¿Es posible un impeachment contra Donald Trump?
Tras semanas llenas de escándalos, la voz de la oposición reclama un juicio político al presidente
A meses de que comenzara el Rusiagate, la supuesta infiltración del Kremlin en las elecciones estadounidenses para ayudar a Donald Trump en su victoria. A semanas de la llegada del mandatario republicano a la Casa Blanca . A días de que el presidente tomara la decisión de echar al director del FBI, quien llevaba adelante la investigación de espionaje que podía complicarlo. Y a horas de que se conociera que compartió información clasificada con funcionarios de Vladimir Putin .
En Estados Unidos la palabra impeachment suena más fuerte que nunca. Sale de la boca de los detractores de Trump, que no lo votaron y entienden no está capacitado para ejercer el cargo; y también de los demócratas, que no lo apoyaron y están convencidos de que no está cumpliendo con sus funciones como indica la Constitución.
Pero, ¿es posible que el magnate de la construcción que llegó a presidente de uno de los países más potentes del mundo sin experiencia política sea apartado de su cargo?
A continuación, claves para entender el proceso.
¿Qué es un impeachment y quiénes lo impulsan?
Es un proceso por el cual un presidente puede ser destituido de su caso. Es un juicio político, como el que atravesó el año pasado la mandataria brasileña Dilma Rousseff, que concluyó con su apartamiento del gobierno.
Y son varios los congresistas demócratas que entienden que es tiempo de someter a Donald Trump a ese proceso. Uno es Al Green, de Texas, que en una conferencia de prensa hizo el pedido sin pelos en la lengua. Otro es el sanador Dick Durbin, quien aseguró sobre su presidente: “Una vez más cruzó la línea respecto de la obstrucción de la Justicia”, de acuerdo a lo publicado por el diario The Guardian.
¿Existen razones suficientes para pedirlo?
Según la Constitución de Estados Unidos, pueden llegar a esta instancia aquellos políticos que estén acusados y condenados por “traición, soborno u otros delitos graves”. En los últimos días, pese a algunas acusaciones anteriores de conflictos de interés, Donald Trump se vio envuelto en un escándalo que podría complicar su situación: The Washington Post denunció que compartió información clasificadas por Rusia y The New York Times aseguró que le pidió al jefe del FBI que no avanzara en una investigación que lo podría complicar.
En el primero de los casos, si bien el hecho de dar información confidencial podría ser considerado en algún punto traición a la patria, es cierto que Trump, como presidente, tiene el poder para tomarse esa atribución. En el segundo de los casos, la situación sería algo más compleja y el republicano podría ser acusado de obstrucción de la Justicia. Es que James Comey, el director del FBI expulsado por el presidente, era quien lideraba la investigación que acusa a Rusia de haber intervenido en las elecciones presidenciales para beneficiar al republicano. En esa caso, si Trump tomó la decisión de apartarlo de la agencia por interés propio, su actitud podría ser señalada como un delito grave.
¿Cómo sería el proceso?
Largo. Duraría meses. Primero, el juicio debería obtener el visto bueno de la mayoría de los integrantes de la Cámara de Representantes de EE.UU., la cámara baja del Congreso. Eso significa que 238 de los 435 miembros deberían votar de forma positiva. En la actualidad, son 238 las bancas que están con Trump.
Segundo, el juicio sería llevado al Senado, donde sería presidido por John Glover Roberts Jr., el actual Presidente de la Corte Suprema.
Tercero, tras el juicio, el Senado debería decidir si el sucesor de Barack Obama merece ser condenado o absuelto. Allí también el partido oficialista tiene mayoría.
¿Podría Donald Trump ser en verdad destituido?
Para de hecho remover al presidente de la Casa Blanca, a la que llegó el 20 de enero de este año luego de una campaña repleta de escándalos y enfrentamientos, dos tercios del Senado tendrían que votar a favor de ello. Pero los republicanos siguen conservando la mayoría de los escaños, por lo que resulta poco probable que le den la espalda a su presidente. A no ser que consideren que el trabajo podría ser mejor ejecutado en manos del dos, el vicepresidente Mike Pence. No son pocos los republicanos que ven a la mano derecha de Trump como el político que mejor y con mayor respeto representa los valores del partido.
¿Hay antecedentes en Estados Unidos?
Sí. Dos iguales y uno parecido.
El primero fue el de Andrew Johnson en 1868, acusado de remover al secretario de Guerra (cargo que no existe hoy) luego de la guerra civil. El problema fue que violó la ley, porque no tenía autoridad suficiente para tomar esa decisión. Fue llevado a juicio, pero apoyado por el Senado. Conservó su puesto.
Después sucedió el escándalo de Bill Clinton, que debió someterse a un impeachment en 1998 por dos razones: obstruyó a la Justicia y cometió perjurio en contra del país al mentir deliberadamente y frente al gran jurado federal al declarar que no había tenido un romance con Monica Lewinsky.
El caso parecido fue el de Richard Nixon por el famoso Watergate. El presidente republicano iba a ser enjuiciado por el escándalo tras el robo de documentos de la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos y el posterior intento de encubrimiento. Pero no llego a tal instancia. Renunció antes. De hecho, fue el único presidente estadounidense en hacerlo.
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