Egipto, sospechado de favorecer a los Estados petroleros y gasíferos desde la presidencia de la COP27
El país anfitrión es acusado de no haber dejado de lado sus intereses nacionales para lograr un acuerdo común; este año fueron invitados más grupos de presión a favor de los hidrocarburos
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SHARM EL SHEIJ.- Desde el inicio de la conferencia del clima de la ONU COP27 celebrada en la ciudad de Sharm el Sheij, Egipto estuvo en el foco de las críticas por su gestión de esta cita clave para el futuro del planeta.
Tras arduas negociaciones, la COP27 acordó crear un fondo de pérdidas y daños para los países más vulnerables al calentamiento global.
Los países pobres y en desarrollo llevaban tres décadas reclamando ese fondo, ya que históricamente apenas han contribuido al calentamiento global, pero son los que más sufren sus consecuencias.
Aunque muchos delegados expresaron sus “esperanzas” respecto a la creación de ese fondo, también admitieron su “decepción” por la falta de avances en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En cada COP existe un acuerdo tácito para que el país anfitrión deje de lado sus intereses nacionales para alcanzar un acuerdo de consenso aprobado más o menos por todos.
Pero este año, algunos observadores criticaron que Egipto, un importante aliado diplomático de los Estados petroleros y gasistas del Golfo y de Rusia, no fue un árbitro neutral.
“Somos justos, imparciales y transparentes”, se defendió el presidente egipcio de la COP27, el ministro de Relaciones Exteriores Sameh Chukri.
“Si hubo errores, no hubo mala intención detrás, hicimos todo en interés de las negociaciones”, añadió.
Grupos de presión de hidrocarburos
“La influencia de la industria de las energías fósiles estaba en todos lados”, criticó Laurence Tubiana, artífice del acuerdo de París de 2015.
Según las oenegés, la COP27 acogió a un 25% más de grupos de presión de petróleo y gas que la COP26 de Glasgow, es decir más que todos los delegados de las islas del Pacífico, en primera línea frente al cambio climático.
“La presidencia egipcia elaboró un texto que protege claramente a los estados petroleros y gasistas y a la industria de los combustibles fósiles”, continuó Tubiana.
El documento final no menciona ninguna salida de los hidrocarburos, que son los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, del calentamiento global.
Egipto “hizo pasar sus intereses nacionales primero y no fue un mediador transparente”, juzgó Alden Meyer, del laboratorio de ideas E3G.
Para ese experto, que lleva 27 años acudiendo a todas las conferencias de la COP, Sharm el Sheij no albergó una cumbre sobre el clima sino un “salón de la industria de hidrocarburos”.
En un duro discurso, el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, dijo que estaba “decepcionado” por la falta de ambición para limitar el calentamiento global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales.
“Lo que tenemos ante nosotros no es suficiente. No aporta los esfuerzos añadidos necesarios para que los principales emisores aumenten y aceleren sus recortes de emisiones”, criticó.
El británico Alok Sharma, presidente de la COP26, detalló por su parte una lista de propuestas sobre la salida de los combustibles fósiles y la reducción de emisiones que no fueron plasmados en el texto final. Tampoco estaban en las propuestas iniciales de los egipcios, dijo.
“Ninguna transparencia”
Antes del maratón final, Egipto estuvo también en el centro de las críticas por la logística del evento.
Los huéspedes se quejaron por la falta de agua, los bocadillos demasiados caros, los accesos inadaptados para las personas discapacitadas y la estrecha vigilancia, considerada “innecesaria” en el mejor de los casos y peligrosa en el peor.
Egipto resolvió rápidamente las cuestiones logísticas, pero no modificó los protocolos de vigilancia, un tema recurrente en las conferencias del clima.
Los negociadores se mantuvieron en vilo hasta el último minuto esperando la siguiente sorpresa. “Nunca vi nada parecido: no hay ninguna transparencia, no podemos prever nada, es el caos”, contó uno de ellos.
La frustración alcanzó un punto álgido en las últimas horas, cuando Egipto se negó a distribuir el documento de trabajo que había presentado sobre la delicada cuestión de las “pérdidas y daños”.
En el caso de la Unión Europea, convocaron a Timmermans solo, en medio de la noche. No obtuvo copia y solo pudo leer el texto propuesto para informar de ello a los 27 países de la UE, dijeron fuentes comunitarias.
Agencia AFP
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