En su primer discurso, Draghi llamó a una “nueva reconstrucción” de Italia
ROMA.- “Hoy la unidad no es una opción, la unidad es un deber. Pero es un deber guiado por lo que estoy seguro que nos une a todos: el amor por Italia”.
Con estas palabras llenas de emoción concluyó hoy su primer discurso programático ante el Parlamento, el flamante primer ministro italiano, Mario Draghi, que pidió un voto de confianza que, ya se sabe, superará con creces. Desde que había anunciado su lista de ministros para fomar un gobierno formado por 8 técnicos y 15 políticos, el viernes pasado, Draghi se había mantenido en silencio.
La reserva, de hecho, es una de las características del prestigioso expresidente del Banco Central Europeo (BCE). Por eso, se esperaba con inmensa expectativa su primer discurso ante el Senado, en el cual hizo un fuerte llamado a esa heterogénea mayoría de partidos de diversos colores y rivales entre sí, que forman su ejecutivo, a trabajar juntos para una “nueva reconstrucción de Italia”, que vive uno de los momentos más dramáticos de su historia debido a la pandemia, que causó ya más de 94.000 muertos y estragos en la economía.
“Italia se recuperó del desastre de la Segunda Guerra Mundial con orgullo y determinación y puso las bases del milagro económico gracias a inversiones y trabajo. Pero sobre todo gracias a la convicción de que el futuro de las generaciones siguientes habría sido mejor para todos. En la confianza recíproca, en la hermandad nacional, en la búsqueda de un rescate cívico y moral. A esa reconstrucción colaboraron fuerzas políticas ideológicamente lejanas, si no contrapuestas”, evocó.
“Estoy seguro de que también a esta nueva reconstrucción nadie le hará faltar, en la distinción de roles e identidad, su propio aporte”, dijo, en un discurso amplio y profundo, con objetivos de largo plazo, que duró 51 minutos y fue interrumpido 25 veces por aplausos.
Estoy seguro de que también a esta nueva reconstrucción nadie le hará faltar, en la distinción de roles e identidad, su propio aporte
Draghi desde el principio habló de “responsabilidad nacional” y del deber de “combatir con cualquier medio la pandemia y de salvaguardar la vida de nuestros conciudadanos”. “Es una trinchera en la que combatimos todos juntos. El virus es enemigo de todos”, aseguró, en tono monocorde, pero solemne.
Las prioridades del gobierno de Draghi
De 73 años y enorme prestigio nacional e internacional –apodado, de hecho, “Super Mario”-, Draghi delineó las prioridades de su gobierno que, según destacó, no sólo enfrentará emergencias –el plan de vacunación en curso, la terrible caída de la economía, el aumento de la desocupación, de la pobreza y de la desigualdad, la crisis educativa y sanitaria-, sino que también hará reformas estructurales de las que se habla dese hace años en sectores cruciales como justicia, educación, salud, sistema fiscal, ambiente, administración pública. Además, reescribirá el plan para gastar esos 209.000 millones de euros que la Unión Europea (UE) le prometió a Italia para la reconstrucción pospandemia, una ocasión histórica para Italia, que estuvo al origen de la crisis política que lo llevó al poder.
Pese a que muchos lo consideran un “frío” técnico Draghi desde el principio dejó entrever empatía y dotes políticas. “Quisiera decirles que en mi larga vida profesional nunca ha habido un momento de emoción tan intensa y de responsabilidad tan amplia”, confesó este reconocido economista que al frente del BCE salvó al euro y que estuvo también al frente del Banco Central de Italia en situaciones más que difíciles, con barbijo puesto. Y tuvo merecidas palabras de agradecimiento para su predecesor, Giuseppe Conte, cuyo gobierno colapsó debido a una maniobra maquiavélica del ex premier, Matteo Renzi. Conte “enfrentó una situación de emergencia sanitaria y económica nunca ocurrida desde la Unidad de Italia (1861)”, reconoció, desencadenando en el hemiciclo un fuerte aplauso, durante el que también se oyeron algunos tímidos abucheos.
Consciente de que su llegada a Palacio Chigi -sede del gobierno- se dio sólo después de que el presidente de Italia, Sergio Mattarella, certificara que los desprestigiados partidos políticos no podían ponerse de acuerdo para un tercer gobierno de Conte –según las normas del sistema parlamentario-, Draghi tendió una mano al fragmentado arco político. “Se dijo y escribió que este gobierno se hizo necesario debido al fracaso de la política. No estoy de acuerdo: nadie da un paso hacia atrás respecto de su identidad, en un nuevo y raro perímetro de colaboración, sino que da un paso adelante para responder a las necesidades del país, a los problemas cotidianos de las familias y de las empresas que saben bien cuándo es el momento de trabajar, sin prejuicios y rivalidad”, dijo, llamando a una tregua política.
En un claro mensaje a la derechista Liga de Matteo Salvini, que en una conversión ideológica impresionante, se sumó al barco Draghi, el premier reiteró que el gobierno será “europeísta” y atlantista -aliado de Occidente- y atacó al soberanismo. “No hay soberanía en la soledad”, sentenció.
Compromiso verde
Católico y formado en una escuela jesuita, confirmó asimismo su compromiso con todo lo verde (tema clave para el antisistema Movimiento Cinco Estrellas, M5E) y citó al papa Francisco, única personalidad mencionada en el discurso, junto a Camillo Cavour, el político que impulsó la unidad de Italia. “Proteger el futuro del ambiente, conciliándolo con progreso y bienestar social, requiere de un enfoque nuevo: digitalización, agricultura, salud, energía, aeroespacio, cloud computing, escuela y educación, protección de los territorios, biodiversidad, calentamiento global y efecto invernadero, son diversas caras de un desafío poliédrico que ve al centro el ecosistema en el que se desarrollarán todas las acciones humanas”, indicó.
Draghi concluyó su virtual presentación en sociedad recordadando que el suyo es el tercer gobierno de una legislatura que comenzó después de las elecciones de 2018 y que vio pasar a dos distintos gobiernos liderados por Conte (primero al frente de una alianza del M5E con la derechista Liga de Salvini y después del M5E con el Partido Democrático, de centroizquierda). Y que se trata de un gobierno que necesita, por supuesto y más que nunca, el apoyo convencido del Parlamento: “es un apoyo que no se basa en alquimias políticas, sino en el espíritu de sacrificio con el que mujeres y hombres han enfrentado el último año, en su vibrante deseo de renacer, volver más fuertes y en el entusiasmo de los jóvenes, que quieren un país capaz de realizar sus sueños”.
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