¿Dexit? Impulsada por su crecimiento, la ultraderecha en Alemania amenaza con una salida de la UE
El partido AfD, que en 2025 por primera vez presentará un candidato para la cancillería, tiene entre sus planes un referéndum sobre un divorcio con el bloque, aunque la iniciativa no tiene popularidad
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PARIS.- ¿Acaso Alemania podría optar por un “Dexit”, a semejanza del Brexit? Esos son los proyectos del partido alemán de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). En pleno ascenso en los sondeos, sus dirigentes pretender organizar un referéndum sobre la salida del país de la Unión Europea (UE) si llegaran al poder.
“Si una reforma no es posible, si no conseguimos reconstruir la soberanía de los Estados miembro de la UE, deberíamos dejar que decida el pueblo, como lo hizo el Reino Unido”, dijo su codirigente, Alice Weidel, al diario Financial Times. “Podríamos organizar un referéndum sobre el Dexit, una salida de la UE”, agregó, saludando como “un modelo para Alemania” la salida del Reino Unido del bloque tras el referendo de 2016.
Alentada por los sondeos récord que lo ubican desde hace varios meses en segunda posición en el plano nacional (alrededor del 22%), delante de la socialdemocracia del canciller Olaf Scholz y justo detrás de los conservadores, la extrema derecha alemana ya se ve en la cúspide del Estado.
Las próximas elecciones legislativas se realizarán en 2025 y la AfD presentará por primera vez un candidato a la cancillería. Pero, si ganara las elecciones, tendría serias dificultades para formar gobierno, pues los principales partidos han excluido aliarse o gobernar con esa formación anti-UE y anti-inmigración. Y en un contexto de fragmentación cada vez más profunda, la formación de coaliciones a nivel regional y nacional es inevitable. Justamente, tres importantes comicios se realizarán en septiembre en el este del país y la AfD aparece en primer lugar en las encuestas de opinión con más de 30%.
Los demás partidos, así como la prensa alemana, también han calificado unánimemente la idea del Dexit de “suicida”. El diario Handelsblatt comparó a Weidel a una “conductora a contramano” y resumió la opinión de cantidad de economistas: “En un país que vende más del 50% de sus bienes en la UE, nuestro modelo de exportación se derrumbaría en tiempo récord”, anotó.
En X, la diputada europea Katharina Barley recordó cuánto cuesta a Gran Bretaña la salida de la UE: 160.000 millones de euros anuales. Profesor en el King College de Londres, Peter Neumann, observó a su vez que “no solo la mayoría de los británicos considera que el Brexit fue un error, sino que también son mayoría aquellos que quieren regresar al bloque”.
Para Neumann, investigador alemán especializado en la radicalización de los partidos políticos, “es un error de su parte, pero Alice Weidel simplemente dice lo que piensa”. Una opinión compartida por el editorialista de la revista Focus: “Los planes de Dexit son producto de una locura económica y política. Pero no es sorprendente que Weidel sueñe con ello. La AfD se construyó como partido anti-UE. Fue la aversión común por el euro que ligó a sus primeros miembros en 2013″, anotó.
En efecto, la salida del bloque figuraba en el programa del partido para las elecciones generales de 2021. En el seno de la formación, el Dexit fue intensamente discutido durante el congreso de Magdeburgo el verano pasado, tras el cual se decidió no hacer la campaña por las elecciones europeas de junio próximo sobre ese tema, juzgado demasiado impopular.
En un sondeo de la Fundación Konrad Adenauer, este otoño boreal, 87% de los alemanes se declararon favorables al mantenimiento de Alemania en la UE. Una posición igualmente mayoritaria (52%) entre los partidarios de la AfD.
“Incluso en lo más profundo del Land, los más descontentos que adoptan posiciones populistas quieren una Europa menos burocrática, mas ‘blanca’. Pero nadie pretende seriamente renunciar a las subvenciones europeas”, analiza Kai Hafez, politóloga en la universidad Erfurt de Turingia, feudo de la AfD y de su líder Bjorn Hocke.
Al margen del congreso, el mismo Hocke había declarado que deseaba la “destrucción de Europa para que nazca la verdadera Europa”. Oficialmente, Tino Chrupalla y Alice Weidel dirigen la formación, aunque Hocke sea el verdadero jefe. En la tribuna, Maximilian Krah había provocado escalofríos en la asistencia al desear que “Alemania juegue lo antes posible el papel de potencia dominante que le corresponde”. Será precisamente Krah quien conduzca la lista AfD en las elecciones europeas.
“Remigración”
En todo caso, las multitudinarias manifestaciones alemanas actuales contra la formación de extrema derecha permiten dudar de su capacidad de convocatoria electoral. El electroshock se produjo este mes, tras la revelación de un complot integrado por miembros de grupúsculos neonazis -con la presencia de varios dirigentes de la AdF, como Krah- que pretendían organizar un vasto proyecto de “remigración”. Unas manifestaciones que, desde el 10 de enero, aumentan semana a semana después que el consorcio de periodistas, Correctiv sobre la AdF, dejó al descubierto esos planes.
Los participantes a esas reuniones, que se realizaban en la ciudad de Potsdam, en la ex Alemania del este, estudiaban la posibilidad de —una vez la AdF llegada al poder— expulsar a gran parte de los inmigrantes residentes en Alemania. El plan fue bautizado “remigración”.
“Lo que escandalizó fue que el proyecto concernía en particular a los ‘extranjeros calificados’ de los ‘no asimilados’”, explica Claire Burchett, profesora en el King College de Londres, especialista de movimientos de extrema derecha en Europa.
Ese concepto de “no asimilados” es suficientemente vago como para permitirle a la extrema derecha incluir a personas de origen extranjero pero que tienen pasaporte alemán.
“En el sentido amplio del término, ese proyecto de ‘remigración’ hizo surgir el espectro del proyecto nazi de expulsión de todos los judíos hacia Madagascar (el Madagaskarplan de 1940)”, señala Burchett.
Escandalizados, la reacción de los alemanes no se hizo esperar. En total, más de un millón de personas salió a la calle en todo el país bajo la consigna “¡No dejemos que la historia se repita!” o “La AfD es una pesadilla para Alemania”, durante el fin de semana del 21 de enero.
“Obviamente los alemanes ya sabían que la AfD es un partido de extrema derecha, pero la investigación de Correctiv ilustró en forma muy concreta los lazos que mantiene con los movimientos más extremistas, incluso neonazis”, señala Julian Horner, politólogo en la universidad de Birmingham, autor de un libro sobre el crecimiento de la AfD.
A su juicio, todos los alemanes tienen ahora razones muy concretas para manifestar contra Alternativa para Alemania, y no solo las organizaciones anti-fascistas y los movimientos de izquierda.
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