EE.UU.: la ola de protestas antirracistas se extiende en todo el mundo
LONDRES.– De Bruselas a Budapest, pasando por Madrid y Roma, decenas de miles de europeos salieron ayer a la calle para denunciar el racismo, siguiendo la ola de protestas desatada en Estados Unidos por la muerte de un hombre negro asfixiado por un policía blanco en Minneapolis.
Las protestas en Londres contra el racismo, con la consigna Black Lives Matter, crecieron en intensidad y número de asistentes desde el jueves pasado, hasta convertirse en la vanguardia del rechazo global a la muerte de George Floyd a manos de la policía estadounidense.
La mayoría de los manifestantes mantuvieron una actitud pacífica, aunque difícilmente lograron mantener la distancia social reclamada por el gobierno.
Unas 15.000 personas se concentraron en Hyde Park, en Whitehall (la avenida que alberga la mayoría de los edificios gubernamentales), en los alrededores del Parlamento y frente a la nueva embajada de Estados Unidos en Battersea, en la orilla sur del río Támesis.
Decenas de furgones policiales y de agentes fueron desplegados en los alrededores de la delegación diplomática, resguardada a su vez en el patio interior por militares estadounidenses.
"El número de ataques contra los agentes ha resultado escandaloso y completamente inaceptable. Sé que muchos de los que han salido a la calle para hacer oír su voz estarán tan escandalizados como yo al contemplar estas escenas. No hay lugar para la violencia en nuestra ciudad", dijo en un comunicado oficial Cressida Dick, la comisaria jefe de la Policía Metropolitana. La principal responsable de la seguridad en la capital aseguró que al menos 13 agentes resultaron heridos durante las protestas, y otros 14 manifestantes fueron arrestados. Dada la intensidad de la actividad ayer en las calles londinenses, hubo forcejeos entre las decenas de policías y unos doscientos activistas que seguían protestando en los alrededores del Ministerios de Asuntos Exteriores. Los más violentos provocaron daños en el mobiliario urbano. La famosa estatua de Winston Churchill frente al Palacio de Westminster aparecía garabateada con grafiti: "Era un racista", escribieron con spray negro a los pies del monumento.
En Madrid, los manifestantes, unos 3000 según las estimaciones de la policía local, se reunieron a media jornada frente a la embajada de Estados Unidos para condenar la muerte de Floyd.
Además, corearon los mensajes "no hay paz sin justicia" y "vosotros los racistas sois los terroristas".
En Roma, una espontánea manifestación congregó en la famosa Piazza del Popolo a miles de jóvenes que se arrodillaron en silencio, con el puño en alto, durante nueve minutos, el tiempo durante el cual el policía mantuvo su rodilla apoyada sobre el cuello de Floyd, hasta que este falleció. Al levantarse, gritaron también: "¡No puedo respirar!".
En Bruselas, cerca de 10.000 manifestantes, según la policía, se congregaron ante el Palacio de Justicia. Otros miles se manifestaron en Holanda, en Zwolle (norte) y Maastricht (sur). En Budapest, un millar de personas se reunieron cerca de la embajada estadounidense.
Repliegue de militares
En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó ayer la retirada de Washington de la Guardia Nacional, alegando que la situación está bajo control tras las protestas desatadas por la muerte de Floyd.
"Acabo de dar la orden para que nuestra Guardia Nacional comience el proceso de retirada de Washington DC, ahora que todo está bajo perfecto control", tuiteó Trump.
"Regresarán a casa, pero pueden regresar rápidamente, si es necesario", agregó. "¡Mucho menos manifestantes de lo previsto hubo anoche (sábado)!", acotó.
Sin embargo, las protestas continuaron ayer en la capital de manera pacífica, cuyo punto de convergencia fue la zona de la Casa Blanca.
El muro levantado por Trump para la protección de la residencia presidencial fue cubierto por carteles, banderas, dibujos y letreros con lemas de protesta.
Las barreras de cemento y vallas metálicas fueron decoradas con flores, lazos de colores, origamis y globos en lo que se transformó en una suerte de exhibición, una muestra improvisada con todos los símbolos de quienes salieron a las calles a denunciar el racismo y la violencia de la policía y para pedir un cambio real.
Con los lazos rojos se destaca la frase "escuela libre de policías", y sobre una camisa blanca que cuelga dice "mi cuerpo no es un blanco". Luego, un gran cartón con todos los nombres y las fotos de las víctimas de la violencia policial, todos afroamericanos: Trayvon Martin, Michael Brown, Eric Garner, Breonna Taylor y George Floyd.
Agencias AP, DPA, ANSA y AFP
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