de los uigures, una minoría musulmana y turcófona
Cristoforo Spinella
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