EE.UU. revisará la ética de sus mandos militares
Luego de una serie de polémicas, el jefe del Pentágono ordenó un control de la "formación"
WASHINGTON.– El gobierno de Estados Unidos quiere frenar el descontrol , acabar con la fiesta. No más papelones de militares adúlteros que con sus amantes y otros deslices dejen mal paradas a las fuerzas armadas y, sobre todo, pongan en riesgo la seguridad del país.
Así lo hizo saber ayer el secretario de Defensa, Leon Panetta, quien ordenó revisar la "formación ética" de los altos mandos del ejército luego del escándalo que le costó el cargo la semana pasada al director de la CIA, el último de una serie de casos de conducta considerada inadecuada en las filas castrenses.
En un memorándum, Panetta le ordenó al jefe del Estado Mayor Conjunto, Martin Dempsey, revisar "los programas existentes de formación ética para determinar si son adecuados" y redactar sus conclusiones para enviar un informe preliminar al presidente Barack Obama antes del 1° de diciembre.
El secretario de Defensa no mencionó casos específicos de mala conducta en la jerarquía militar, pero subrayó que "como ha ocurrido recientemente, cuando se producen fallas, tienen el potencial de erosionar la confianza pública en el liderazgo y en nuestro sistema de aplicación de nuestras altas normas éticas. Peor aún, pueden ser perjudiciales para ejecutar nuestra misión de defender al pueblo estadounidense".
El anuncio llega tras el escándalo que desembocó en la renuncia del ex general de cuatro estrellas y director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), David Petraeus, en medio de una serie de acusaciones y acciones disciplinarias contra otros altos mandos militares.
Petraeus, un general retirado, tuvo que dimitir el viernes pasado como director de la CIA tras haber reconocido una relación adúltera con su biógrafa, Paula Broadwell.
El caso se reforzó con nuevas revelaciones sobre el general John Allen, comandante de las fuerzas de la coalición en Afganistán, que llevaron a Obama a suspender su nominación al mando supremo de la OTAN al conocerse su intercambio de correos con una mujer, amiga del matrimonio Petraeus e involucrada indirectamente en el caso de adulterio. Los mensajes de Allen fueron calificados de "inapropiados" y cercanos al flirteo, según altos funcionarios del Pentágono.
Panetta dijo, sin embargo, que no estaba al corriente de "ninguna otra persona implicada en este caso", por lo que es posible que no sigan rodando cabezas en un escándalo que estalló apenas tres días después de que Obama ganara las elecciones que lo consagraron para un segundo mandato.
Inmensa confianza
Consultado en rueda de prensa en Bangkok, donde viajó como antesala de una visita de Obama, sobre el contenido de los correos electrónicos del general Allen, Panetta eludió la respuesta señalando que no quería interferir en el caso.
"No quiero hacer nada que pueda tener consecuencias en la capacidad de los responsables de llevar a cabo una investigación objetiva sobre el contenido de los mensajes", dijo el secretario de Defensa, aunque subrayó su "inmensa confianza" en el general.
La conducta de los altos mandos venía cuesta abajo en los últimos meses, con lo que el caso Petraeus fue la gota que rebalsó el vaso y que dejó al descubierto una tendencia que ya no podía ser ignorada ni barrida debajo de la alfombra.
En los últimos meses salieron a la luz casos como el del general William Ward, que fue degradado esta semana al rango de teniente general por gastos "no autorizados" por valor de miles de dólares cuando fue jefe del comando para África de Estados Unidos.
El teniente general Patrick O’Reilly fue acusado de trato inapropiado a sus subordinados en la Agencia de Misiles de Defensa, y el general de brigada Jeffrey Sinclair enfrenta cargos penales por abuso sexual en Afganistán.
Panetta aseguró, sin embargo, que la "gran mayoría" de los centenares de generales y almirantes del ejército tienen un comportamiento meritorio y valiente. Pero insistió en que los altos mandos tienen que acatar las "más altas normas éticas".
Con o sin escándalo en la CIA, el anuncio de ayer es algo que Panetta tenía en la cabeza desde hacía tiempo, según el vocero del Pentágono, George Little. "Quiero enfatizar enérgicamente que el secretario se iba a embarcar en esto mucho antes de que salieran a la luz esos asuntos la semana pasada", afirmó.
Panetta conversó en los últimos meses con secretarios, jefes de servicio y comandantes sobre casos en los que oficiales no cumplieron con los estándares que se esperan de ellos, agregó el vocero.
Agencias AP, AFP, EFE
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