EE.UU. comprará 500 millones de dosis de vacunas de Pfizer para donar a nivel mundial
Biden planea hacer el anuncio del acuerdo en la reunión del G-7 en Gran Bretaña esta semana; serán envíos para 100 países durante los próximos dos años
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WASHINGTON.- El gobierno de Joe Biden planea comprar 500 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer/BioNTech para luego donarlas al resto del mundo durante los próximos dos años, un salto drástico en el esfuerzo desplegado por la Casa Blanca para poner a Estados Unidos al frente de la “diplomacia de las vacunas”, y aportar a la lucha para doblegar la pandemia que ha dejado más de 3,7 millones de muertos.
El plan de Biden, anticipado por el periódico The Washington Post y luego ratificado por otros medios norteamericanos, prevé repartir 200 millones de dosis este año, y 300 millones más durante la primera mitad de 2022. La Casa Blanca ya se había comprometido a distribuir 25 millones de viales este mes, el primer envío de una donación inicial de hasta 80 millones de vacunas.
La movida de la Casa Blanca se conoció apenas Biden se subió al avión presidencial Air Force One para cruzar el Atlántico hacia su primera gira internacional como presidente, que lo mantendrá durante siete días en Europa. Biden indicó antes de partir que tenía previsto dar detalles sobre su plan durante la reunión que mantendrá con los líderes del G-7 en Gran Bretaña, en medio de crecientes pedidos para que Estados Unidos y otros países desarrollados tengan un papel mucho más activo y comprometido en el suministro mundial de las vacunas contra el coronavirus, que hasta ahora se ha concentrado en las naciones más ricas..
Biden prometió que Estados Unidos será “un arsenal de vacunas”, e incluso comparó el esfuerzo que prepara su gobierno con la ofensiva norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial. Pero hasta ahora Rusia y China han tenido un papel mucho más activo en la venta de vacunas, sobre todo en África –donde la vacunación en países que han logrado conseguir vacunas no alcanzan en algunos casos al 1% de la población– y en América latina, donde el gobierno de Biden anunció que distribuirá alrededor de seis millones de vacunas a través del mecanismo Covax.
Los planes de Biden han quedado hasta el momento lejos de las expectativas. Los demócratas del Congreso y algunos defensores de la salud han estado pidiendo que la administración haga más. Al mismo tiempo, Biden dio un giro histórico al respaldar una propuesta para renunciar a las protecciones de patentes para las vacunas contra el coronavirus, aunque esa iniciativa ha enfrentado a un fuerte rechazo entre líderes de la Unión Europea, como la canciller alemana, Angela Merkel.
Y las 500 millones de dosis que ahora promete la Casa Blanca, que se producirán en Estados Unidos, aún están muy por debajo de las 11.000 millones de dosis que, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarias para terminar de vacunar al mundo.
El gobierno de Biden dijo que tiene pensado distribuir el primer lote de 25 millones de vacunas un 75% a través del mecanismo Covax y un 25% en entregas directas a sus países vecinos –México, Canadá– y a otros centros regionales que presentan situaciones delicadas, incluida la Franja de Gaza y Cisjordania en Medio Oriente. Pero el anuncio de Biden dejó varias dudas latentes. Algunos países, entre ellos, la Argentina, habían desplegado intensas gestiones con la Casa Blanca para poder obtener una donación directa, que no llegó.
El gobierno de Alberto Fernández además ha rechazado las condiciones que pidió Pfizer para traer su vacuna al país, con lo cual aún si la donación se concreta, la negativa de la Casa Rosada a aceptar las condiciones de la empresa pueden terminar por frustrar la entrega final. El laboratorio norteamericano ha solicitado a la Argentina protecciones legales especiales dado que su vacuna ha sido autorizada en un período de tiempo mucho más corto que el tradicional, y la empresa busca protegerse de potenciales demandas legales.
Las deliberaciones globales acerca de cómo proceder para equiparar el acceso a las vacunas se han intensificado en las últimas semanas, a medida que los casos en Estados Unidos continuaron desplomándose –ya se encuentran en los niveles de marzo del año pasado, cuando comenzó la pandemia– y las infecciones han aumentado en países sin un suministro adecuado de vacunas, lo que ha provocado nuevas acusaciones de un “apartheid de vacunas”.
La brecha entre los países que han acopiado vacunas y los que tienen pocas es enorme. Más de la mitad de las poblaciones de Estados Unidos y Gran Bretaña han recibido al menos una dosis, en comparación con menos del 2% de personas en muchos países de África.
Hasta ahora, el esfuerzo global para cerrar esa brecha ha sido gradual, y ha tenido como espada principal al mecanismo Covax de la ONU, que tiene como objetivo entregar 2000 millones de dosis para fin de año, con miras a vacunar al 20% de la población de los países más urgidos. Pero es posible que ni siquiera se alcance ese objetivo relativamente modesto. La iniciativa se ha visto afectada por la escasez de fondos y una grave escasez de oferta agravada por la crisis en la India, lo que ha provocado retrasos potencialmente mortales. Hasta la fecha, Covax ha entregado 81 millones de dosis a 129 países.
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