Dinamarca puede poner en crisis a toda Europa
Un rechazo podría separarla de la UE y sería imitada por Suecia y Finlandia.
COPENHAGUE.- La situación se asemeja al enfrentamiento entre David y Goliat. Y la prensa mundial se ha congregado aquí para ser testigo del momento en el que David decidirá si arroja o no su pesada piedra.
Porque la respuesta a la pregunta ¿puede un país de apenas 5,2 millones de habitantes determinar el futuro de un continente de 372 millones? es categóricamente afirmativa.Y los daneses están listos a probarlo asistiendo hoy a las urnas para votar por Ja (Sí) o Nej (No) al Tratado de Amsterdam, que reforma las instituciones europeas para preparar el ingreso de nuevos miembros.
Este acuerdo, firmado en junio del año pasado, requiere la ratificación de todos los Estados miembros. Basta que uno lo rechace para que todo lo acordado desde entonces, desde la incorporación de cinco países de Europa del Este pasando por la puesta en marcha de la Europol (policía europea), quede en la nada. Por más que Dinamarca no forma parte de los países que adoptarán el euro, la anulación del tratado perjudicará también a la Eurozona, por cuanto en él figuran protocolos que rigen en forma indirecta el funcionamiento del Banco Central Europeo.
Las encuestas ponen en la delantera al Sí con un 45 por ciento, pero en los últimos diez días el No ha avanzado de 35 al 39 por ciento y un 20 por ciento de la población permanece indecisa. "Este es un problema, porque basta con que la mitad de los que hoy dudan vaya a las urnas para tirar todas las predicciones por la borda -estima Hans Jorgen Nielsen, analista político de la Universidad de Copenhague-. Esta contienda puede terminar con una gran sorpresa".
Los daneses tienen experiencia en el terreno. En 1992 dejaron a Europa en estado de shock tras darle un rotundo No al ambicioso Tratado de Maastricht.
Esto impuso una renegociación (que permitió a Dinamarca exceptuarse de los procesos de integración monetaria y de defensa) y un segundo llamado a referendum que terminó, por sólo 7 puntos, con el resultado positivo esperado.
Pero en esta ocasión, si gana otra vez el No, no habrá segunda vuelta. De haber otro referendum es posible que sea para decidir si este país se separa definitivamente de la Unión Europea. Y de ocurrir esto, no sería raro que Suecia y Finlandia - dos naciones donde la desilusión con la burocrática UE crece a diario- hagan lo mismo, desatando así una verdadera "estampida".
Nuevos muros de Berlín
El tratado cuenta con el apoyo de 9 de los 14 partidos políticos daneses y la totalidad de la prensa local, con la excepción del tabloide con mayor tirada del país, el Ekstra Bladet.
Pero este importante rechazo, sumado a la información de que la mayoría de los jóvenes y de las mujeres que hasta hace unos días figuraban en la lista de indecisos se han sumado a la del No, preocupa seriamente al gobierno.
"La experiencia nos ha enseñado que en nuestro país ningún match termina antes de que suene el silbato -señaló el primer ministro socialdemócrata Paul Nyrup Rasmussen a La Nación -. Estas 24 horas son clave. Si no logramos convencer a la gente de que vote por el Sí puede que nos encontremos con un desastre".
¿Qué es lo que alimenta el recurrente escepticismo en Dinamarca? Un par de carteles colocados por el minoritario Partido del Pueblo Danés con la leyenda "Dígale Sí al ingreso de 40 millones de polacos" llevó a varios diarios extranjeros a afirmar que es simple xenofobia.
Pero es todo lo opuesto. Si hay algo que los daneses no aprueban del Tratado de Amsterdam es que, en lugar de permitir la adhesión de todos los países candidatos de Europa del Este (un total de 10), se haya seleccionado a sólo cinco.
"Esto va a obligar a un país como la República Checa a construir fronteras que la separen de Eslovaquia, con la cual hasta hace poco formaba un solo país y con la cual sigue manteniendo una relación especial -señaló Lars Kaaber, del Movimiento de Junio, una coalición de miembros de la izquierda y de la derecha opuestos al tratado-. Esto va a crear nuevos "muros de Berlín" con familias divididas por fronteras hasta ahora inexistentes, algo que está en contra del espíritu de una Europa abierta", subrayó.
Miedo a perder democracia
La falta de transparencia en las instituciones europeas y la sumatoria de poderes de la Comisión y el Parlamento Europeo también preocupan a los daneses.
"Hace 550 años que en mi país rige la democracia. Aquí cualquiera puede llamar por teléfono al primer ministro a su casa y pedirle que explique una cuestión de Estado. Trate de hacer lo mismo en Bruselas -propuso Kaaber- y va a entender por qué es que los daneses nos oponemos tanto".
Con las heridas de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial aún abiertas, la posibilidad de que la policía germana pueda operar hasta 25 kilómetros adentro de la frontera danesa (merced al acuerdo de Schengen, legitimizado por el Tratado de Amsterdam) es para muchos inaceptable.
Sólo otros dos países han puesto el Tratado de Amsterdam a referendum: Irlanda (donde fue aprobado por un 60% en una jornada donde la población dio un 94% de apoyo al acuerdo de paz de Irlanda del Norte) y Portugal, que convocará a las urnas a fin de año.