La cumbre entre Kim y Trump: los momentos más insólitos de una reunión histórica
LA NACION
El 2017 había sido muestra de lo que podía pasar en el primer cara a cara entre el presidente de Estados Unidos , Donald Trump , y el líder de Corea del Norte , Kim Jong-un . La desfachatez a la hora de dejar la educación política de lado e insultarse y amenazarse de las maneras más ingeniosas fueron prueba de que el 12 de junio iba a ser un día en que la incorrección iba a estar presente.
Con este antecedente, con el "viejo lunático" lanzado por Kim a Trump, con el "enano gordo" dicho por el republicano respecto del líder de Pyongyang, con la pelea por quién tiene el botón nuclear más grande de todos, ambos estrecharon ayer sus manos en un saludo que duró lo que los fotógrafos precisaban. Se encontraron en la isla de Sentosa, en Singapur, y tras la histórica cumbre que duró varias horas e incluyó un almuerzo, firmaron un documento que menciona la total desnuclearización de la península coreana, el apoyo de Estados Unidos y el acercamiento para conseguir una paz duradera.
Pero los momentos insólitos también formaron parte del encuentro. A continuación, las perlitas de la cumbre que pasará a la historia.
Mirá mi coche
No es la primera vez que Trump hace alardes. En esta oportunidad, lo hizo con "La bestia", la limusina blindada que lo traslada por las calles de los países que visita. En una actitud bastante común, el presidente estadounidense lo invita a Kim a conocer su auto, le abre y la puerta y lo obliga a mirar dentro, como diciendo: "Vení, vení, mirá todo lo que tiene".
Vanidad
La estética es algo primordial para el republicano. Su historia personal está marcada por escándalos con modelos, frases maltrechas sobre la importancia de la belleza y el famoso concurso Miss Universo. Este antecedente hace lógico su comentario en el comienzo del almuerzo con el norcoreano.
Frente a los periodistas que los seguían sin tregua, Trump se prepara para tomar asiento en la mesa multitudinaria, le pide a Kim que por favor lo haga y lanza hacia las cámaras: "Saquen buenas fotos, así nos vemos lindos y guapos y delgados y perfectos", de acuerdo a lo publicado por BuzzFeed.
Llanto en vivo
El exjugador de baloncesto estadounidense Dennis Rodman fue desde Singapur el comentarista improvisado de la histórica cumbre. Conocido por su amistad con Kim, aseguró que el líder "intenta hacer avanzar su país (...) y Donald Trump hará un buen trabajo".
Kim es "como un niño grande, aunque sea pequeño", aseguró. "Creo que Donald Trump entiende que los norcoreanos tienen un corazón, un alma, tienen carisma y se quieren los unos a los otros", añadió. "No lo hago por el dinero, nunca empecé esto por el dinero", dijo Rodman entre lagrimas y deseó poder ver Kim, un "amigo para siempre", antes de que vuelva a Pyongyang.
En 2014, cuando Trump coqueteaba con una posible candidatura presidencial, dijo tras un encuentro con el exdeportista: "El loco Dennis Rodman está diciendo que quería ir con él a Corea del Norte. Nunca hemos hablado de ello, no tengo ningún interés, es el último lugar de la tierra al que iría".
Como en Hollywood
La voz del locutor hace acordar a los trailers de las películas más taquilleras. Pero no. La escena no es esa. Hay público, pero no pagó por estar allí. Se trata de una conferencia de prensa y en el centro no hay pantalla gigante sino un atril que espera a Trump. A los costados, en dos pantallas menores, el relato del encuentro parece película.
"Dos hombres, dos líderes, un destino. La historia de un momento especial en el tiempo", dice el corto que el estadounidense hizo proyecta antes de su discurso ante la prensa.
Parece mentira
El comentario de Kim es extraordinario y sin dudas refleja algo de lo que le pasó la mundo: la imagen de ellos dos, sonrientes, compartiendo una comida, estrechándose las manos, no parecía posible meses atrás.
Pero el cambio ocurrió y fue real. No ficción. Y Kim lo dejó en claro al decir: "Mucha gente debe pensar que esto se trata de una película de ciencia ficción".
El error
Al concluir el encuentro, en la conferencia de prensa que brindó ante un amplio grupo de periodistas, Trump tuvo un momento de sinceridad extremo que instantes después desmintió.
Exultante por el aparente éxito de la reunión, dijo: "Ahora creo que esto (la desnuclearización) va a pasar, quizá en seis meses se pare y les diga que estaba equivocado. No sé si alguna vez lo admitiré, inventaré alguna excusa".
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