EEUU: Condenan a triple prisión perpetua a un hombre que asesinó a su esposa embarazada y a sus dos hijas
Christopher Watts, un padre de familia de Denver, capital del estado de Colorado, en Estados Unidos, fue sentenciado esta tarde a tres prisiones perpetuas consecutivas por el asesinato de su esposa embarazada y de sus dos hijas . Según el fiscal del juicio, el asesino, conocido como "el monstruo de Denver", planificó todos sus crímenes aparentemente con la esperanza de poder empezar una nueva vida con otra mujer.
Las víctimas de los crímenes de Watts fueron su esposa Shanann, de 34 años, y sus dos hijas, Bella y Celeste, de 4 y 3 años, respectivamente. El acusado fue condenado a tres cadenas perpetuas, por tres asesinatos en primer grado; a 48 años, por la interrupción de un embarazo y a 36 años, por la manipulación de los tres cadáveres.
El juez de la causa confesó que este fue el caso "más vil" que tuvo que sobrellevar en los 17 años de su carrera y dejó en claro que "ninguna pena podría realmente castigar" lo que el criminal le había hecho a su familia. Sin embargo, acepto respetar el acuerdo que se había hecho entre las partes para evitar que el acusado fuera sentenciado a pena de muerte.
"No sé quién te dio el derecho de quitarle la vida a mi hija y a mis nietos, pero yo sé que no tengo el derecho a quitarte tu vida, eso es entre tú y Dios", dijo la madre de Shanann (la esposa asesinada) en un testimonio que estremeció a la corte. Christopher Watts decidió no hacer ninguna declaración y se mantuvo en silencio, según consignó la cadena Univisión.
El abogado querellante del caso presentó los detalles de un crimen que a los fiscales les cuesta entender. "¿Cómo un padre mata a su familia? Y sobre todo... ¿para qué? No espero que diga la verdad, incluso si lo hace no hay manera de encontrar respuestas", expresó el abogado.
El caso que conmovió a la opinión pública estadounidense había comenzado cuando el 13 de agosto, el propio Watts reportó la desaparición de su mujer y de sus dos hijas. En ese entonces, se mostraba compungido en programas de televisión.
Poco tiempo después, y tras una serie de investigaciones, la policía detuvo a Watts considerándolo el principal sospechoso de estas desapariciones. Finalmente, el hombre confesó el asesinato de su esposa pero dijo que había sido porque la había encontrado estrangulando a una de sus hijas.
Las mentiras del "monstruo de Dénver" no tardaron en caer y pronto se encontraron los cadáveres de las tres víctimas. Estaban cerca de la compañía donde trabaja Watts. Su esposa estaba enterrada en un foso y las niñas ocultas dentro de dos tanques de aceite.
La única hipótesis que presentó el fiscal para tratar de explicar esta serie de crímenes es que Christopher Watts, casado desde 2012, había conocido a una nueva mujer de 30 años con la que tenía un romance y con la que pensaba comenzar "una nueva vida". La evidencia está en la serie de mensajes que envió a Nichol Kessinger, mientras realizaba la macabra operación de desaparición de los cadáveres.
La mujer, que salía con Watts desde julio, explicó al FBI que él no llevaba un anillo y que le había dicho que era divorciado. Según Univisión, en cuanto se supo de la desaparición de su mujer y de sus hijas, ella acudió a las autoridades para aportar información que pudiera ayudar.
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