Dinamarca vive el pleno empleo como una traba para el crecimiento
Las empresas tienen problemas para cubrir vacantes y tienen que frenar planes de expansión; el aumento de sueldos amenaza con una espiral inflacionaria
COPENHAGUE.- Cuando Peter Enevoldsen consiguió una lucrativa orden de compra de las partes de tractor de precisión que su empresa, Sjorring Maskinfabrik, fabrica en el norte de Dinamarca, sus ojos se iluminaron: era un contrato por más de medio millón de euros, una bendición para sus ganancias.
Había un solo problemita: no tenía suficientes empleados para cumplir con el pedido.
La entrega se demoró primero un mes, después dos, luego tres, mientras buscaba soldadores calificados para trabajar en su fábrica en expansión. Pero en una economía en rápida recuperación como la de Dinamarca no era fácil encontrarlos. Mientras Europa se recupera de sus penurias económicas, Dinamarca es uno de los pocos países que pueden jactarse de estar a punto de alcanzar la edad dorada del pleno empleo, lo que implica que casi todos los que pueden y quieren trabajar tienen empleo. Pero más que motivo de festejo es un verdadero obstáculo para la recuperación del país.
Más de un tercio de las empresas de este país industrial y técnicamente avanzado ya no logran cubrir los puestos de trabajadores calificados. Abundan las vacantes para especialistas informáticos, ingenieros y mecánicos, así como para electricistas y carpinteros. Para lograr seducirlos, los salarios en esas áreas están trepando, y las firmas afectadas se ven obligadas a reducir la producción, rechazar pedidos y postergar sus planes de expansión.
"Necesitamos más trabajadores calificados, pero no conseguimos", dice Enevoldsen, que recientemente se sumó a otras empresas en una campaña de avisos para atraer nuevos talentos. "Si la escasez de mano de obra se prolongara, podría afectar gravemente nuestro crecimiento y el crecimiento del país en general."
La recuperación de Europa se está acelerando sobre todo en el Norte, donde Gran Bretaña, Alemania y los vecinos escandinavos de Dinamarca también se van acercando al pleno empleo. El índice de desempleo también ha caído en Estados Unidos, y algunos economistas se muestran optimistas y creen que ese país también se encamina hacia la plena ocupación.
Pero la experiencia de Dinamarca demuestra lo que pasa cuando hay demasiado de algo bueno.
Este país de menos de seis millones de habitantes produce una diversa gama de productos, desde medicamentos hasta maquinaria industrial. Para impulsar el sector tecnológico, el gobierno recientemente nombró a un "embajador tecnológico" para ocuparse de las relaciones con Google y otros gigantes digitales.
Tras una cruda recesión, el desempleo danés se ubica actualmente en el 4,3 por ciento, que es lo más bajo que puede caer antes de empezar a generar inflación. Durante el boom económico de hace una década, el desempleo cayó a un mínimo de 2,4 por ciento y disparó una insostenible espiral de aumentos salariales y de precios que el gobierno ahora intenta desesperadamente evitar.
El crecimiento es todavía relativamente modesto: a pesar del frenesí empleador, el año pasado la economía danesa se expandió un 1,2 por ciento interanual. Pero en muchos sectores la demanda de trabajadores ha crecido a tal velocidad que muchos economistas advierten que el crecimiento podría chocar contra una pared.
"Es difícil que podamos crecer más, porque no tenemos la mano de obra necesaria para hacerlo", dice Steve Nielsen, director de política de mercado laboral de la Confederación Danesa de la Industria, la mayor cámara empresaria del país. "Si no podemos estimular la oferta de mano de obra, tendremos que conformarnos con menores tasas de crecimiento."
El gobierno ha colaborado para mitigar esa tensión al atar la edad jubilatoria con la expectativa de vida y alentar la contratación de nativos de otras naciones de la Unión Europea, que no necesitan visa laboral para trabajar en Dinamarca.
Para cubrir sus vacantes, algunos empleadores han recurrido a los refugiados, pero son pocos los recién llegados que están listos para realizar tareas de complejidad, y recientemente el gobierno endureció su política inmigratoria.
El Banco Central de Dinamarca está alerta para asegurarse de que la escasez de mano de obra no produzca efectos colaterales adversos, como una caída de la productividad si los empleados empiezan a cambiar más seguido de trabajo, o un alza salarial que genere una espiral inflacionaria. En Dinamarca, los salarios son fijados mayormente a través de paritarias, pero las industrias y empresas tecnológicas vienen subiendo los sueldos.
Además, no todos los que podrían trabajar lo hacen: hay unos 92.000 daneses que cobran seguro de desempleo, y las empresas dicen que muchos de ellos podrían estar trabajando.
Traducción de Jaime Arrambide
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