Dominic Cummings: de mano derecha de Boris Johnson a ferviente crítico
El exasesor declaró ante el Parlamento polémicas acusaciones a la gestión de la pandemia del primer ministro británico
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LONDRES.- Dominic Cummings, destacado estratega político, es reconocido por haber sido el “asesor especial” del primer ministro británico, Boris Johnson. A él se le atribuye el plan detrás de la campaña del Brexit, así como también haber sido el artífice de la aplastante victoria electoral de Johnson en las legislativas de 2019.
Pero desde su repentina destitución en noviembre, la relación dio un giro sorpresivo para pasar de colegas a enemigos, y hoy Boris se transformó en el blanco de un tsunami de acusaciones que podrían llevarlo a la ruina.
De 49 años, Cummings se mantuvo en las sombras desde que abandonó el edificio de Downing Street, algo que afirmó haber sido una decisión personal tomada tiempo atrás.
Una fuente gubernamental lo desmintió tiempo después, argumentando que dejaba el cargo por luchas internas que involucraron al exdirector de comunicación de Johnson y gran aliado suyo, Lee Cain.
Los ataques comenzaron en abril con un demoledor mensaje en su blog contra el mandatario, tildándolo de incompetente y poniendo en duda su integridad en escándalos de cabildeo e influencias empresariales.
Ayer, confirmó que Johnson dijo que prefería ver “cuerpos apilados” antes que ordenar otro encierro ante el avance del coronavirus en octubre, y calificó de “absoluto desastre” la forma en que se gestionó la pandemia.
Ocurrió ante una comisión parlamentaria, donde expuso durante siete horas su versión de los hechos, partiendo de la convicción de que es una “locura” que alguien como Johnson esté en el poder.
Aseguró que el gobierno “falló” cuando “la gente más nos necesitaba”, disculpándose por su parte de responsabilidad. “La verdad es que los ministros de alto nivel, los responsables, los asesores de alto nivel como yo, estuvimos desastrosamente por debajo de los estándares que la población tiene derecho a esperar de su Gobierno en una crisis como ésta”, dijo.
Reveló además que el virus estaba instalado en el país y se propagaba antes de que nadie lo supera, habiendo casos confirmados ya en enero de 2020, cuando los datos oficiales publicados sitúan en marzo 1300 posibles ingresos del virus al país.
La pandemia era “solo una historia de terror” en febrero del año pasado para Johnson, dijo Cummings, y estaba dispuesto a hacer todo lo posible para mostrarle a la gente que no había ningún riesgo importante, inclusive inyectarse el virus en vivo para enseñarle a la población que era “sólo la nueva gripe porcina”.
Dijo que Johnson, preocupado por el turismo, estaba en ese momento argumentando que el confinamiento era un error y lo comparó con el alcalde de la película “Tiburón”, el clásico film de Steven Spielberg, que se negaba a cerrar las playas abiertas porque sería malo para el turismo y para la comunidad.
Cummings también apuntó contra el ministro de Salud, Matt Hancock, al afirmar que estuvo “completamente equivocado” cuando sugirió que la inmunidad colectiva nunca fue parte del plan original del Gobierno y lo acusó de mentir, comentario que Hancock negó.
El primer ministro respondió esta mañana a las acusaciones, una declaración que medios británicos consideran “blanda” en comparación con el explosivo discurso de su ex asesor.
“En cada etapa nos ha gobernado la determinación de proteger vidas, salvar vidas y garantizar que nuestro NHS -Sistema de Salud Nacional- no se vea abrumado. Y hemos seguido de la mejor manera posible los datos y la orientación que hemos tenido”, confirmó a los medios durante su visita en el hospital Essec.
Lo que sorprende es que Johnson no se refirió específicamente a las palabras de Cummings, sin embargo, remarcó que “algunos comentarios no tienen nada que ver con la realidad”.
Johnson reaccionó en particular a los ataques relacionados con los adultos mayores, que Cummings destacó como muertes evitables el año pasado. “Ciertamente, hubo una serie de decisiones dificilísimas que tomar y ninguna de ellas fue tomada a la ligera”, mencionó.
“Psicópata profesional”
En sus últimos meses en funciones, ciertamente Cummings contribuyó a hundir en los sondeos una popularidad que Johnson logró recuperar con su exitosa campaña de vacunación contra el coronavirus.
Fue protagonista en más de un escándalo que despertó críticas en todo el país y recorrió el mundo.
En marzo de 2019 fue reconocido culpable de ultraje al Parlamento por negarse a comparecer ante una comisión que investigaba la difusión de noticias falsas durante la campaña del referéndum del Brexit.
Durante la pandemia, realizó un polémico viaje de 400 kilómetros desde Londres hasta su ciudad natal cuando el país se encontraba en pleno confinamiento y en uno de los peores momentos de la epidemia, y con la estricta prohibición de viajar.
Sus detractores denunciaron que se creía por encima de todo y despreciaba las reglas impuestas al común de los británicos. Ante la polémica, la oposición presionó para que lo despidan.
Fue tildado de “psicópata profesional” por el exprimer ministro David Cameron y también se lo comparó con Steve Bannon, polémico exconsejero de Donald Trump.
Agencia ANSA, AFP y AP
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