Egipto liberó y deportó al periodista australiano de Al-Jazeera Peter Greste
La decisión fue tomada por decreto presidencial; el reportero estaba preso desde diciembre de 2013 y tenía una condena de hasta diez años por difundir "informaciones falsas" en apoyo al derrocado presidente islamista Mohammed Morsi
EL CAIRO.- Egipto liberó y expulsó hoy del país al periodista australiano de Al-Jazeera Peter Greste después de 400 días en prisión acusado, entre otras cosas, de haber difundido "informaciones falsas" en apoyo al derrocado presidente islamista Mohammed Morsi.
"La decisión de expulsar a Peter Greste hacia Australia fue tomada por decreto presidencial", explicó un alto funcionario a la AFP.
Con la máxima discreción, Greste partió a primera hora de la tarde en dirección a Chipre en un vuelo regular de Egypt Air, según responsables de seguridad.
El periodista australiano había sido arrestado en diciembre de 2013, junto a un compañero egipcio-canadiense, Mohamed Fadel Fahmy, acusados de haber instalado "sin autorización" una oficina de la cadena en la habitación de un hotel del Cairo. Poco después la policía detuvo a otro colaborador de la televisión qatarí, el egipcio Baher Mohamed.
Los tres periodistas fueron condenados en junio de 2014 a entre siete y diez años de prisión.
La liberación de Greste fue un evento inesperado, pocos días después de que Egipto sufriera uno de los ataques de milicianos más sangrientos en años. Mas de 30 miembros de las fuerzas de seguridad murieron el jueves por la noche en la región del Sinaí, y los comentarios del presidente Al-Sisi sugirieron que no tenía ningún ánimo de pactar un acuerdo.
Al-Jazeera celebró la liberación de su reportero australiano pero reclamó la puesta en libertad de sus otros colaboradores detenidos.
"Estamos felices de que Peter y su familia puedan reunirse al fin", declaró Mostefa Souag, director general interino de Al Jazeera Media Network. Pero "no estaremos tranquilos hasta que Baher y Mohamed sean también liberados", agregó.
Las detenciones se produjeron en plena crisis entre Egipto y Qatar, tras el derrocamiento y arresto del presidente islamista Mohamed Morsi por parte del ejército.
Al-Jazeera, que realizó una amplia cobertura de las manifestaciones de los partidarios del mandatario islamista, fue acusada de "apoyar" a los Hermanos Musulmanes, cuyos simpatizantes comenzaron a sufrir una violenta represión, al tiempo que el movimiento era declarado "organización terrorista" por el nuevo gobierno.
Dudas sobre el proceso judicial
La detención y la condena de los tres profesionales de Al Jazeera, que según la acusación trabajaban en Egipto sin la acreditación necesaria, generó críticas en todo el mundo, y tanto Estados Unidos y como la ONU condenaron el proceso judicial.
El pasado 1° de enero, el tribunal de casación egipcio ordenó un nuevo juicio pero no la puesta en libertad bajo fianza reclamada por la defensa.
Las familias de Greste y Fahmy pidieron entonces la expulsión de ambos periodistas, en virtud de una ley promulgada en noviembre por el presidente Abdel Fatah al-Sisi, según la cual los extranjeros condenados en Egipto pueden ser deportados para cumplir penas en sus países de origen, aunque es improbable que Greste o Fahmy sean juzgados tras regresar.
Primer presidente elegido democráticamente en Egipto en 2012, Morsi fue derrocado el 3 de julio de 2013 por el ejército. El hombre que ordenó deponerlo, el entonces jefe del ejército, el general Al-Sisi, fue elegido presidente diez meses más tarde, después de haber eliminado toda oposición política, tanto la islamista como liberal y laica.
Al-Jazeera y sus tres empleados, así como las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, denunciaron que tanto las detenciones como el juicio eran un proceso "político", en represalia por el supuesto apoyo de Qatar a la Hermanos Musulmanes cuando Morsi estaba en el poder y después de ser derrocado.
Tras la caída del presidente islamista, la policía y el ejército mataron a más de 1400 manifestantes partidarios de los Hermanos Musulmanes, y más de 15.000 dirigentes y simpatizantes de la organización fueron encarcelados.
Desde entonces, centenares de ellos han sido condenados a muerte en juicios sumarios.
Agencias Reuters y AFP
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