El ascenso de China dependió de sus lazos con Occidente, y ahora Xi los está soltando
El líder chino se viene acercando cada vez más a Rusia, mientras toma distancia de los países que ayudaron al desarrollo de su nación en las últimas cuatro décadas
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NUEVA YORK.- Hacia fines de 1978, el líder supremo de China, Deng Xiaoping, puso en marcha dos grandes giros políticos que en las décadas siguientes transformarían a China y al orden global. En la cumbre del Partido Comunista que se realizó en diciembre de ese año, los líderes del país declararon que China dejaría de enfocarse en la refriega política para abocarse al desarrollo económico. Pocos días después, China y Estados Unidos anunciaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas.
Esos dos hechos marcaron el fin de China como país ermitaño habitado por 1000 millones de personas en la extrema pobreza, y el inicio de su evolución hasta convertirse en superpotencia. Y no es casual que la reforma económica y la apertura al mundo llegaran de la mano. “Aislada del mundo, China no puede desarrollarse”, declaró Deng.
Ahora, esas dos políticas están en jaque. El actual líder supremo, Xi Jinping, acaba de comenzar su tercer mandato como presidente y ha revertido muchas de las políticas que impulsaron el ascenso económico de China. Esta semana, durante su visita a Moscú, Xi terminó de alinearse aún más estrechamente con Rusia, y también de alejarse de los países que contribuyeron al desarrollo chino durante las últimas cuatro décadas.
La perspectiva de un nuevo aislamiento internacional irrita a muchos ciudadanos chinos: temen que su país haya terminado “en el bando equivocado”, tal como ocurrió cuando el Partido Comunista tomó el poder en 1949 y se sumó al bloque soviético, para después pelearse y terminar con un conflicto fronterizo con la Unión Soviética.
La visita de Xi a Moscú le dejó en claro al mundo de qué lado eligió estar China, pero también le facilita a Estados Unidos la tarea de convencer a sus aliados de sumar esfuerzos para contener el avance chino.
Línea de fractura
“La línea de fractura entre ambos lados es cada vez más pronunciada”, dice Hu Wei, politólogo y académico de Shanghái. “Vengo diciendo hace tiempo que si China no encuentra una posición flexible en la guerra Rusia-Ucrania, terminará más aislada del mundo”.
El año pasado, no bien Rusia invadió Ucrania, Hu criticó la posición de China frente a la guerra. En una columna de opinión, Hu predijo que Occidente se uniría aún más, que la OTAN se seguiría ampliando, y que si no tomaba distancia de Rusia, China se convertiría en paria entre las naciones. En China su artículo fue censurado.
“La Cortina de Hierro volverá a bajarse, no solo desde el Mar Báltico hasta el Mar Negro, sino también como confrontación definitiva entre el bando dominado por Occidente y sus contrincantes”, escribió Hu. “Si China no responde con medidas proactivas, se chocará con intentos de contención aún más fuertes de Estados Unidos y Occidente”.
Y ya está pasando. En su discurso de hace unos días, Xi criticó a los países de Occidente “por todos sus intentos de frenar, asediar y suprimir a China”, siguiendo los pasos de Estados Unidos, al que acusó de haber causado “graves problemas sin precedentes para el desarrollo de nuestro país”.
China está sufriendo una abrupta caída tanto de sus exportaciones como de la inversión directa extranjera, a medida que muchas empresas multinacionales empezaron a trasladar una parte o toda su cadena de suministros a otros países. Además, desde que Xi es presidente, la política económica de China se ha vuelto mucho más impredecible, sobre todo durante los confinamientos pandémicos del año pasado por la draconiana estrategia de “Covid cero”. Y el combo de aranceles de importación y control de las exportaciones que le aplicó Estados Unidos convirtió a China en un campo minado para la operatoria de las multinacionales.
El gobierno de Biden está intentando convencer a otros países para que coordinen sus políticas hacia China, sobre todo en lo referido a bloquearle el acceso a tecnologías avanzadas. Los aliados de Estados Unidos, incluidos Japón y los Países Bajos, se han comprometido a no venderle a China sus máquinas más avanzadas para la fabricación de semiconductores. Y Reino Unido, después de dudar un tiempo por el futuro de su infraestructura 5G, decidió no comprar equipos de Huawei.
