Los Trump: qué rol y cuánto poder tuvieron los hijos de Donald en el primer año de gestión
La mano derecha arriba, prueba de que el juramento es fiel, y la familia entera a su lado. La imagen inmortalizó a los Trump en el día de la asunción de Donald como el 45 presidente de Estados Unidos . Está Melania , traje celeste, pelo recogido pero relajado, maquillaje a gusto, a su izquierda. Pegada a ella, Barron, el menor. También Donald Jr., Ivanka , Eric y Tiffany. Todos los hijos. Todos impecables.
De aquel 20 de enero a este, muchas cosas cambiaron. Si se tomara la misma imagen, el sitio de cada uno tal vez no sería el mismo. A continuación un repaso sobre lo que hizo la familia presidencial desde su llegada al gobierno.
Melania
Tras la asunción de su marido, la primera dama volvió a su casa. Durante los primeros cinco meses, Melania decidió quedarse en Nueva York , en su piso de la Torre Trump, para que su hijo Barron, de por entonces 10 años, terminara el colegio. Al principio, la decisión sólo despertó rumores pero con las semanas las voces se acallaron y su presencia en cada ocasión en que se esperaba tranquilizó a los críticos.
Melania, ex modelo nacida en Eslovenia, se mudó a la Casa Blanca el 11 de junio de 2017 y comenzó con un rol más activo: decoró la parte familiar de la casa de gobierno, visitó a los damnificados por el huracán Harvey (lo hizo con zapatos de taco bien alto y la prensa no se lo dejó pasar), ordenó podar uno de los arboles más históricos del jardín de Washington para seguridad de los visitantes, recibió a cada uno de los mandatarios que llegó para reunirse con Donald Trump y se enfocó en los niños al visitar varios hospitales y mostrar entusiasmo en defender sus derechos.
“Es notable cómo Melania soportó la presión. Se destacó cuando visitó a niños enfermos en Italia y cuando se impuso esa vez en que empujó a su marido suave con la mano para que recordara que estaban cantando el himno”, comentó a LA NACIÓN Kate Andersen Brower, autora de los libros “Primeras damas” y “La Residencia”. Asimismo, destacó: “En 2018 debería pasar más tiempo con los niños y abordar la crisis por al alto consumo de medicamentos y drogas”.
Ivanka
“La primera hija”. “La preferida”. “La primera dama en las sombras”. Con frases como estas la prensa de Estados Unidos calificó a Ivanka durante las primeras semanas de Trump en el Salón Oval. Ella, modelo también, había asegurado que no iba a trabajar con su padre y sin embargo: se mudó a Washington, dejó la vicepresidencia de la Organización Trump, integró el comité de transición presidencial junto a sus hermanos Donald y Eric, asumió un rol no oficial al instalarse en una de las oficinas del Ala Oeste y se sentó en cuanta reunión quiso, junto a políticos como la alemana Angela Merkel , el canadiense Justin Trudeau y el japonés Shinzo Abe.
Su injerencia en la política no fue gratuita. Tuvo varios dolores de cabeza al ser acusada por conflictos de intereses, dado que es dueña de una marca de ropa y produce en varios países con los que EE.UU. tiene relaciones. De hecho, el mismo día que su padre se reunió con su par chino, Xi Jinping , su firma cerró un acuerdo comercial con el país.
No fue esa la única alarma que se desató. El 5 de abril publicó un tuit horrorizada por el ataque con armas químicas que había sufrido el pueblo sirio y al día siguiente Trump ordenó bombardear bases del régimen de Bashar al-Assad . Los rumores de que la hija mimada se metía en cuestiones demasiado delicadas no tardaron en llegar.
Jared Kushner
El esposo de Ivanka tuvo una carrera con altibajos. Consiguió destacarse en la campaña de Trump, cuando se dio cuenta de que las redes sociales eran un nicho que no estaban explotando y comenzó con una estrategia que terminó en éxito. Si su suegro ya lo quería, consiguió que lo amara.
Asumió como asesor del presidente pese a todas las voces que se alzaron para que no sucediera (porque como yerno es familia y la familia y la política por ley no deben cruzarse) y se instaló en su despacho, cerca del de su suegro. Recibió tareas: dirigir la Oficina de Innovación para mejorar la tecnología de las dependencias gubernamentales, avanzar con el proceso de paz entre Israel y Palestina (pese a ser un judío ortodoxo cuyos padres apoyaron económicamente los asentamientos en Cisjordania) y poner la cara en las relaciones internacionales con México , China y Canadá . Jared, como Trump, viene del sector privado, no tiene experiencia ni credenciales. Y sin embargo entraba al Salón Oval sin golpear la puerta y pasaba horas con el presidente, según los medios estadounidenses.
