Despierta elogios en el exterior pero es cuestionada en Finlandia: la difícil carrera de Sanna Marin para lograr la reelección
El Partido Socialdemócrata de Finlandia (SDP) de centroizquierda de la primera ministra está segundo en las encuestas
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El currículum de Sanna Marin como primera ministra de Finlandia es bastante sólido. Con la excepción de algunos escándalos por sus salidas nocturnas, la mandataria se enfrentó con gracia a retos colosales: gestionó eficazmente la pandemia de coronavirus y fue capaz de apartar su ideología política cuando estalló la guerra en Ucrania para virar el timón del histórico curso neutral de su país al propulsar la candidatura de Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una decisión a la que su partido, el Partido Socialdemócrata de Finlandia (SDP), se había opuesto hasta hace poco.
Pero nada de esto allanó su camino para las próximas elecciones parlamentarias el 2 de abril. La tendencia en la última encuesta publicada por la compañía de radiodifusión pública de Finlandia, YLE, muestra que el partido de Marin quedaría en segundo lugar, por debajo del Partido de la Coalición Nacional (NCP) de centroderecha, y casi empatado en intención de voto con el nacionalista Partido de los Finlandeses.
Según los politólogos, también sería muy difícil reeditar la coalición de partidos que hasta ahora ha sustentado al gobierno (socialdemócratas, Partido de Centro, Liga Verde, Alianza de Izquierdas y Partido Popular Sueco de Finlandia). Por ello, las probabilidades de que Marin siga al frente del Ejecutivo se complican.
Según Tuomo Turja, director de investigación de la empresa de sondeos Taloustutkimus, que realizó la encuesta, el NCP ha sido históricamente el partido político finlandés más favorable a la OTAN y disfrutó de una oleada de apoyos relacionados con la alianza el pasado otoño boreal.
Sin embargo, es posible que ese entusiasmo haya disminuido y que los votantes indecisos hayan cambiado de opinión, sugirió el experto.
Desde que tomó el relevo de su predecesor, Antti Rinne, Marin, la primera ministra más joven en la historia de Finlandia y un ícono feminista, se ha convertido en una promesa de la izquierda europea. El canciller socialdemócrata alemán, Olaf Scholz, y el presidente español, Pedro Sánchez, parecen cada vez más impopulares, mientras que la líder del centro-izquierda sueco, Magdalena Andersson, perdió el poder en las elecciones de septiembre pasado. La danesa Mette Frederiksen se ha mantenido en el cargo gracias a un giro brusco a la derecha.
Sin embargo, Marin pronto podría correr con la misma suerte que sus pares europeos.
El tema más espinoso es el aumento de la deuda pública del país. Los últimos datos muestran que en el tercer trimestre del 2022 la deuda pública de Finlandia aumentó al 70,9% en relación con el PBI, un problema que, según los expertos, será el principal tema de debate durante la campaña.
Desde la oposición se critica al Gobierno por haber aumentado sin control el gasto público desequilibrando las finanzas, hecho que pone en riesgo el sistema del bienestar.
El líder de la oposición, Petteri Orpo, sugirió recientemente en diálogo con el tabloide finlandés Ilta-Sanomat que el aumento de la deuda amenazaba con socavar las prestaciones sociales finlandesas y afirmó que el país necesitaba “despertar ante lo que la indiferencia del gobierno ante la deuda estaba provocando”.
Por su parte, la presidente del Partido de Centro, Annika Saarikko, estimó que la situación presupuestaría anual debería mejorar al menos en 9000 millones de euros en las dos próximas legislaturas, lo que significa que muy probablemente el próximo Gobierno deberá hacer frente a recortes y subidas de impuestos en un contexto inflacionario.
En el lanzamiento de su campaña, la propia Marin afirmó que cerrar las “lagunas fiscales” garantizaría la buena salud de la economía. Esto podría incluir impuestos más altos sobre el capital y las herencias.
Por otra parte, partidos que ahora están en el Gobierno, como la Liga Verde, critican una posición tibia de la mandataria frente a la industria maderera y la tala forestal de árboles, un tema que causa profundas divisiones y que desde las formaciones de izquierda ha generado críticas a la primera ministra que, dicen, podría haber hecho más.
Pero no todo son malas noticias para Marin. La intención de voto de su partido aumentó casi un punto porcentual con respecto a la encuesta del mes pasado, mientras que la del líder (NCP) bajó en la misma cantidad. Con los resultados tan ajustados, tan solo una pequeña diferencia podría determinar la victoria.
“Creo que es justo decir que está levantando a su partido”, dijo a Politico Teivo Teivainen, politólogo de la Universidad de Helsinki. Más allá de la polémica surgida el pasado verano en torno al video subido a Instagram donde se podía ver a la primera ministra bailando en una fiesta con amigos, “su uso de las redes, rompiendo con las normas y los estereotipos de los políticos, ha atraído la atención de un buen número de los votantes más jóvenes”, añadió.
Por su parte, Marin ha intentado presentarse como una política firme y profesional, dispuesta a escuchar a aliados y oponentes, pero capaz de tomar decisiones difíciles.
“No quiero conflictos y busco compromisos y soluciones conjuntas”, declaró en un documental de la cadena nacional finlandesa YLE en 2021. “Pero si las negociaciones no tienen éxito, puedo ser decisiva y decidir lo que debemos hacer”.
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