El amigo argentino de Trump que apoyó económicamente a Hillary
El empresario Jorge Pérez reconoció que aportó mucho dinero a la campaña de la candidata demócrata
MIAMI.- No estaba en los planes de Jorge Pérez, empresario argentino radicado en Estados Unidos, que su amigo personal Donald Trump ganara las elecciones presidenciales el pasado nueve de noviembre. Sentado en un sofá de diseño de uno de los livings del entrepiso del flamante hotel de lujo SLS Brickell, que se acaba de inaugurar en Miami y que costó más de US$ 500 millones, este desarrollador inmobiliario de 67 años reconoce a LA NACION que está tan sorprendido como el resto del mundo con el resultado electoral. “Aporté mucho dinero a la campaña de Hillary Clinton. Estaba convencido de que ella iba a ganar a pesar de que las encuestas mostraban resultados muy ajustados”, dice el CEO de The Related Group, la empresa estadounidense que acaba de anunciar una inversión de US$ 250 millones para edificar dos torres residenciales y un hotel cinco estrellas en el dique 1 de Puerto Madero.
El hombre de negocios de origen latino vive en una mansión en Coral Gables con el menor de sus cinco hijos y su segunda mujer, Darlene. Según Pérez, hasta el mes pasado solía hablar con Trump por teléfono al menos una vez por semana. Sin embargo, reconoce que ahora es muy difícil comunicarse directamente con el presidente electo del país más importante del mundo. “Hicimos cinco proyectos inmobiliarios juntos y hemos mantenido una muy estrecha amistad por décadas. Este año me llamó para que apoyara su campaña. Meses después lo hizo su hija Ivanka. A los dos les respondí lo mismo, que no”, cuenta a LA NACION.
-¿Y cómo quedó la relación después de eso?
-Bien. Al día siguiente del resultado de la elección lo llamé a su oficina y le dejé un mensaje a su asistente. Y un día después le escribí un e-mail personal. Quería felicitarlo y ofrecerle mi apoyo. Quiero que sepa que estoy para asistirlo en lo que necesite.
-¿Respondió?
-Sí, claro. Fue una respuesta breve. Me dijo que estaba muy ocupado con la conformación del gabinete y con muchas reuniones. Que agradecía el gesto, y que cuando él pudiera nos íbamos a volver a encontrar.
-¿Él sabe que apoyó económicamente a Hillary Clinton?
-Por supuesto. Sabe que soy demócrata y amigo de Bill Clinton.
-¿Y cree que pueda haberse enojado por eso?
-Espero que no (risas).
-Dijo que le ofreció apoyo, ¿aceptaría un cargo en su gabinete si él se lo propusiera?
-No lo creo. Salvo que necesite a alguien que lo ayude en el desarrollo social de éste país. Si es para eso con gusto aceptaría sumarme a su equipo. Pero no lo veo posible.
-Conoce a Trump desde hace años, ¿cómo es en privado?
-Es una persona que cree mucho en la lealtad de quienes lo rodean. Por eso se apoya principalmente en su familia, sobre todo en sus hijos.
-¿Ve conflictos de intereses entre sus negocios, sus herederos y la presidencia?
-Claro que sí. Pero va a tener que delegar los negocios y hacer un blind trust (fideicomiso ciego). No olvidemos que en este país las instituciones son muy fuertes y que la Justicia va a cuestionar cada cosa que haga por fuera de la ley.
-¿Cómo cree que va a ser su mandato?
-Va a ser una administración completamente diferente a la actual. Muy de derecha y cerrada. Sobre todo en materia de política exterior. Sobre lo comercial tengo mis dudas. Donald es un hombre muy inteligente y sabe muy bien que una economía blindada no podría durar a largo plazo. Espero que se rodee de gente que realmente sabe lo que hace, sobre todo que escuche otras voces. Creo que va a copiar el modelo de Ronald Reagan, un presidente que supo rodearse de gente experta y muy instruida. Veremos. Es muy pronto para hacer pronósticos.
Aunque no tiene intenciones de desarrollar una carrera política, Pérez está muy cerca de algunos ex funcionarios de alto rango. De hecho, tiene en su haber muchas visitas a la Casa Blanca. “Cuando Bill era presidente, iba mucho a verlo a Washington. Me he quedado a dormir al menos ocho veces en el Lincoln Bedroom (una habitación de huéspedes VIP que en el sudeste del segundo piso de la casa presidencial). Éramos muy amigos”, relata Pérez.
-¿Trump cumplirá con sus promesas de campaña de echar a los latinos que viven en Estados Unidos?
-Mmmm, no creo que vaya a levantar un muro ni que haga muchas de las cosas que dijo. Sí pienso que va a intentar deportar a todas aquellas personas que, además de estar ilegalmente viviendo aquí, tengan antecedentes penales o algún problema con la Justicia.
El Rey del Condo
Sin embargo, Pérez insiste en que los turistas de América latina que visitan Estados Unidos para sus vacaciones no deberían preocuparse. “Esas personas que visitan este país para pasear y hacer compras siempre van a ser bienvenidas. Conozco a Trump y sé que piensa así. No creo que haya discriminación en ese sentido”, agrega.
Pérez es un reconocido empresario en el Estado de La Florida. En Miami lo conocen como el Rey del Condo porque aunque empezó siendo un empleado municipal hoy es propietario de una compañía que tiene negocios por US$ 10.000 millones. Según la revista neoyorkina Forbes, Pérez tiene un patrimonio personal de US$ 2.800 millones.
De padres cubanos, éste magnate de sangre latina y educación anglosajona nació en la Argentina en 1950. Su padre era directivo de un laboratorio estadounidense (Eli Lilly) que llegó a Buenos Aires en esa década. Pérez vivió en La Lucila hasta los diez años y luego se mudó a Colombia. En 1960 la familia Pérez se radicó en Bogotá, ciudad en la que Jorge completó sus estudios secundarios. Y fue recién durante la revolución cubana que se instaló en Miami, luego de que el gobierno de Fidel Castro confiscara las propiedades familiares.
A mediados de los ’60, Pérez se convirtió en ciudadano norteamericano e inmediatamente consiguió una beca en la Universidad de Michigan, de la que egresó con dos licenciaturas: Sociología y Planeamiento Urbano.
Ya recibido, el CEO de The Related Group regresó a Miami a buscar trabajo. Tenía apenas 26 años cuando asumió la jefatura del área de viviendas de interés social de la municipalidad de esa ciudad. Se convirtió en un especialista y se cansó de asesorar a desarrolladores; y de analizar y aprobar licitaciones que habilitaban a empresarios a construir casas que luego alquilaban a familias de bajos recursos y por las que recibían abultados subsidios estatales con los que luego hacían negocios aún más prósperos. Pérez siguió a su instinto y sin dejar de hacer lo que realmente le gustaba cumplió el sueño americano: dejó de ser parte de la clase media inmigrante para convertirse en millonario, coleccionista de arte, filántropo y accionista de un puñado de compañías en Estados Unidos.
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