Dos James Bond se enfrentanpor la independencia de Escocia
Roger Moore criticó la activa campaña de Sean Connery por la secesión
Obligados por el guión que moldea al agente 007 James Bond, ambos recorrieron los mejores hoteles del mundo, tomaron hectolitros de vodka martini batido, barrieron con total impunidad a ejércitos de malvados, apostaron millones de libras del erario británico en exclusivos casinos y se acostaron con las mujeres más espectaculares de su época. Una tarea agotadora, pero siempre al servicio de su majestad.
Sin embargo, uno de ellos, sir Sean Connery, le dio la espalda al imperio británico y hace campaña por la independencia de Escocia -paradójicamente, la tierra natal de 007-, que en septiembre acudirá a las urnas para confirmar o no los sueños de los Wallace, The Bruce y los Estuardo.
Otro, sir Roger Moore, llama a los hombres y mujeres de las "tierras altas" a permanecer unidos bajo la Union Jack y lleva esa batalla a un "combate" personal con su predecesor en el personaje del héroe británico.
Primero, con humor ácido, culpó a Connery, de 83 años, de los problemas del Royal Bank of Scotland cuando el primer Bond de la saga -para muchos el mejor de la historia- retiró todos sus fondos en efectivo.
Pero después, y en franca retirada, el inglés Roger dijo que aunque no estaban de acuerdo sobre la separación, era poco probable que se trenzaran en una pelea porque admitía que Sean siempre fue mucho más fuerte que él. "No me gustaría entrar en una pelea a trompadas con Sean. Él es grande", dijo Moore, de 86 años, jugando con el doble sentido.
"Por supuesto que tengo un gran orgullo de ser inglés(...) Pero me gustaría que los escoceses se quedaran con nosotros. Nos educaron con la idea de que «somos los mejores», que no es del todo cierta. Estoy orgulloso de ser británico. Dije inglés, pero me refería a británico", reconoció sir Roger a The Times en un festival de literatura realizado semanas atrás.
Campaña
Connery, que interpretó a los legendarios reyes británicos Arturo (Lancelot, el primer caballero, 1995) y a Ricardo Corazón de León (Robin Hood: El príncipe de los ladrones, 1991), es muy amigo de Alex Salmond, el líder escocés que impulsa a brazo partido la secesión, e integra las filas de su Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés).
Ya sin el respaldo del MI6 y de los gadgets que le suministraba Q, Connery sólo se defiende o ataca con la pluma -sin veneno ni explosivos- desde la prensa escocesa. En 2007 pronosticó en las páginas del Scottish Sunday Express que su país será independiente "antes de que muera".
"Los escoceses seremos los mejores guardianes de nuestro futuro", sentenció.
Días atrás, fue más sofisticado: "El sí servirá para captar la atención del mundo y para que exista un renovado interés en el legado cultural y en la capacidad creativa de Escocia", escribió en The New Statesman sir Sean, patriota y orgulloso de tener tatuada en un brazo la frase "Scotland Forever".
Mientras pivotea en su autoexilio entre las Bahamas y una isla griega en la que tiene de vecinos a los reyes de Holanda, el comandante Connery es una de las caras de la campaña del sí, pese a que sólo volverá a residir en Escocia cuando se independice.
Faltan poco más de seis meses para el 18 de septiembre, la fecha del histórico referéndum en el que los escoceses deberán responder la pregunta "¿Está usted de acuerdo en que Escocia debería ser un país independiente?". Las encuestas, por el momento, favorecen al no con el 54%, frente 34% del sí, y el fuego cruzado entre Londres y Edimburgo crece en intensidad.
En su retiro octogenario puede que los dos espías recuerden y compitan con los Aston Martin que manejaron, los paraísos del planeta donde pusieron en riesgo sus vidas o la mujeres que sedujeron para garantizar la seguridad del reino. Hasta allí, parejos los dos.
Seguramente el escocés tenga la sonrisa final, ya que, a diferencia del inglés -y de sus sucesores-, es el único que recibió un Oscar, en 1987. No por ser Bond, sino por interpretar en Los intocables a un policía de Chicago con recalcitrantes raíces en Irlanda, independizada de Gran Bretaña en 1916.
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