Después de varios años de contratiempos, el Ejército de EE.UU. recupera la autoestima en la guerra de Ucrania
En medio del estancamiento ruso, altos funcionarios de Defensa se jactan de que Estados Unidos puede dar una respuesta “integrada” para frenar a cualquier agresor
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WASHINGTON.- Empantanado en Afganistán durante más de una década, el Pentágono fue siguiendo desde lejos y con creciente sensación de alarma el ascenso de China como potencia global y el ambicioso programa de modernización militar de Rusia. Tanto en Pekín como en Moscú, pero también en algunos círculos de Washington, el consenso era que el predominio global de Estados Unidos estaba llegando aceleradamente a su fin.
Pero a un mes de la invasión rusa a Ucrania, los altos mandos del Pentágono desbordan de una renovada confianza en el poderío norteamericano, entusiasmados por la sorprendente eficacia de las fuerzas ucranianas apoyadas por Estados Unidos, por las enormes pérdidas de Rusia en el campo de batalla, y por el mensaje aleccionador y de advertencia que esta guerra le envía a China.
“La opción es más o menos esta: ¿de qué lado querrías estar?”, dice un alto oficial del Pentágono en referencia al estatus de Estados Unidos en el mundo. “Honestamente, ¿de qué lado?”
Es un sorprendente cambio de tono para unas fuerzas armadas que hace apenas unos meses, en agosto, dieron por terminada la guerra de Afganistán con una retirada caótica y los talibanes de nuevo en el poder. Y aunque los militares no han sido grandes protagonistas de la respuesta de Estados Unidos a la invasión de Rusia a Ucrania, la cúpula del Pentágono rápidamente salió a presentar la guerra en curso como una prueba de la fortaleza económica, diplomática y militar norteamericanas.
El alto oficial del Pentágono que accedió a hablar sobre estrategia interna bajo condición de anonimato, dice que las últimas semanas demostraron que Estados Unidos “tiene la capacidad de alinear su primacía en el sistema financiero global y a su red de aliados para aplastar a cualquier agresor”.
El éxito de las fuerzas ucranianas entrenadas y abastecidas por Estados Unidos y la OTAN también sirve para levantar la confianza del Pentágono tras el vergonzante colapso de los militares entrenados por Estados Unidos en Irak y Afganistán en el último decenio. La voluntad de lucha de los militares ucranianos y su capacidad de causarle fuertes pérdidas a las fuerzas de Rusia, más numerosas y técnicamente más avanzadas, ha sorprendido a más de uno en el Pentágono.
“Si Ucrania ha podido frenarles el carro a los rusos, se debe en gran medida a lo que venimos haciendo para ayudarlos desde 2014″, dice el alto funcionario de Defensa, y agrega que Estados Unidos “tal vez” haya subestimado a las tropas ucranianas debido a la experiencia fallida con las fuerzas de Afganistán.
Menos optimismo
No todos comparten semejante optimismo, y muchos señalan que la invasión empezó hace apenas un mes y que los rusos ya están haciendo uso de su abrumadora ventaja de poder de fuego para arrasar ciudades ucranianas y asegurarse una victoria brutal y sangrienta. Agregan que hasta un triunfo parcial le permitiría al presidente ruso, Vladimir Putin, jactarse de haber enfrentado al mundo y a la avalancha de armas de Occidente.
Estados Unidos también ha dependido en gran medida de la buena predisposición de sus aliados europeos, que recogieron el guante y aplicaron paralizantes sanciones a la economía rusa, con considerables costos para ellos mismos. De hecho, hay que ver si la unidad actual perdura si la guerra se prolonga durante meses.
“Tenemos que demostrar nuestro poder colectivo todos los días, y eso solo es posible manteniéndonos unidos”, dice Ivo Daalder, presidente del Consejo de Asuntos Globales de Chicago y exembajador de Estados Unidos ante la OTAN. “Pero no es algo que Estados Unidos haya hecho históricamente bien.”
Algunos republicanos dicen que Putin se atrevió a invadir Ucrania porque sintió que Estados Unidos y sus aliados eran militarmente débiles o que no estaban dispuestos a luchar. Michael McCaul, legislador por Texas y el principal republicano en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, comparó este mes a Biden con Neville Chamberlain, el exprimer ministro británico que trató de aplacar a Hitler antes de la Segunda Guerra Mundial.
“La debilidad invita a la agresión. Es un axioma histórico. Y es verdad”, dijo McCaul en conferencia de prensa desde el Capitolio.
Los funcionarios del Pentágono sostienen que era poco lo que podían hacer para disuadir a Putin, que en Ucrania esperaba una victoria rápida y fácil, y defienden su estrategia más amplia de “disuasión integrada” —que aprovecha el poder económico, diplomático y militar para desalentar a los agresores potenciales—, que hasta ahora habría evitado que Putin lleve su guerra al territorio de la OTAN. La administración Biden ha hecho de la disuasión integrada la piedra angular de su Estrategia de Defensa Nacional, que será publicada próximamente y cuya difusión se demoró a causa de la creciente amenaza de invasión.
“No hay duda de que el modelo de disuasión integrada sale muy bien parado de esta prueba”, dice el alto funcionario del Pentágono.
Prueba del fracaso
Para otros, por el contrario, la invasión de Putin a Ucrania es precisamente la prueba del fracaso de esa idea. Mike Gallagher, representante republicano por Wisconsin, dijo en una entrevista que está “total y absolutamente” en desacuerdo con usar a Ucrania como un ejemplo de éxito de la estrategia de disuasión integrada. “No entiendo cómo pueden sostener ese argumento; se les debería caer la cara”, disparó Gallagher. “La estrategia de disuasión era justamente para disuadir a Putin, y no ocurrió.”
La mayor crítica de los republicanos hacia Biden y el Pentágono es que han descartado demasiado rápido las opciones militares directas y confían demasiado en sus esfuerzos para armar a los ucranianos.
Una participación más contundente de Estados Unidos “sería una garantía de que Rusia perderá la guerra”, dice Kori Schake, directora de política exterior y de defensa del American Enterprise Institute, un grupo de expertos conservador. “Si el Ejército ucraniano ha logrado por sí solo frenar al avance ruso, imagínense lo que podrían hacer Estados Unidos y sus aliados.”
Aunque el gobierno de Biden se contenga para evitar que se extiende la guerra con una potencia nuclear como Rusia, las expectativas de Estados Unidos son cada vez más altas. Hasta hace un par de semanas, los altos mandos del Pentágono tenían serias dudas de que los ucranianos pudieran frenar una ofensiva total de las fuerzas de Putin, pero ahora muchos militares norteamericanos ya hablan de la necesidad de infligirle a Putin “una derrota estratégica”.
Ese resultado, dicen en el Pentágono, tendría repercusiones para el Kremlin pero también mucho más lejos y al este de Moscú: quien seguramente tomaría nota de las penurias de Putin sería el líder chino Xi Jinping, desde su sede en Pekín.
The Washington Post
(Traducción de Jaime Arrambide)
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