EE.UU. acusa al príncipe saudita de “autorizar” la muerte de Khashoggi
WASHINGTON.- La comunidad de inteligencia de Estados Unidos concluyó que el príncipe heredero saudí, Mohammed ben Salman, autorizó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, una revelación que si bien era ampliamente esperada fue igualmente explosiva al tocar un nervio en el vínculo de Washington con Arabia Saudita, un aliado estratégico de la Casa Blanca en el mundo árabe.
El gobierno de Joe Biden desclasificó un informe de apenas tres páginas con la evaluación de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos sobre el brutal asesinato de Khashoggi, disidente saudita y columnista del periódico The Washington Post, a manos de agentes saudíes en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, en septiembre de 2018, un crimen que desató una condena global y dejó bajo sospecha al heredero de la corona.
“Evaluamos que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed ben Salman, aprobó una operación en Estambul, Turquía para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi”, sentencia el resumen ejecutivo del informe de la Dirección Nacional de Inteligencia.
La directora de esa agencia, Avril Haines, envió al Congreso la evaluación oficial luego de recibir autorización para desclasificar el reporte sobre el papel del gobierno saudí en el asesinato del Kashoggi. El informe se finalizó durante la presidencia de Donald Trump, quien había frenado su difusión para resguardar la relación con Arabia Saudita y en especial con MbS, quien tejió un vínculo estrecho con el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, y era visto por el gobierno anterior como uno de los principales aliados en Medio Oriente.
Si bien Biden esperó hasta tener su primera conversación como presidente con el rey de Arabia Saudita, Salman ben Abdulaziz al-Saud, esta semana antes de permitir que el informe viera la luz, la movida de la Casa Blanca marca un claro giro en la política exterior de Estados Unidos con ramificaciones impredecibles en el vínculo con Riad y, en paralelo, con un siempre convulsionado Medio Oriente. La Casa Blanca dejó fuera de la desclasificación los elementos más sensibles de la información de inteligencia sobre el crimen de Khashoggi, como, por ejemplo, las grabaciones que se hicieron durante su tortura y su posterior asesinato.
La comunidad de inteligencia de Estados Unidos llegó a la conclusión de que MbS autorizó la muerte de Khashoggi debido al “control en la toma de decisiones” del príncipe en el reino saudí, la participación directa de un asesor clave y miembros de la custodia personal del heredero de la corona en la operación, “y el respaldo del Príncipe de la Corona para usar métodos violentos para silenciar a disidentes en el extranjero, incluido Khasshoggi”.
“Desde 2017, el príncipe de la corona ha tenido un control absoluto de las organizaciones de seguridad y de inteligencia del reino, haciendo altamente improbable que funcionarios saudíes hayan llevado adelante una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe”, señala el informe.
El trabajo de la comunidad de inteligencia señala que el equipo de 15 personas que llegó a Estambul, donde Khashoggi fue capturado, torturado y asesinado, estuvo liderado por Saud Al-Qahtani, que dijo públicamente en 2018 que no actuaba sin la autorización de MbS. “El equipo también incluía a siete miembros del equipo de seguridad personal de elite de Mohammed ben Salman, conocido como la Fuerza de Intervención Rápida”, señala el informe.
“El príncipe de la corona veía a Khashoggi como una amenaza y respaldaba ampliamente medidas violentas para silenciarlo de ser necesario”, señala el trabajo de la comunidad de inteligencia.
A la par de la difusión del informe, el Departamento de Estado anunció la implementación de una nueva política de restricción de visas bautizada “Veto Khashoggi”, que le permitirá al gobierno federal imponer restricciones a individuos que, actuando en nombre de un gobierno, se involucren en actividades para reprimir a disidentes, incluidos periodistas. Al anunciar la medida, el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en un comunicado que el “Veto Khashoggi”, se había aplicado ya a 76 saudíes “que se cree que estuvieron involucrados en amenazar a disidentes en el extranjero, incluido, entre otros, el asesinato de Khashoggi”.
Arabia Saudita “rechazó totalmente” el informe de inteligencia de Estados Unidos, al señalar que es “falta e inaceptable”, una reacción previsible teniendo en cuenta que MbS es el futuro monarca del reino.
“El gobierno del reino de Arabia Saudita rechaza totalmente la evaluación negativa, falsa e inaceptable del informe relativo a dirigentes del reino y señala que contiene información y conclusiones inexactas”, dijo la cancillería saudí en un comunicado.
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