Ejército en las sombras: los civiles ucranianos que se entrenan para una guerra con Rusia
Según datos oficiales, las llamadas defensas territoriales suman 110.000 personas, y el gobierno busca sumar más voluntarios; la mayoría son entrenados por las Fuerzas Armadas, pero no se consideran soldados
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La amenaza creciente de las últimas semanas ha puesto al gobierno de Ucrania en la necesidad de engrosar sus fuerzas. Y no solo del Ejército. Desde hace siete años, miles de civiles se han unido a las Fuerzas Armadas o a las Fuerzas Voluntarias de Defensa, grupos que el año pasado vieron multiplicar el número de voluntarios, sobre todo a lo largo de la frontera con Rusia.
“Son cuerpos de resistencia, no están en las listas de la milicia, pero tienen entrenamiento táctico. También los llaman ejércitos en las sombras”, explica a LA NACION Fabián Calle, analista internacional especializado en seguridad.
Hoy en día, tanto la milicia como los gobiernos locales promueven el entrenamiento de cuerpos civiles que puedan responder ante posibles combates. “La defensa territorial se está convirtiendo en una parte de pleno derecho del ejército ucraniano”, dijo públicamente Fedor Venislavsky, legislador y miembro del comité parlamentario de defensa nacional, seguridad e inteligencia.
Desde principios de este año, el gobierno del presidente Volodímir Zelenski impulsó políticas para fortalecer las líneas de defensa. “La ley de resistencia nacional, que entró en vigor el primero de enero de 2022, exige que, además de los 10.000 miembros del personal de carrera que se encuentran actualmente en la defensa territorial, se recluten y entrenen otros 120.000 reservistas civiles con posibilidad de ampliación en caso de algún combate”, explicó Yuri Panchenko, analista del Instituto por la Paz y la Guerra.
Pero ¿quiénes son estos civiles?
Fuerzas de defensa territorial
En las grabaciones publicadas por la radio ucraniana Hromadske International se muestran a los voluntarios uniformados con armas de madera marchando en la nieve o practicando tiro al blanco sobre cartón con rifles AK-47. Los videos terminan con un grito de guerra: “¡Gloria Ucrania!”.
Hasta ahora, el país cuenta con 110.000 activos en las fuerzas de defensa territorial, según cifras oficiales. La mayoría son entrenados por las Fuerzas Armadas de Ucrania, pero no se consideran soldados. “La idea es involucrar a personas que viven en una ciudad o región para servir en este territorio y protegerlo si fuera necesario”, comentó a LA NACION Yarema Dukh, exoficial de comunicación de la presidencia ucraniana. “Aprenden diferentes tácticas de combate, una de ellas es la guerrilla”, agregó.
Además de la formación militar, los reclutas deben hacer ejercicios de reconocimiento, marchar por estructuras abandonadas y “limpiar edificios”. “Hay que conocer las ciudades y los callejones”, dijo a LA NACION Roberto Verezubov, un ucraniano que reside en la Argentina y que tiene vínculos con la milicia.
En Ucrania hay tres agrupaciones de Defensas Territoriales compuestos por civiles. Dos grupos tienen un trabajo de jornada completa y el tercero, se activaría en caso de una invasión. “Todos firman un contrato con el ejército y reciben un salario. Algunos lo hacen voluntariamente y otros entran por el servicio militar qué según se necesite, irían a la defensa territorial o al ejército”, explicó Dukh.
“Tienen una vida normal, son choferes, pequeños empresarios o maestros. Hoy en día vivo en Kiev, y puedo decir que desde diciembre del año pasado, tanto aquí como en otras regiones, especialmente el este, tienen un entrenamiento de lucha más intenso que antes”, agregó.
El último grupo se lo conoce como reservistas, que “son entrenados por veteranos y tienen equipo y armamento propio, generalmente antiguo, viven en sus casas y hasta la hora del combate llevan una vida común”, contó Verezubov. El gobierno calcula que un poco menos de la mitad de toda la Defensa Territorial pertenece a este grupo.
En la Argentina, Verezubov cuenta que una sobrina de él se sumó como voluntaria el año pasado en la ciudad de Konotop, en el este ucraniano. “Cada fin de semana va a los bosques de los alrededores a entrenarse seis horas al día. Su madre tiene pavor, pero piensa que es la mejor forma de hacer frente a las posibles invasiones”, dice.
Desde 2014, tras la adhesión rusa de Crimea, el gobierno ucraniano se enfocó en desarrollar su milicia. “Después de lo que pasó en Crimea, Ucrania comenzó a reforzar un vínculo de inteligencia y de seguridad con Estados Unidos y Reino Unido. Esto incluye envío de armas, material de inteligencia y asesoramiento”, comentó Calle.
Por otro lado, en el sitio oficial del servicio de migración ucraniano también se invita a extranjeros a ser parte de los reclutamientos tanto en las Fuerzas Armadas como en los cuerpos civiles. Los que decidan hacerlo “serán considerados residentes temporales legales en el territorio de Ucrania durante el periodo contratado en las Fuerzas Armadas o el tiempo de servicio en las guardias civiles”.
Viejas técnicas
Los ejércitos en las sombras han estado presentes en diferentes momentos en la historia. Un ejemplo de esto fue la operación Gladio, una estructura que montó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a finales de los 60 por todo Europa Occidental para hacer frente a la insurrección comunista.
“Era un ejército de reserva de gente que desempeñaba actividades normales y que cuando Washington diera el chiflido tomaban las armas, tenía blancos específicos y debían actuar contra ellos”, cuenta Calle.
Durante la época de la Unión Soviética, los partisanos eran civiles armados que combatieron contra el Frente Oriental Fascista desde 1941, y lograron frenar al ejército nazi. Y en la actualidad, “este formato lo usó el gobierno de Putin en el 2014 en Donbass”, el académico. “En ese 12% del territorio, realmente no hay fuerzas del ejército ruso, más bien utilizan organismos paramilitares y grupos separatistas que hacen el trabajo”. Según cifras de la organización internacional Crisis Group, los enfrentamientos en esa zona ya suman un saldo de 14.000 muertos.
Qué puede pasar
En el caso de una ocupación, “la estrategia podría ser funcional, ya que se necesita un modelo de guerra asimétrica o de desgaste si se trata de enfrentar a una fuerza tan grande como la rusa”, opinó Calle. Aunque el analista no cree que Estados Unidos delegue mucha responsabilidad en estos grupos.
“No veo a Estados Unidos o Reino Unido confiando plenamente en estas milicias. Yo creo que lo lógico, con un ejército inmenso como el ucraniano con más de 240.000 efectivos, es darles armas, tecnología e información. Querrán evitar una lucha de tanque contra tanque. Buscan lograr una capacidad de no chocar directamente con Rusia, sino provocar gran daño o costos altos”, opinó Calle.
El ministro de defensa de Ucrania, Oslekii Renznikov, ya lo advirtió en diálogo con la BBC: “Podría correr mucha sangre ucraniana en caso de una invasión”. “No estamos dispuestos a ceder”, agregó. Y para eso, cuentan con todos los recursos.
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