Diálogo y menos polarización, la promesa del nuevo gabinete
Onyx Lorenzoni, el hombre fuerte del gobierno, dejó en claro que buscarán consensos políticos; Sergio Moro, otra figura clave, dijo que ampliará la cruzada anticorrupción
RÍO DE JANEIRO.- Los ministros de Jair Bolsonaro tomaron ayer el comando de sus respectivas carteras con promesas de abrir un proceso de diálogo con otras fuerzas políticas, acabar con la impunidad de corruptos y reconstruir los servicios de inteligencia para luchar contra el crimen organizado.
Luego de los mensajes contradictorios expresados la víspera por el flamante presidente en las dos ceremonias de su asunción al poder -conciliador ante el Congreso, combativo al arengar a sus simpatizantes frente al Palacio del Planalto-, el nuevo jefe de Gabinete, Onyx Lorenzoni, que estará a cargo de la articulación política de esta gestión, afirmó que la búsqueda de consensos primará en la relación con los otros partidos y hasta propuso un pacto político "por amor a Brasil".
"El diálogo será la marca de este gobierno. Vamos a sorprender con la capacidad de dialogar, dialogar y dialogar, porque el Parlamento necesita eso, el presidente lo sabe y tenemos un gran desafío: arreglar Brasil", subrayó Lorenzoni en una ceremonia en el Planalto a la que acudió el propio Bolsonaro.
Según Lorenzoni, las divisiones que produjo la elección presidencial, en especial la polarización entre el derechista Partido Social Liberal (PSL), de Bolsonaro, y el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), deben ser superadas.
"Tiene que surgir un entendimiento. Todos los países del mundo tuvieron la madurez y la humildad para proponer un pacto por el país. Lo hablé con el presidente esta mañana, cabe a nosotros hacer el primer gesto, por amor a Brasil", sostuvo quien estuvo a cargo de la transición entre el gobierno de Michel Temer y el equipo entrante. "Las disputas políticas e ideológicas pueden y deben ser trabadas, pero nosotros no recibimos un cheque en blanco al vencer en las elecciones", advirtió en una rara postura pacificadora.
Otra de las figuras claves del nuevo gobierno, el exjuez Sergio Moro, ahora "superministro" de Justicia y Seguridad Pública, aprovechó su acto de transferencia de la cartera para asegurar que ampliará la cruzada anticorrupción que comenzó con la operación Lava Jato e intensificará la lucha contra el crimen organizado.
"No se combate la corrupción solamente con investigaciones y condenas eficaces", señaló en referencia a su etapa como magistrado. "Se necesitan políticas más generales contra la corrupción, como leyes que hagan más eficaz el sistema judicial y leyes que diminuyan los incentivos y oportunidades de la corrupción", explicó.
En este sentido, anunció que el próximo mes, cuando comience a sesionar la nueva Legislatura, enviará un proyecto de ley al Congreso que tendrá como objeto los grandes crímenes de corrupción. Indicó que la corrupción termina afectando a los ciudadanos más pobres porque retira dinero público que podría ser utilizado para mejorar la calidad de vida de la población.
Asimismo, prometió reforzar el combate contra el crimen organizado, sobre todo las grandes bandas narcotraficantes, que se han vuelto una amenaza en todo el territorio nacional, con ramificaciones cada vez mayores en países vecinos.
"Los grupos criminales, que muchas veces dominan nuestras prisiones, son cada vez más poderosos. Es necesario enfrentarlos con leyes más eficaces, con servicios de inteligencia y operaciones coordinadas entre las diversas agencias policiales, federales y de los estados", dijo, para luego citar como ejemplos exitosos los casos de Estados Unidos e Italia.
En la misma dirección apuntó el nuevo ministro de Seguridad Institucional, el general de reserva Augusto Heleno, que habló de la urgencia en reconstruir el sistema de inteligencia del gobierno, y lanzó críticas contra la destituida expresidenta Dilma Rousseff al acusarla de haber desmantelado estos servicios esenciales para enfrentar al crimen organizado.
"El sistema de inteligencia fue derretido por la señora Rousseff, que no creía en la inteligencia", opinó Heleno, uno de los hombres de más confianza de Bolsonaro y quien estuvo detrás de la organización del gigantesco operativo de seguridad montado para la asunción del mandatario.
"Tengo un trabajo duro por delante, todos sabemos eso. Pero tenemos la suerte de estar integrados a un equipo excepcional, que manifestó unión en torno a un trabajo muy serio, que será penoso, pero que tengo la certeza de que nos conducirá a un nuevo destino", declaró el militar, que tiene mucha influencia todavía en las Fuerzas Armadas.
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