“La pandemia y la guerra en Ucrania profundizaron la percepción negativa de China dentro de la Unión Europea”, escribió un grupo de investigadores chinos en un informe. “La imagen de China en Europa se ve afectada por su asociación con Rusia”.
Los chinos más liberales murmuran en privado que la negativa de China a condenar la invasión de Rusia y la amistad de Xi con el presidente ruso Vladimir Putin le facilitaron a Estados Unidos la construcción de alianzas y también le complicaron mucho la vida al propio pueblo chino.
Los empresarios chinos encuentran cada vez más trabas para expandirse en Occidente, tras la aprobación de leyes en muchos países que regulan estrictamente las inversiones chinas. Y para retener a los clientes occidentales que buscan reducir su dependencia de productos chinos, los fabricantes han tenido que trasladar partes de sus cadenas de suministro fuera de China, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo.
Para colmo, las empresas tecnológicas chinas están siendo sometidas a un fuerte escrutinio. Argumentando cuestiones de seguridad nacional, la Casa Blanca está presionando a la compañía china de internet ByteDance para que venda TikTok, su popular aplicación de videos cortos, bajo amenaza de prohibirla en Estados Unidos. De hecho, Estados Unidos ya prohibió el uso de TikTok en dispositivos provistos por el gobierno, al igual que Canadá, Gran Bretaña y los países de la Unión Europea.
En una disertación del mes de diciembre, el profesor Feng Yujun, experto en temas rusos de la Universidad de Fudan en Shanghái, dijo que China está pagando un precio político y económico exorbitante por sus vínculos con Rusia.
“No solo necesitamos mantener una relación de cooperación amable y a largo plazo con Rusia, sino que también necesitamos una asociación constructiva con Estados Unidos, porque nuestra relación con Estados Unidos será la que determine el entorno internacional general de China en el futuro”, dijo Feng.
Volantazo
Xi se apartó del rumbo marcado por Deng dando un verdadero volantazo. China ya no esperaría “su momento” ocultando su verdadera potencia mientras cimentaba el desarrollo. Por el contrario, Xi ahora se jacta de un poderío tecnológico construido casi por completo sobre tecnología occidental.
También ha convertido a los tradicionalmente cooperativos diplomáticos chinos en guerreros de la arena internacional. Desde que Xi es presidente, el gobierno chino ha recurrido repetidamente a su peso económico para intentar coaccionar a cualquier empresa o país que se atreva a criticarlo.
Una vez le preguntaron a Deng por qué China le daba tanta importancia a su relación con Estados Unidos. “Mirando hacia atrás, en las últimas décadas todos los países que mantuvieron buenas relaciones con Estados Unidos se volvieron más prósperos”, dijo Deng, según las memorias del intelectual liberal chino Li Shenzhi, que fue un destacado experto en temas de Estados Unidos.
Con Xi en el gobierno, las relaciones de Pekín y Washington se han vuelto más confrontativas. Por el contrario, a Putin lo considera “un querido amigo” y busca fortalecer los lazos económicos con Rusia, con la cual China tiene una amarga y humillante historia, sobre todo durante el periodo del Imperio Ruso y la era comunista.
Para el primer aniversario de la guerra en Ucrania, Hu escribió un artículo de seguimiento donde se pregunta si Putin habría lanzado su “operación militar especial” de haber sabido cómo resultaría.
“La historia no se ocupa de ‘lo que pudo pasar’, y lo que se pierde nunca se recupera”, dice Hu en su artículo. “Pero la historia puede enseñarnos lecciones, para no aferrarnos tercamente a un rumbo marcado y no repetir nuestros errores del pasado”.
“Nada más trágico que una nación que no recuerda sus errores del pasado”, concluye Hu. Su artículo es sobre Rusia, pero bien podría referirse a China.
Li Yuan
(Traducción de Jaime Arrambide)
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