Drama sin fin: el copiloto aceleró varias veces para chocar el avión
Según el análisis de la segunda caja negra, el impacto con la montaña se produjo a más de 700 kilómetros por hora
PARÍS.- Las últimas dudas quedaron despejadas ayer: Andreas Lubitz premeditó y estrelló voluntariamente el Airbus 320 de Germanwings contra las montañas de los Alpes franceses, el 24 de marzo, y provocó la muerte de sus 150 ocupantes. Lo que aún se ignora es por qué razón.
Los análisis preliminares de la segunda caja negra, hallada anteayer, confirmaron ayer que Lubitz no sólo programó el piloto automático en una trayectoria descendiente, sino que intervino varias veces para aumentar la velocidad de la nave, para que chocara lo antes posible con la montaña. El impacto se produjo a más de 700 kilómetros por hora.
La fiscalía alemana anunció anteayer por su parte que el piloto de 27 años hizo búsquedas en Internet sobre las formas de suicidarse y sobre el funcionamiento de las puertas de la cabina.
En una tableta hallada durante el registro de uno de sus domicilios, los investigadores descubrieron que hasta el 23 de marzo, o sea el día previo a la tragedia, Lubitz "se informó sobre las formas de suicidarse". También buscó datos en sitios especializados "sobre las puertas de la cabina de pilotaje y sus sistemas de seguridad", indicó un comunicado del tribunal de Düsseldorf, a cargo de la parte alemana de la investigación.
"El navegador [de la tableta] no había sido borrado y fue posible seguir las búsquedas efectuadas entre el 16 y el 23 de marzo de 2015", precisó la fiscalía. Las autoridades agregaron además que Lubitz investigó "métodos de tratamiento médico", sin precisar cuál era la enfermedad que lo preocupaba.
Según el periódico alemán Bild, otros documentos en poder de los investigadores en Düsseldorf demostrarían que Lubitz estuvo implicado en un accidente de circulación a fines del año pasado, que le habría causado un traumatismo y serios problemas de vista.
Pocas horas antes de esa información, una gendarme francesa había encontrado en una falla de la montaña la segunda caja negra del Airbus, que los investigadores buscaban desde el día de la tragedia. La caja, que registra todos los parámetros técnicos de vuelo, estaba encastrada en la roca. Aunque su color original es rojo -a pesar de su nombre-, había adquirido el mismo color que la piedra, debido a la deflagración del impacto.
Ese valioso instrumental electrónico fue enviado anteanoche a París y está siendo analizado por el Buró de Investigación y Análisis (BEA).
"Fue una acción voluntaria la que guió ese avión hacia la montaña, no sólo perdiendo altitud, sino corrigiendo su velocidad", explicó el fiscal de Marsella, Brice Robin.
Para el fiscal, Lubitz "estuvo vivo y consciente" hasta el momento del impacto. Sin embargo, a pesar de la acumulación de pruebas de premeditación, la investigación en Francia continuará caratulada como "homicidio involuntario". Según la justicia francesa, "cuando el autor muere, el cargo de homicidio voluntario es inaplicable", ya que el culpable no puede ser sancionado.
En el sitio de la tragedia, los equipos de investigación también consiguieron recuperar 2285 restos humanos, entre los cuales fueron identificados 150 ADN diferentes, precisó Robin. "Ahora debemos comparar cada muestra con los ADN de las familias de las víctimas", explicó el fiscal.
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