No solo hay tres eventos olímpicos y paralímpicos previstos en esa cuenca, sino que para 2025 se podrá acceder a tres áreas de natación al aire libre desde el muelle.
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Cuando falta un año para los Juegos Olímpicos, París se encuentra en la fase final de una limpieza histórica que pronto hará que nadadores y clavadistas regresen al río Sena. La natación en la ciudad, prohibida durante un siglo debido a las aguas sucias, se convertirá en uno de los principales legados de la competencia gracias a un proyecto de regeneración de 1400 millones de euros (US$1600 millones) aclamado universalmente como un éxito.
No solo hay tres eventos olímpicos y paralímpicos (triatlón, maratón de natación y paratriatlón) programados en el Sena en el centro de París, sino que para 2025 se podrá acceder a tres áreas de natación al aire libre desde el muelle. “Cuando la gente vea a los atletas nadando en el Sena sin problemas de salud se sentirán seguros de sí mismos para volver al río”, predice Pierre Rabadan, subalcalde de París a cargo de los Juegos Olímpicos. “Es nuestra contribución para el futuro”, agrega.
Al igual que muchas ciudades occidentales, París vio disminuir drásticamente la calidad de sus ríos debido a las aguas residuales industriales rio arriba y las demandas de saneamiento de una población en crecimiento.
La vida acuática sufrió tanto que en la década de 1960 solo se registraron tres especies de peces en la ciudad. En 1923, las autoridades prohibieron nadar, aunque una competencia anual de Navidad en el río sobrevivió hasta la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los principales problemas es la infraestructura de drenaje de “sistema único” del siglo XIX, que une el agua usada de cocinas y baños con las aguas residuales de los inodoros. En tiempos normales, fluye a través de un complejo de túneles subterráneos hacia los centros de tratamiento en las afueras. Sin embargo, cuando llueve mucho, el sistema se satura y el exceso debe drenarse al Sena.
Las mejoras en los últimos 20 años ya llevaron a una fuerte reducción de las bacterias fecales que ingresan al río. “Pero la dificultad fuer erradicar esos últimos puntos porcentuales para garantizar que el río se pueda clasificar oficialmente como limpio”, dice Samuel Colin-Canivez, ingeniero jefe de saneamiento en el ayuntamiento de París.
Embalse subterráneo
La solución fue la construcción de un gran embalse subterráneo que servirá para almacenar las escorrentías en épocas de fuertes lluvias. El sitio de construcción se puede ver desde la estación de Austerlitz y frente al hospital Pitié-Salpetrière, donde murió la princesa Diana después de su accidente automovilístico en 1997.
Desde la superficie parece un trabajo de construcción regular. Pero, debajo, hay un enorme espacio cilíndrico de 34 m de profundidad y 50 m de ancho, suficiente para contener agua de 20 piscinas olímpicas. Las máquinas cavan y raspan en las profundidades, y una excavadora con un largo brazo telescópico desciende desde la superficie para remover la tierra.
“Hasta ahora, el Sena fue la válvula de seguridad para el sistema de alcantarillado. Si no hubiésemos permitido que las aguas residuales entraran en el río de vez en cuando, se habrían acumulado en los hogares de las personas”, dice Colin-Canivez. Y agrega: “Ahora, un túnel llevará el excedente al embalse, donde puede almacenarse durante uno o dos días, el tiempo para que el sistema se estabilice nuevamente. Luego, se drenará normalmente a los centros de tratamiento”.
Samuel Colin-Canivez no descarta momentos muy excepcionales en los que aun con el embalse algunas aguas residuales acaban en el río. Pero estos serán raros, y la ciudad declarará que temporalmente “no se podrá bañar” en el Sena.
La megacuenca estará operativa para los Juegos del próximo año, que comenzarán a fines de julio y exhibirán el río revitalizado no solo como un lugar deportivo, sino también como el foro para la ceremonia de apertura, con una flotilla de 160 botes que llevarán a 10.000 atletas por un tramo de 6 km hasta la Torre Eiffel.
Un evento que de hecho no tendrá lugar en el río en absoluto es la pesca con caña. Y, sin embargo, en los primeros Juegos Olímpicos de París en 1900 hubo una competencia de pesca (así como una serie de otros deportes extraños como disparar cañones y volar en globo aerostático).
“En 1900 medían los peces que capturaban en la competencia y ninguno era más grande que el tamaño de tu mano”, dice Bill François, de la federación de pesca de París. “Hoy tenemos entre 30 y 35 especies de peces en el centro de la ciudad y nos llegan bagres de 2m de largo. Fue una transformación”, agrega.
Según François, no son solo los peces los que regresaron al Sena, algunos reintroducidos por asociaciones de pescadores. También se encuentran moluscos, insectos acuáticos, esponjas y cangrejos de río. “El fondo del río está desarrollando una capa del tipo correcto de maleza. Cuanto más clara es el agua, más crece la maleza, y luego la maleza filtra el agua para hacerla aún más clara: es un círculo virtuoso”, explica.
¿Y las ratas?
Bill François entra al Sena con regularidad y confía en que ya está lo suficientemente limpio para nadar. Pero hace una nota de advertencia: las ratas. “Los pescadores conocemos los peligros de la leptospirosis (una enfermedad transmitida por la orina de esos animales). Algunos de nosotros recibimos vacunas anuales. Y no hay escasez de ratas en París, incluso a lo largo de los muelles”, dice.
Es cierto que las ratas son un problema perenne en la capital francesa y es poco probable que si los bañistas ven una rata se animen a entrar en el Sena. Sin embargo, Paul Kennouche, jefe de calidad del agua en el ayuntamiento de París, dice que los estudios muestran que la cantidad de bacterias de la leptospirosis no es anormalmente alta.
“No tuvimos un solo caso de leptospirosis en el canal de La Villette (donde ya se permite nadar), y ese es el mismo entorno urbano. No tenemos ninguna gran preocupación, pero ciertamente estaremos monitoreando y tomando medidas para eliminar las ratas”, aclara.
Desde hace 20 veranos, los parisinos disfrutan de la amenidad conocida como Paris-plages (playas de París), en la que tramos de los ríos-muelles se transforman con arena, sombrillas y juegos de playa. Solo en el norte de la ciudad, en el Canal de l’Ourcq, estaba permitido nadar en 2017.
Ahora, la alcaldesa Anne Hidalgo presentó los tres lugares en el Sena que también estarán abiertos para el baño público a partir del verano de 2025. Están en el centro de París, cerca de Île Saint-Louis, y en los extremos este y oeste de la ciudad. No son solo los peces, sino también los humanos los que regresan al río.
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