Eduardo Bolsonaro: "Si ganara Cristina hay riesgo de que la Argentina sea la próxima Venezuela"
El diputado federal Eduardo Bolsonaro, abogado de 34 años, además de ser el segundo hijo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro , es un virtual "canciller paralelo" del gobierno, gracias a su puesto de encargado de las relaciones exteriores en el Congreso.
De hecho, se encuentra de visita en Buenos Aires, donde se reunió con el presidente Mauricio Macri y con colegas legisladores, para preparar el primer viaje del mandatario brasileño a la Argentina, el próximo 6 de junio.
Este abogado, que contraerá matrimonio la semana próxima, heredó el mismo estilo desenfadado de su padre. En un "portuñol" que en el resto de América Latina llama la atención por su marcado acento argentino, define claramente a sus enemigos: el marxismo cultural y "la izquierda latinoamericana que quiere acabar con todos los valores de la sociedad occidental y cristiana".
Eduardo Bolsonaro también dice sin rodeos:
Durante su visita a Buenos Aires, dio su posición sobre todos los temas regionales y globales, desde una eventual intervención militar en Venezuela hasta el "ensañamiento" de la prensa contra el presidente norteamericano, Donald Trump, a quien su padre admira. En una entrevista con LA NACION no esquivó la delicada situación judicial que atraviesa su hermano, el senador Flavio Bolsonaro, bajo investigación fiscal por lavado de dinero y la compra de inmuebles entre 2010 y 2017. Pero marcó una diferencia: "Mi hermano está bajo investigación y será absuelto. Pero Lula ya está condenado y en la cárcel".
-Tanto su padre como usted no han sido claros sobre cuál es su posición respecto de una intervención militar en Venezuela a raíz de la crisis en ese país. ¿La ve posible?
-La cuestión militar no se puede tratar abiertamente en público porque perdería todo su valor estratégico. Nuestra mayor preocupación es la crisis humanitaria y, por otro lado, vemos una intervención abierta en Venezuela de Rusia, China y Cuba. Y no podemos quedarnos mirando estas dos situaciones sin hacer nada. Lo peor que puede pasar es que [el presidente venezolano] Nicolás Maduro siga en el poder, y no creo que se vaya de una manera pacífica, por eso va a ser necesaria la fuerza.
-¿Y Brasil iniciaría una intervención militar?
-Esa es una pregunta que no puedo contestar yo. La tienen que contestar los jefes militares.
-Digámoslo de otra forma. El presidente Donald Trump dijo que no descarta una intervención militar. ¿Brasil apoyaría esa eventual intervención?
-Yo puedo contestar por mí, no por el gobierno. Yo lo apoyaría. Respaldo cualquier medida contra Maduro.
-En cuanto a las relaciones con la Argentina, ¿qué pasaría ante un eventual triunfo de Cristina Kirchner en las elecciones de octubre próximo?
-No me gusta Cristina. Y si ella ganara, el problema no solo va a ser las relaciones con Brasil, sino la cantidad de inversiones privadas que se van a ir del país. Hay mucho legado de Cristina en la situación económica que vive hoy la Argentina y todo puede empeorar. Hay riesgo de que la Argentina sea la próxima Venezuela.
-¿Y qué sucedería con el Mercosur?
-Yo creo que en estos cinco meses hemos avanzado más que en el últimos 20 años. El acuerdo con la Unión Europea (UE) estuvo directamente frenado todos estos años. Seguramente vamos a tener relación formal con Cristina, pero va a ser un retroceso.
-Los Bolsonaro dan mucha preeminencia a la cuestión ideológica y, sin embargo, tienen fluidas relaciones económicas con el gobierno chino. ¿Cómo es eso?
-Yo siempre cito al emperador romano Vespasiano: "El dinero no tiene olor". Criticarlos no me impide hacer negocios con ellos. Si bien la relación comenzó por una afinidad ideológica, no necesito morir de amor por el sistema comunista para ver que mi país puede hacer buenos negocios con ellos, sobre todo teniendo en cuenta que ahora son nuestro principal socio económico.
-La economía de Brasil no termina de despegar, la situación es realmente difícil. ¿No es poner el foco en otro lugar considerar que el principal enemigo de Brasil es el "marxismo cultural"?
-Es que ahí está la raíz de todos los problemas. Brasil está sufriendo mucho porque este marxismo cultural se enraizó principalmente en las universidades. Esta es la guerra cultural que va. Por otra parte, ahora se va a necesitar mucha energía para avanzar con la reforma jubilatoria. Los remedios siempre son duros y amargos, pero es lo que debemos hacer para enderezar el camino que hicieron los socialistas. Creo que si logramos avanzar con esta reforma, eso va a dar lugar a la llegada de inversiones y al crecimiento del empleo.
-Su padre, el presidente brasileño, hizo campaña como un luchador contra el sistema corrupto que para él encarnaba el gobierno anterior. Y ahora, a solo cinco meses de iniciado su gobierno, su hermano Flavio está siendo investigado por corrupción. ¿Es inevitable el vínculo entre la corrupción y el poder?
-Mi hermano está bajo investigación. Los corruptos del tiempo de Lula [da Silva] y Dilma [Rousseff] es un juicio que terminó con una condena y están en la cárcel. Son dos cosas muy distintas. Hacer una comparación de ambas situaciones es desproporcionado. Yo estoy muy tranquilo. Puede prever un futuro donde mi hermano finalmente será absuelto, y ahí quisiera ver que la prensa le dedique el mismo espacio que le está dando a las investigaciones. Ya vimos lo que sucedió en Estados Unidos cuando finalmente se demostró que Trump no había trabajado con los rusos en las elecciones.
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