Histórico veredicto en EE.UU.: declaran culpable al expolicía Derek Chauvin del asesinato a George Floyd
La decisión del jurado integrado por 12 personas fue leída en un tribunal de Minnesota y transmitida en vivo; Chauvin puede enfrentar una sentencia de hasta 75 años
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WASHINGTON.- El histórico veredicto se decidió en diez horas, y fue leído en el tribunal en vivo para todo el mundo. Derek Chauvin, el policía que se arrodilló durante más de nueve minutos sobre el cuello de George Floyd mientras estaba acostado, esposado y repetía, una y otra vez, “no puedo respirar”, fue declarado culpable de haberlo asesinado, un homicidio que horrorizó a Estados Unidos y desató una furiosa ola global de protestas contra el racismo.
El juez Peter Cahill leyó el veredicto del jurado, que halló culpable a Chauvin de tres cargos en su contra por el asesinato de Floyd el año pasado.
Durante dos días, las 12 personas que integraron ese jurado tuvieron en vilo al mundo. Sus nombres se mantuvieron en secreto. Por orden del juez, solo se los identificó con un número. “Jurado Nº 9”, “Jurado Nº 19” o “Jurado Nº52”. Siete jurados son mujeres, cinco son hombres. Seis son blancos, y otros seis son negros o multirraciales. Entre ellos había un químico, un inmigrante que vive desde hace 14 años en Estados Unidos, una madre soltera o una psicóloga retirada que ya tiene nietos, y creció cerca del lugar donde George Floyd, de 46 años, fue asesinado.
El momento en el que el juez Peter Cahill lee el veredicto del jurado por el asesinato de George Floyd.
— Rafael Mathus Ruiz (@rmathus) April 20, 2021
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Encerradas en un hotel de Minneapolis, las 12 personas decidieron declarar culpable a Derek Chauvin, el policía que se arrodilló sobre el cuello de Floyd, el 25 de mayo pasado, durante su arresto en Minneapolis. Floyd murió asfixiado. El homicidio, capturado por un teléfono celular, recorrió el mundo. Sus últimas palabras –”No puedo respirar”, repitió más de 20 veces– se convirtieron en un grito de protesta contra el racismo. El juicio a Chauvin, el principal acusado de los cuatro policías que participaron del arresto a Floyd, fue transmitido en vivo por televisión –el primer juicio televisado en la historia de Minnesota– y seguido minuto a minuto por los diarios.
“Hoy podemos respirar de nuevo”, dijo el hermano de Floyd, Philones Floyd, en una conferencia de prensa.
Para millones de personas, el veredicto ofreció alivio y justicia, y marcó un histórico quiebre en el largo prontuario de brutalidad policial que han sufridos los afroamericanos en Estados Unidos, uno de los síntomas más punzantes del racismo heredado de la época de la esclavitud. Pese a las abrumadores evidencias en contra de Chauvin, muchos temían que el expolicía fuera absuelto, y el crimen quedara impune. La enorme tensión y expectativa había llegado hasta el Salón Oval de la Casa Blanca.
“Estoy rezando para que el veredicto sea el veredicto correcto. La evidencia es abrumadora en mi opinión”, había dicho el presidente, Joe Biden, antes de que se conociera la decisión.
Biden había llamado a la familia de George Floyd para volver a expresarles su apoyo, y los llamó luego de que se conoció la voluntad de los jurados. Miró todo por televisión, como el resto, desde la Casa Blanca, junto a la vicepresidenta, Kamala Harris. “Nada va a mejorar todo, pero al menos ahora hay algo de justicia”, les dijo. “Estoy ansioso por verlos, vamos a hacer mucho”, siguió.
El asesinato de Floyd conmocionó a un país donde millones sufren día a día el racismo, y desató una ola de furia, impotencia y frustración que recorrió decenas de ciudades y se derramó al resto del mundo. La muerte de Floyd cambió el curso de la campaña presidencial que terminó en la victoria de Biden, quien respaldó y se sumó al reclamo para poner fin al racismo sistémico, sobre Donald Trump, quien le dio la espalda y minimizó las desigualdades raciales. La última vez que Estados Unidos había vivido tanta agitación social fue en los 60.
