“Doctor Peyo”, el caballo de terapia que reconforta a los pacientes con cáncer
El animal estaba entrenado para eventos deportivos, pero su cuidador descubrió que tenía una vocación especial con los enfermos: se acercaba a ellos instintamente
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El caballo es el único animal que los pacientes pueden montar y que ofrece principios terapéuticos de relajación muscular y estimulación sensorial. Además, es muy perceptivo y es el único capaz de establecer una conexión especial con las personas: puede interpretar el lenguaje no verbal, algo que las personas que transitan enfermedades como el cáncer necesitan para superar los dolorosos tratamientos.
Para aprovechar la capacidad de conexión que generan instintivamente estos animales con los pacientes, el Hospital Calais, en Francia, decidió adoptar esta técnica que desde hace unos años brinda consuelo a los enfermos, pero optó hacerlo con uno muy particular: ‘Doctor Peyo’. El caballo que según los expertos tiene un don especial y que ha ayudado a miles de personas en sus momentos más difíciles.
Así fue como llegó el doctor Peyo a las salas de recuperación del centro médico francés. Según contó su cuidador, Hassen Bouchakour, el animal había sido entrenado para eventos ecuestres, pero tiempo después se dio cuenta de que el caballo tenía una vocación diferente a la del resto de los animales: se acercaba las multitudes y elegía algunas personas con las que le gustaba quedarse mucho tiempo.
“En 2011 Peyo era conocido por sus competencias y sus espectáculos ecuestres. No es un caballo al que le guste que lo agarren o lo abracen, tiene un carácter fuerte. Sin embargo, al finalizar determinados espectáculos y concursos, el semental elegía a determinadas personas del público, se acercaba y decidía pasar tiempo con ellas. De repente, es como si estuviera cambiando de personalidad: Peyo se volvía amable y protector”, cuenta Bouchakour en el portal de la organización donde trabajan.
Con el tiempo, su cuidador entendió que el caballo siempre elegía a personas que estaban moral, física y psicológicamente debilitadas. Así, decidió acercarse a especialistas: clínicas veterinarias, pero también neurólogos, psicólogos, psiquiatras y diversos médicos para tratar de comprender la actitud del caballo. Ellos le hicieron entender que el caballo tenía el don especial de identificar instintivamente las personas que necesitan un poco de amor en los últimos minutos de su vida o si pasaban por un momento difícil.
Fue así que Bouchakour optó por trabajar con la organización terapéutica Les Sabots du Coeur (los zuecos del corazón) y desde 2016 son voluntarios en el hospital Calais, donde visitan todos los días a los pacientes que transitan enfermedades como el cáncer. Según reveló My Modern Met, el caballo elige a qué pacientes visitar en sus habitaciones: se para frente a la puerta del cuarto del hospital y levanta una pata para hacerse entender con su cuidador.
Es sabido que los hospitales son espacios sumamente estériles, por lo que antes de que el caballo ingrese, Bouchakour tiene que desinfectarlo con toallitas para no llevar gérmenes. Además, en caso de que necesite ir al baño, fue entrenado para mover la cola de un lado a otro y el cuidador sabe que lo tiene que sacar.
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