EE.UU.: Trump quiere una nueva jueza en la Corte antes de las elecciones
WASHINGTON.- Donald Trumpy los republicanos corren para ocupar la vacanteque abrió la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema de Justicia ante la posibilidad de que una derrota en las elecciones de noviembre pueda frustrar su proyecto de arraigar una mayoría en el máximo tribunal del país, que ha tallado una huella profunda en el día a día de los norteamericanos y el rumbo de la nación.
Trump ya anticipó que nominará a una mujer para reemplazar a Ginsburg, o "RBG", como la conocía el país, y dijo que tiene cinco nombres en carpeta. En esa lista sobresalen dos candidatas que ya parecen haberse desmarcado, dos juezas de dos tribunales de apelaciones del país: Amy Coney Barrett, de 48 años, devota católica y discípula de Antonin Scalia, ícono del conservadorismo de Estado Unidos –y amigo íntimo de RBG–, y Barbara Lagoa, 52 años, latina, quien además de sus credenciales ofrece un bonus político: es oriunda de Florida y descendiente de cubanos, y podría ayudar a Trump a amarrar uno de los estados más importantes de la elección presidencial.
El presidente volvió a descartar la posibilidad de postergar el proceso de nominación hasta después de las elecciones, y dijo que presentará a su nominada esta misma semana, luego de que concluyan los velorios previstos en la Corte Suprema y el Congreso para la jueza Ginsburg. Y dijo que anunciará a su elegida esta misma semana, y avanzará con la votación en el Senado antes de las elecciones.
"Ganamos la elección, y las elecciones tienen consecuencias", dijo Trump. "Prefiero ver que todo tenga lugar antes de las elecciones", agregó.
Mientras Trump y sus asesores en la Casa Blanca comenzaron el proceso de selección, demócratas y republicanos estiraron la pelea por la silla que dejó Ginsburg. Los demócratas continuaron acusando a los republicanos de hipócritas por haber violado su propia regla de dejar abiertas las vacantes en el máximo tribunal en los años de elecciones presidenciales, que pusieron en marcha en 2016. Pero los republicanos se mantuvieron firmes en su postura, y mostraron una férrea determinación a seguir adelante con el proceso, y terminarlo antes de que juren el próximo presidente, y el próximo Congreso.
"El Senado tiene tiempo más que suficiente para procesar una nominación. La historia y los precedentes lo dejan perfectamente claro", dijo ayer el líder republicano del Senado, Mitch McConnell.
La energía de los demócratas estaba puesta en intentar recuperar el Senado, y en el interin intentar demorar el proceso y presionar a los republicanos moderados que todavía no han dicho si seguirán a Trump y McConnell para bloquear la nominación. Los demócratas necesitan cuatro votos para sumar 51 y llegar a la mínima mayoría en la Cámara alta. Ya tienen el respaldo de dos senadoras republicanas, y muchos esperan que sumen el de Mitt Romney, de Utah. Pero aun con esos tres votos la votación en Senado terminaría en un empate 50-50, y el vicepresidente, Mike Pence, puede romper la paridad para aprobar la nominación.
Si ningún otro republicano se suma a la lista, el cuarto voto podría surgir de Arizona. Mark Kelly, antiguo astronauta de la NASA y marido de la excongresista, Gabrielle Gifford, lleva ventaja en las encuestas. Al ser una elección para determinar quién cubre la vacante banca de John McCain, quien murió en 2018, Kelly podría asumir a partir del 30 de noviembre si triunfa en las elecciones. Pero los republicanos igual podrían intentar hacer la votación antes de esa fecha.
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