Luego del veredicto, Biden y Harris llamaron a honrar su legado enfrentando el racismo sistémico.
“Nadie debería estar por encima de la ley. El veredicto envía ese mensaje, pero no es suficiente. No podemos detenernos acá”, dijo Biden. “Para lograr un cambio y una reforma reales, podemos y debemos hacer más para reducir la probabilidad de que ocurran tragedias como esta”, abogó.
El video de Chauvin arrodillado durante nueve minutos y 29 segundos sobre el cuello de Floyd, esposado y acostado boca abajo, con su cara apretada contra el pavimento de la calle al lado de un patrullero volvió a recorrer los televisores del planeta al final del juicio, durante los alegatos finales. Luego de evaluar las evidencias, incluidos los videos del asesinato, el testimonio de testigos, expertos y funcionarios de la Policía de Minneapolis, los jurados debían decidir si Chauvin era culpable o inocente de tres cargos de asesinato, dos por homicidio involuntario, y un tercero por homicidio provocado al perpetrar un acto “sin consideración por la vida humana”. Chauvin, quien fue expulsado de la policía, fue declarado culpable en los tres, y puede enfrentar una sentencia de hasta 75 años de prisión.
La deliberación del jurado fue breve. Duró en total unas 10 horas. El jurado pasó el lunes por la noche y el martes por la mañana encerrados en un hotel. Poco después del mediodía, se anunció que habían llegado a una decisión. La pregunta central que debieron responder es si Floyd murió porque Chauvin lo asfixió con su rodilla, como argumentó la fiscalía, o, debido al uso de drogas –el análisis forense detectó uso de fentanilo y metanfetamina– y a las condiciones cardíacas que sufría Floyd, tal como intentó probar la defensa de Chauvin.
Uno de los expertos que testificaron para la fiscalía, el doctor Martin Tobin, un pulmunólogo, dijo en el juicio que una persona saludable también hubiera muerto si hubiera sido sometida de la misma manera que Floyd. Uno de los expertos de la defensa, el doctor David Fowler, quien trabajó para el estado de Maryland, dijo que la muerte de Floyd debió ser catalogada como “indeterminada” y que murió debido a una arritmia provocada por sus condiciones cardíacas.
Uno de los testimonios más impactantes de todo el juicio y mas comprometedores para Chauvin provino de su antiguo jefe, el jefe de la policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, cuya cara se hizo conocida en todo el país durante la última primavera luego de la muerte de Floyd.
“Una vez que Floyd dejó de resistirse, y ciertamente cuando ya estaba angustiado y tratando de verbalizar eso, eso debería haber parado”, testificó Arradondo.
“Hay una razonabilidad inicial en tratar de controlarlo en los primeros segundos. Pero una vez que ya no hubo resistencia y claramente cuando Floyd ya no respondía y encima estaba inmóvil, continuar aplicando ese nivel de fuerza a una persona extendida, esposada a la espalda, que bajo ningún aspecto, manera o forma es algo que sea política. No es parte de nuestro entrenamiento. Y ciertamente no es parte de nuestra ética o nuestros valores”, afirmó.
Las ciudades del país se prepararon para nuevas protestas durante las deliberaciones del jurado. Con el recuerdo de las protestas del último verano, que tuvieron episodios de saqueos, vandalismo, y violencia, algunos estados pusieron a las tropas de la Guardia Nacional en espera ante la inminente decisión de las 12 personas que tuvieron expectantes al mundo. Apenas se conoció el veredicto, cientos de personas reunidas en Minneapolis estallaron en gritos, aplausos. Varios levantaron un puño al aire, y un grito brotó de la multitud: “¡Justicia!”.
Frente a la Casa Blanca, Urlene, una afroamericana de 60 años de Virginia, caminaba entre fotógrafos y periodistas. Vestía una remera con la frase: “No puedo respirar”. Manejó hasta la plaza Black Lives Matter, y escuchó el veredicto por la radio en su auto. “Se hizo justicia”, dijo. “Esto va a cambiar las cosas. La policía siempre parece tener la mano ganadora. El homicidio es homicidio sin importar quién lo comete. Espero que la policía empiece a actuar diferente. Todas las vidas importan. Estoy aliviada”, cerró.
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