Dolor en el recuerdo, esperanza de unidad
Los norteamericanos recordaron a las víctimas del peor atentado con la mirada puesta en el futuro
NUEVA YORK.– Fue un día de reflexión y unidad, en el que los norteamericanos lograron conectar el dolor del recuerdo con la esperanza del renacimiento. Una década después de los ataques a las Torres Gemelas, que dejaron a Nueva York en cenizas, Estados Unidos y el mundo conmemoraron ayer tales sucesos –en rigor, el peor atentado en la historia de la humanidad– y siguieron el acto central en Ground Zero, que mostró al presidente Barack Obama, demócrata, al lado de su antecesor, George W. Bush, republicano.
En el epicentro de esos ataques, una multitud silenciosa observaba en pantalla gigante una imagen que se repetiría durante toda la mañana, hasta bien pasado el mediodía: hombres, mujeres, jóvenes y chicos que apoyaban hojas de papel en los bordes de las dos fuentes construidas sobre las huellas de las Torres Gemelas, y con un trozo de carbón o un lápiz grababan el nombre de sus seres queridos.
Los familiares de las víctimas fueron los grandes protagonistas del acto en Ground Zero. Pero desde bien temprano todo el país se unió a ellos para recordar ese fatídico 11 de Septiembre, al que siguieron dos guerras inconclusas en Irak y Afganistán, el desprestigio de Guantánamo y divisiones internas, pérdida de libertades civiles, nuevas medidas de control en ciudades y aeropuertos, y una sensación de vulnerabilidad que ayer se cristalizó en un impresionante operativo de seguridad.
"Diez años han pasado desde que una mañana de cielo azul perfecto se convirtió en la más negra de las noches. Desde entonces, hemos vivido en la luz y las sombras", resumió el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, al dar inicio a la ceremonia en Ground Zero.
El acto, en el que se inauguró el monumento a las víctimas, reunió a las autoridades que debieron lidiar con los ataques –Bush; el gobernador de Nueva York, George E. Pataki; el de Nueva Jersey, Donald Di Francesco, y el alcalde de la ciudad, Rudolph Giuliani– con sus sucesores: Obama; los gobernadores Andrew Cuomo y Chris Christie, y el propio Bloomberg.
El dolor del recuerdo se vivió con sobriedad y con un optimismo alimentado no sólo por el incansable espíritu de superación que caracteriza a la sociedad norteamericana, sino también por la resurrección de Ground Zero, donde hace una década se evaporó el World Trade Center, y por la muerte del hombre que ideó esa trágica jornada: Osama ben Laden.
Anoche, al cierre del día de conmemoraciones, Obama declaró, orgulloso, que en la década transcurrida después de los ataques "Estados Unidos no ha cedido al medio". Antes de asistir al "Concierto de la Esperanza" en el Centro Kennedy, Obama afirmó: "Sabrán que nada puede quebrar la voluntad de Estados Unidos".
En medio de la investigación por la nueva amenaza "seria, creíble y sin confirmar" de Al-Qaeda, un interminable laberinto de vallas de seguridad recorría ayer todas las calles alrededor de Ground Zero, cubierto por policías, algunos con perros, otros con detectores de metales, que habían comenzado a poblar la zona en la madrugada.
Al igual que todos los años, el acto empezó apenas unos minutos antes del primer minuto de silencio, que llegó a las 8.46, la hora exacta en la cual el vuelo 11 de American Airlines, que había despegado esa mañana de Boston, se estrelló contra la Torre Norte. Luego, comenzó la larga lectura de los nombres de las 2977 personas que murieron en Nueva York, Pensilvania y Washington, y las seis que fallecieron en los atentados de 1993.
La sucesión de nombres fue interrumpida por las breves palabras de los políticos, las canciones de James Taylor y Paul Simon (con su reconocido "The sound of silence") y el chelo de Yo-Yo Ma, entre otros artistas que participaron de los actos seguidos en todo el mundo.
Los discursos se caracterizaron por la reflexión que cada año tiñe el recuerdo de los ataques. Y quizá por primera vez, con la intención de mirar hacia adelante. Obama, que junto a su mujer, Michelle, dejó luego una ofrenda floral en el lugar donde se estrelló el vuelo United 93, en Pensilvania, y otro en el Pentágono, leyó el salmo 46 de la Biblia.
Bush, que arrancó algunos aplausos, recurrió a las palabras de otro ex presidente, Abraham Lincoln, al citar una frase de una carta que le escribió a una mujer que, se cree, perdió a sus cinco hijos en la Guerra Civil. "Rezo para que nuestro padre celestial pueda calmar la angustia de su luto", citó el ex mandatario.
Giuliani, un ícono de la ciudad, que fue el más aplaudido por la multitud, leyó un pasaje del libro de Eclesiastés. El vicepresidente, Joe Biden, dijo que la esperanza debe crecer tras la tragedia.
"Sé que el décimo aniversario tiene un significado especial, pero para mí todos los días es igual. Todos los días lloro por dentro, y eso no cambia. Es lo que es, y vengo a honrar a mis hermanos y a la gente que intentaron salvar", dijo a LA NACION Peter van Middelem, un bombero del Bronx, mientras seguía el acto en una de las pantallas gigantes en Ground Zero.
Pero el contraste con lo que ocurrió hace un año, cuando la controversia desatada por la construcción del centro islámico Park 51 atrajo a miles de manifestantes y profundizó las divisiones que también caracterizan a la sociedad norteamericana, no podría haber sido mayor.
Apenas se vieron pancartas. No hubo mensajes de odio, y sí de unidad. La única nota bulliciosa del día la aportó un grupo de manifestantes en apoyo de la mezquita, y otro que difundía la teoría conspirativa sobre los atentados, que sostiene que los ataques fueron una fabricación del gobierno de Bush.
Pero cuando una trompeta marcó el final del recuerdo, al lado de las fuentes donde hace diez años estaban las torres, al lado de Ground Zero sólo se escuchó un calmo silencio.
EL GROUND ZERO, EN PLENO RENACIMIENTO
- Torre de la Libertad. Tendrá 1776 pies (541 metros) de altura, año de la independencia de EE.UU., y será el edificio más seguro del mundo.
- Performing Arts Center. Espacio dedicado a la cultura.
- Los árboles. Se terminarán de plantar 400 robles en la Plaza de la Memoria.
- Fuentes. Con cascadas, son las más grandes del mundo.
- Hub de transporte. La terminal fue diseñada por Santiago Calatrava.
- Museo. Será un recinto subterráneo donde se expondrán cientos de objetos recuperados de ese fatídico día.
- Nombres. Las fuentes llevan grabados los nombres de todas las víctimas de 2001 y 1993.
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