Ecuador: Andrés Arauz, la joven apuesta de Rafael Correa para recuperar el poder
CARACAS.- "Los saluda el ‘perfecto desconocido’ que conoce y ama al Ecuador y que hoy se compromete a sacar de la crisis sanitaria y económica a nuestro pueblo. ¡Juntos venceremos!". El tuit, con el que Andrés Arauz intentó ironizar sin éxito sobre su sorprendente irrupción en la alta política ecuatoriana, adelantó lo que sería una campaña llena de errores y tropiezos para el elegido por el expresidente Rafael Correa para recuperar el poder.
Tan sorprendente que el favorito en las elecciones de ayer ni siquiera pudo votarse a sí mismo, ya que está empadronado en México, donde vivía hasta que el gran líder de la revolución ciudadana decidió apostar por su juventud (36 años cumplidos el sábado) y su fidelidad para derrotar al conservador Guillermo Lasso en las urnas.
"El pueblo está harto de traidores, les puedo jurar total lealtad a Correa", dejó muy claro Arauz en su cierre de campaña en Quito. Una lealtad en la que también incluye absolver a los altos cargos del correísmo y a su propio jefe de las distintas sentencias por corrupción.
Incluso a sí mismo si se hiciera menester, tras diversas acusaciones sobre contratos irregulares durante su gestión y que también se han estirado por los acuerdos que beneficiaron a sus padres, bajo acusaciones también de nepotismo tras las publicaciones realizadas por la prensa local. Luis Alberto Arauz, presidente de Universal Petroleum Services, y Gladys Galarza, directora de una agencia de viajes, obtuvieron contratos gubernamentales y de instituciones con vínculos familiares.
La fidelidad de Arauz sobrepasa las fronteras y llega hasta Caracas y La Habana, que serían otra vez aliados claves del nuevo inquilino del Palacio de Carondelet en caso de conquistar las elecciones.
Correa ha dicho públicamente que se decantó por quien fue su ministro cuando creyó que el vicepresidente del gobierno en 2020, Otto Sonnenholzner, también se lanzaría en las elecciones empujado por su juventud y su carisma. Pero en su fuero interno buscaba una "marioneta" dócil a la que manejar desde su exilio, en las antípodas de Lenín Moreno, que tardó muy poco en demostrarle su independencia.
Correa necesitaba el carisma de Moreno para ganar las elecciones de 2017 por la mínima (a la postre, el candidato de la revolución ciudadana se impuso a Lasso por menos de tres puntos), pero dudaba de su lealtad. Y así fue: el actual presidente se rebeló contra la corrupción que se encontró al asumir al poder y que ha llevado hasta la cárcel a su compañero en el ticket electoral de entonces. En el mismo proceso, Correa, prófugo de la Justicia ecuatoriana, fue condenado a ocho años de prisión.
Juventud y atractivo físico que situaban a Arauz en parecida disposición al primerizo Correa en 2006. Hasta ahí, porque si algo ha dejado patente una campaña preñada de deslices es que en la forja de un candidato el liderazgo y el carisma no se transmiten por generación espontánea.
Correa tiene una brillante oratoria que no pudo trasladar a su delfín, pese a que este debutó en 2015 de su mano en el gobierno como ministro del Conocimiento. Después llegaron otras carteras, como Cultura, pese a ser un gran desconocedor de esa materia.
Arauz siempre ha estado vinculado al mundo de la economía, pese a las dudas levantadas en campaña al coquetear con la propuesta "extremadamente visionaria del siglo XXI" de extraer oro de los teléfonos celulares: "Vamos a juntar 30 o 35 celulares viejos y a partir de ahí extraer los minerales". Las mofas acompañaron tan extravagante declaración, pero la que le estuvo a punto de costar un serio dolor de cabeza fueron sus dudas sobre la dolarización del país, que para la mayoría de los ecuatorianos ha mejorado sus vidas desde que se impuso, en 1999.
Su inmersión en la red social del momento, TikTok, en un intento de aprovechar su juventud, también se saldó con otro fracaso. No se le da nada bien aquello del humor y la ironía.
¿Por qué entonces un candidato tan débil es el favorito para ganar las elecciones? Los errores de Arauz son básicamente de un principiante que ha sobrevolado la campaña, que sigue siendo un gran desconocido para el país, pero que cuenta con el viento a favor de la pandemia, que ha castigado sobremanera al actual gobierno.
Arauz también tiene a su favor los recuerdos en medio de la crisis económica: durante la llamada "década farreada", los bolsillos de los ciudadanos estaban más llenos que ahora gracias a los precios internacionales del petróleo.
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