Como diplomático no consiguió grandes logros: la relación con México está en uno de sus peores momentos y pese a que Israel celebra la decisión de Washington de anunciar el traslado de su embajada a Jerusalén, la comunidad internacional mostró su rechazo. Su andar orgulloso se vio golpeado por la trama rusa al salir a la luz que Jared se reunió en cuatro oportunidades con allegados al gobierno de Vladimir Putin durante la campaña. El esposo de Ivanka debió declarar ante la Justica y aunque negó todo y aseguró que nada, perdió ese aire de todopoderoso.
Los cambios en la Casa Blanca, las salidas de Steve Bannon, exestratega de la Casa Blanca, y Reince Priebus, exjefe de Gabinete, parecían haberlo fortalecido pero la llegada del reemplazo de este último, el general John Kelly, significó todo lo contrario.
Diez meses después de su arribo a Washington, el reinado de Javanka (forma en que Bannon habría bautizado a la pareja de Jared e Ivanka) ya no lucía como antes. El periodista Michael Wolff, que acaba de publicar “Fuego y furia”, un libro que desató el caos en el gobierno, asegura en sus páginas que Ivanka había esbozado junto a su marido un plan para convertirse en la primera mujer presidente y que Trump quería que Kushner fuese su secretario de Estado. Y sin embargo ahora la pareja favorita de Washington parece haberse quedado sin corona.
“Desde que perdieron presencia en público, los estadounidenses dejaron de pensar en Ivanka y su marido. Jared recibió varias tareas que sin dudas estaban muy por encima de sus posibilidades y ahora está metido en serios problemas y eso limitó su acceso al presidente”, aseguró en diálogo con LA NACIÓN Henry Frank Carey, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Georgia.
Donald Jr.
El primero en la línea de sucesión. El primogénito. Donald Trump, mismo nombre que su padre, misma cantidad de hijos, se quedó con la dirección del emporio empresarial, la que comparte junto a su hermano Eric. Son ellos los que toman las decisiones. Al menos eso insisten en decir.
Happy birthday to the best little brother ever... @erictrump you don’t look a day over 60 buddy. ????????????#birthday#brothers#brotherlylovepic.twitter.com/8Ps095MVBk&— Donald Trump Jr. (@DonaldJTrumpJr) 6 de enero de 2018
Don, como le dicen sus amigos, integró el comité de transición presidencial pero no hizo mucho más. Al menos si hablamos de trabajo oficial. Problemas causó. El año pasado admitió su encuentro con una abogada rusa en medio de la campaña presidencial para obtener información beneficiosa e intercambiado mensajes con WikiLeaks para conseguir data y perjudicar a Hillary Clinton, la por entonces rival de su padre.
En las redes sociales, es el soldado más fiel de su padre: lo defiende cada vez que lo atacan y hasta lo imita con mensajes acusatorios a los medios y el ya famoso hashtag trumpista #FAKENEWS.
Eric
Es el último de los tres hijos que tuvo con su primera esposa, Ivana. Y maneja las riendas del imperio que lleva su apellido junto a Don: en total, más de 500 activos valuados en 3600 millones de dólares.
Como sus dos hermanos mayores, formó parte del comité de transición presidencial pero después se alejó del gobierno. Según él mismo dice, ni él se mete en las políticas de su padre ni su padre interviene en sus negocios.
Tiffany
La segunda hija mujer de Trump no fue de las grandes protagonistas. Pese a que deslumbró a los republicanos en la convención de Ohio, donde alentó para que su padre fuera el elegido, su perfil fue bajo. No se la vio con frecuencia en los pasillos de la Casa Blanca y eso que está cerca: estudia leyes en la Universidad Georgetown, en Washington. Eso sí, es las redes sociales es toda una influencer. Allí despliega con glamour los beneficios de ser la hija de un millonario que ahora encima es presidente.
Barron
Es el pequeño de la familia. Con apenas 11 años, durante los últimos doce meses debió lidiar con la atención del mundo. Primero, porque no se mudó a la casa de papá en enero; segundo, porque en las fotos siempre aparece serio, como aburrido (algunos periodistas incluso llegaron a insinuar que padecía autismo).
Desde su llegada a Washington, en junio de 2017, estudia en el colegio St. Andrew's Episcopal de Potomac y acompaña a sus padres en eventos como el tradicional indulto al pavo en el Día de Acción de Gracias.
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