Dolor y orgullo: dos años después del desastre, inauguran el puente de Génova
ROMA.- Dolor y orgullo. Con estos sentimientos encontrados se inaugura hoy en la ciudad de Génvoa el puente San Giorgio, flamante y ultra moderno viaducto diseñado por el famoso arquitecto Renzo Piano, que se construyó en tiempo récord en lugar del puente Morandi, que se derrumbó el 14 de agosto de 2018, en una tragedia aún bajo investigación que implicó la pérdida de 43 vidas.
El puente Morandi, una obra de ingeniería realizada por el también famoso arquitecto Riccardo Morandi, inaugurada en 1967 y bautizada el "Brooklyn de Génova", colapsó a las 11.26 de aquel fatídico 14 de agosto, mientras una terrible tormenta se abatía sobre la ciudad de Génova. El desmoronamiento del puente, que era parte de una autopista que no solo une Génova, sino esta ciudad con Francia, provocó la muerte de 43 personas inocentes, muchas de las cuales en ese momento, en vísperas del Ferragosto, el feriado emblemático del verano, viajaban para ir de vacaciones de verano y cuyos coches saltaron al vacío y quedaron sepultados debajo de 35.000 metros cúbicos de escombros de asfalto podrido y cemento mojado.
También significó la evacuación de más de 500 personas que tenían sus casas debajo del viaducto y, sobre todo, una herida abierta enorme para Italia, que, una vez más, protagonizó un tragedia evitable, pero que ocurrió por falta de mantenimiento y de controles, debidos a la avidez de la empresa que tenía en gestión la autopista.
A 720 días del colapso del puente, un desastre que conmovió al país y al mundo con tremendas imágenes, su inauguración es considerada como una metáfora de Italia, responsable de sus dramas, pero capaz de reaccionar.
El puente San Giorgio, que renace hoy sobre las cenizas del Morandi — cuyos últimos pilares fueron demolidos con una explosión controlada en junio del año pasado-, en efecto, es llamado también "el puente de los récords". Tal como destacó el diario La Stampa, es una obra que normalmente se habría construido en ocho años, pero, en lo que también se considera un "miracolo", solo hicieron falta 720 días, menos de dos años.
Tiene 1067 metros de largo, 45 metros de alto, 17.000 toneladas de acero, 67 mil metros cúbicos de hormigón, 330 empresas y más de 1000 personas estuvieron involucradas en su realización, con un costo de 202 millones de euros. Hubo voluntad política para que las cosas se hicieran rápido y bien, con un comisario especial y poderes especiales.
"Cuando queremos, podemos. Es un motivo de orgullo para una Italia que demasiado a menudo hace hablar de sí misma debido a la mala sanidad, la mala política, la mala justicia. Pero debemos recordar también que si por un lado el puente San Giorgio ha matado al dragón de la burocracia, por otro lado el modelo Génova no es replicable", escribió el director de La Stampa, Massimo Giannini. "Este puente es un ejemplo de eficiencia y de modernidad, pero no puede hacernos olvidar quiénes somos", agregó, al evocar los escándalos que suele haber en Italia por licitaciones públicas ilegales.
La inauguración de hoy, ante el presidente de Italia, Sergio Mattarella, el primer ministro, Giuseppe Conte y demás autoridades, que será transmitida en directo por la RAI, quedará opacada por la ausencia de los parientes de las 43 víctimas del colapso del Morandi. Ellos siguen esperando justicia y denunciando que Aspi, la empresa concesionaria de las autopistas de Italia — en manos de la familia Benetton-, siga teniendo en sus manos la gestión la nueva infraestructura, pese a que descuidó la anterior, el Morandi, que se encontraba abandonado.
En la mira de quienes están investigando el desastre, en efecto, está el maxi-ahorro sobre la seguridad que hizo la empresa: cuando las autopistas italianas, que solían ser públicas, fueron privatizadas, el costo de la manutención extraordinaria del "puente enfermo" pasó de más de 1 millón de euros, a 24.000 euros, todo un reflejo de la desidia y avidez.
Al principio de la inauguración del nuevo puente, se entonará el himno, se leerán los nombres de las 43 víctimas del Morandi y habrá tres minutos de silencio. Pero el puente San Giorgio diseñado por Piano siempre las recordará, con 43 farolas que presiden la estructura. "Para mí hoy es un momento suspendido entre dos sentimientos profundos: el pésame por las 43 víctimas, el luto que aún debe ser elaborado, el sufrimiento que llevamos dentro y el orgullo llevado a su fin por 1184 personas que han construido el puente.
"Fue un trabajo serio, no un milagro", dijo el padre de la obra, Renzo Piano, que es también senador vitalicio y en un mes cumplirá 83 años. "Le deseo al puente una vida larga y sobre todo, feliz. Es hijo de una tragedia, tiene una herencia pesada — agregó- y el puente deberá ser amado, adoptado, entrar en la experiencia de la gente, deberá saber conquistarse el afecto de la comunidad. Es verdad que hay un robot que analiza los datos, que el puente siempre estará controlado y mantenido, pero ninguna obra puede durar mucho, por mil años, si no es amada".
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