Coronavirus: EE.UU. amplía las restricciones a la gente y temen un colapso sanitario
WASHINGTON.- El temor a un colapso sanitario por la propagación del nuevo coronavirus llevó a Estados Unidos a ampliar las restricciones a la vida social de la gente como nunca antes desde el inicio de la pandemia, aunque sin llegar aún a forzar una cuarentena total como si hicieron los gobiernos de Italia, España o Francia, o, antes, China.
Y a diferencia de lo que ocurrió en otros países, los límites impuestos para forzar el "distanciamiento social" han corrido, sobre todo, por cuenta de gobernadores y alcaldes de todo el país, y de las empresas, más que del gobierno de Donald Trump, quien recién ayer ofreció un tono más acorde con la crisis que atraviesa al país, al reconocer por primera vez que el virus no está bajo control, que la economía puede caer en recesión, y que el cambio de estilo de vida podía llegar a estirare hasta julio o agosto. Así y todo, Trump calificó la respuesta de su gobierno a la crisis con un "10".
Trump presentó ayer en una conferencia de prensa en la Casa Blanca nuevas "recomendaciones" del gobierno federal por 15 días para que la gente reduzca su exposición, y se resguarde en sus casas para evitar nuevos contagios. El gobierno federal solicitó a la gente diagnosticada con Covid-19, con síntomas con familiares enfermos, a quienes tienen una condición clínica seria y a los mayores que permanezcan en sus hogares. Y a los jóvenes y a las personas sanas, el gobierno federal les recomendó que trabajen o asistan a clases desde su casa, de ser posible, y que evite todas las reuniones sociales de más de 10 personas; comer y beber en restaurantes, bares, patios de comida, y suspender los viajes "discrecionales", o las visitas a hogares de ancianos.
Estados Unidos tiene ya 3487 casos confirmados, y 68 muertos, según información oficial.
Trump dijo que, por el momento, no contemplaba imponer una cuarentena en todo el país, pero si quizá en algunas "zonas calientes".
"Me parece que si hacemos un buen trabajo, no solo mantendremos las muertes en un nivel más bajo que si no hubiéramos hecho un buen trabajo. Pero la gente habla de julio, agosto, algo así. Podría ser en ese período de tiempo", dijo Trump, cuando le preguntaron cuánto podría durar el cambio de vida impuesto por la pandemia.
Cuando todavía respondía preguntas, Wall Street cerraba su peor día desde el "lunes negro" de 1987 pese a una ofensiva coordina de los bancos centrales para frenar el colapso de la economía global.
A las recomendaciones que la Casa Blanca se sumaron un cúmulo de decisiones de gobiernos estatales, locales y de empresas que, junto con el temor palpable en muchas personas por el avance del virus, terminaron por empujar a la gente a sus casas.
En todo el país ya cerraron al menos 69.000 escuelas en 35 estados y distritos, lo que ya dejó a 35,9 millones de estudiantes en sus casas.
Nueva York y Los Ángeles, las dos ciudades más pobladas del país, anunciaron el cierre de bares y restaurantes luego de que la medida fuera implementada primero por los estados de Ohio, Chicago, y recomendada por California. Pero ayer, con el correr de las horas, cada vez más gobernadores se sumaron a la movida y por la tarde la orden de bajar las persianas –salvo para el delivery, en algunos casos– había llegado ya a Connecticut, Indiana, Maryland, Massachusetts, Michigan, New Jersey, Nueva York, Ohio, Pensilvania, el estado de Washington y Puerto Rico.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo que no descartaba ninguna medida, incluido un toque de queda.
Detrás de las decisiones de los mandatarios estatales aparecía un claro temor: que cualquier demora en apretar los controles convirtiera a Estados Unidos en Italia, y dejara al país frente a un sistema hospitalario colapsado, sin camas ni equipos suficientes para todos los.
"Sabemos que el sistema de salud va a quedar sobrepasado. Así es como muere gente", dijo en una entrevista el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien enfrenta en su estado uno de los frentes más apremiantes contra el virus. "Sólo tengo 3000 camas en terapia intensiva en Nueva York. Alrededor del 80 por ciento ya están ocupadas, con lo cual solo tengo unas 600 camas disponibles, y ya tengo 60 personas en esas camas. Este es un desastre en espera", alertó.
"Quédense en casa. Detengan la propagación. Salven vidas", dijo Cuomo luego en Twitter.
Cuomo ya le había pedido el día anterior al gobierno de Trump que desplegara al Ejército para montar hospitales temporales en universidades, gimnasios y en tiendas de campaña para poder atender a todas las personas que, se prevé, contraerán la enfermedad Covid-19. Trump no descartó esa medida.
El presidente habló con los gobernadores en una conferencia telefónica para coordinar la respuesta a la crisis. "Respiradores artificiales, todo el equipamiento, traten de conseguirlos ustedes", les dijo el mandatario.
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